Ana Peleteiro durante su participación en los Juegos Olímpicos.

Ana Peleteiro durante su participación en los Juegos Olímpicos.

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El triple salto de Ana Peleteiro: batir al racismo, las agresiones sexuales y la depresión para ser un icono del atletismo español

La saltadora gallega ha conseguido sobreponerse a todos los obstáculos que se ha encontrado en la pista para subirse a lo más alto del podio.

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La vida de Ana Peleteiro ha dado un giro de 360 grados en las tres últimas semanas. La saltadora gallega ha tenido que sobreponerse a las críticas por sus declaraciones sobre el racismo, ha lidiado con las amenazas de una pareja que la agredía sexualmente, ha sido cuestionada por cambiar de entrenador y se ha puesto en tela de juicio su capacidad para volver a liderar a la expedición española en los campeonatos internacionales.

La atleta ha conseguido que su victoria más importante no dependa del color de la medalla que obtenga en un Europeo o en un Mundial, sino que el mayor triunfo lo ha conseguido en la vida. Peleteiro ha sido capaz de aguantar las distintas embestidas que la hicieron caer una y otra vez hasta llegar a plantearse su retirada a los 29 años.

La historia de la saltadora gallega es la de una deportista que ha conseguido revertir una situación que bien podría haber terminado con su carrera y, definitivamente, ahora ha vuelto a sonreír. Lo hizo por primera vez el 7 de marzo en Apeldoorn y lo ha rememorado este sábado en Nanjing.

Siete meses han pasado desde su decepcionante actuación en los Juegos Olímpicos de París. Peleteiro terminó en sexta posición en la final de triple salto y volvió a ser objeto de numerosas críticas, a pesar de que la atleta gallega reconoció haberlo dado todo. Las expectativas puestas en que sumara una medalla para España se desvanecieron al mismo tiempo que volvió a emerger sobre ella el tema del racismo.

No es una problemática social de la que Ana Peleteiro rehúya, más bien todo lo contrario. La atleta ha reconocido en múltiples ocasiones que no ha sido objeto de insultos racistas puesto que "lo que se respira en los estadios de atletismo es algo muy puro, muy limpio. Yo creo que España como tal no es un país racista, sino clasista", llegó a reconocer.

Tras su resultado en la cita olímpica, sus detractores aprovecharon para sacar a la luz unas declaraciones que realizó en noviembre de 2023 cuando expresó cuál es su sentir por tener un color de piel distinto en comparación con el resto de los atletas.

"En atletismo, los negros corremos más, molamos. En el atletismo, los blancos se visten de negros. El pobrecito blanco que corre 100 metros es como, cariño, no. No vengas. O sea estoy de coña, pero es en realidad. En atletismo no hay racismo, puede haber clasismo de si eres americano o de Burkina Faso, pero si viene uno de Burkina Faso y le saca 200 metros al segundo, pues entonces todo el estadio, 70.000 personas le hacen la ola y da igual el color que seas, la religión o el país", explicó en el canal de Laura Escanes.

La atleta denunció ser víctima de un linchamiento por unas palabras que, a su juicio, completamente sacadas de contexto debido al sarcasmo y la ironía que empleó. "Hago este comunicado para pedir disculpas si alguien se ha sentido ofendido en algún momento, nunca ha sido mi intención. Siempre he intentado abogar por un deporte libre de racismo y desigualdades de género, y esto es por lo que seguiré luchando día a día", manifestó en agosto a través de sus redes sociales para tratar de acallar ya las críticas.

Víctima de una agresión sexual

No ha sido el único tema controvertido del que se ha visto salpicada puesto que en diciembre denunció públicamente en el 'trend' de redes sociales titulado 'Y aun así me quedé', los diferentes tipos de maltratos que sufrió en una de sus relaciones y cómo fue incapaz de salir de ese infierno.

La campeona de triple salto narró un calvario de violaciones, manipulaciones y maltrato psicológico con la intención de ayudar a otras mujeres: "Ojalá esto sirva para que muchas niñas no se queden, al menos tantas veces".

Peleteiro confesó que su expareja mantenía relaciones sexuales con ella mientras dormía, un acto que definió como una violación. "Me despertaba por las noches teniendo relaciones sexuales sin consentimiento, y aun así me quedé", relató con crudeza.

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También mencionó cómo esta persona cambió aspectos fundamentales de su vida: "Cambió absolutamente todo de mí, desde la vestimenta al pelo, la forma de actuar con mi familia, distanciarme de muchísima gente". Además de las agresiones sexuales, Peleteiro narró cómo esta persona la presionaba para mantener relaciones sexuales bajo amenazas de infidelidad.

"Me decía que si no manteníamos relaciones sexuales siempre que él quería, deterioraría la relación y que, al fin y al cabo, quien no comía en casa comía fuera. Y que si luego me era infiel, que tampoco me sorprendiese. Y aun así me quedé".

Las pruebas de infidelidad eran constantes, pero su expareja siempre encontraba excusas: "Volvía de esos viajes como con chupones en el cuerpo y me decía que eran picaduras de bichos en su colchón. Y aun así me quedé".

Una relación basada en el machismo

La atleta relató que su expareja mantenía una doble vida, con constantes infidelidades que justificaba haciéndola sentir culpable o "loca". "Cada vez que sospechaba que estaba hablando con otra chica, me decía que eran invenciones de mi cabeza. Que estaba completamente loca y que iba a acabar rompiendo nuestra relación por tanta desconfianza".

Incluso llegó a recibir cartas de las amantes de esta persona, las cuales él describía como de "fanáticas obsesionadas". Otro episodio que destaca es cómo, al vivir juntos, él impuso un machismo absoluto al negarse a colaborar con las tareas domésticas.

"Me dijo que la cocina iba a ser solo para mí, que él no se iba a ocupar absolutamente de nada que tuviese que ver con los quehaceres de la casa. Y aun así me quedé", lamentaba.

Ana Peleteiro celebra la victoria en el triple salto en el Europeo de atletismo.

Ana Peleteiro celebra la victoria en el triple salto en el Europeo de atletismo. Reuters

Además, su decisión de poner fin a la relación profesional con quien fuera su entrenador durante ocho años, Iván Pedroso, no tuvo una grata bienvenida por parte de sus detractores, quienes no dudaron en criticar que el relevo del atleta cubano fuera su pareja Benjamin Compaoré.

Un cambio de rumbo que quiso explicar en una rueda de prensa convocada por la Federación Española de Atletismo. "La razón de más peso es personal: la maternidad es una tarea complicada y conciliar cuando estás lejos de la familia es difícil. Tras trece años fuera, mi corazón me pedía volver a mi refugio, a Galicia", anunció.

En el terreno deportivo, Peleteiro confesó cómo surgió que Benjamin Compaoré fuese su nuevo entrenador: "He sido yo la que se lo ha ofrecido a él y en ningún momento me lo ha propuesto. Quería evitar mezclar lo profesional y lo personal, porque sé que a veces no sale bien pero, después de París, se lo expuse y él lo valoró para decidir lo más adecuado para nuestra familia", enfatizó.

La victoria en la final del triple salto en el Europeo de Apeldoorn también fue para él, así se lo quiso dedicar Ana Peleteiro quien reconoció el esfuerzo mental que tuvo que emplear para llevarse el metal. "Me he tenido que sacar los monstruos de la cabeza. Jamás me he sentido tan baja. Si no llega a ser porque hice terapia hace dos días y por el colchón de personas que tengo a mi alrededor, creo que no hubiese sido posible", confesó en declaraciones recogidas por el diario AS.

La gallega se convirtió en la reina de Europa del triple salto y busca rival, porque ahora mismo no lo tiene en el continente. Es su tercera vez en lo más alto, después del oro de hace seis años en Glasgow y del triunfo en el Europeo al aire libre el pasado mes de junio en Roma. El bronce en el Mundial es la novena gran medalla internacional y por el trasfondo en el que se ha conseguido con lo ocurrido en los últimos meses, quizás sea una de las más especiales.

Los problemas de salud mental

A lo largo del último año, Ana Peleteiro ha lidiado con problemas de salud mental que volvieron a emerger tres días antes del comienzo del Europeo en Apeldoorn (Países Bajos) cuando recibió "amenazas, coacciones y mil movidas" de alguien a quien ella apreciaba mucho. Sin embargo, la terapia le ayudó a encontrar un rayo de luz en medio de la oscuridad.

"Ha sido chungo. Siempre me entierran, pero soy el ave Fénix y me gusta resurgir entre las cenizas de otros, porque yo estoy en un jardín lleno de flores, y aunque me quieran pisar, hundir y acabar conmigo, gracias a todo el colchón que me rodea salgo más fuerte que la vez anterior", reivindicó ante los micrófonos de TVE.

No es la primera vez que la atleta española ha tenido que ponerse en manos de profesionales. En 2021, tras ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 reconoció caer "en el pozo ese del que pensaba que me quedaba ahí. Si llego a saber que la ayuda psicológica me iba ayudar tanto empiezo antes, pero nunca acababa de dar el paso porque pensaba que lo tenía controlado", llegó a confesar.

Sea como fuere, está claro que Ana Peleteiro demuestra en cada salto su mentalidad ganadora y su carácter de luchadora nata. Las últimas victorias ha supuesto un oasis de paz en medio de la tormenta en la que se encuentra inmersa en los últimos meses.