“¿Por qué juega tan bien?”. Durante las semifinales del torneo de Doha, una madre no supo responder la inocente pregunta de su pequeño, que sentado en la grada vio cómo Carla Suárez devoraba 6-2 y 6-0 a Agnieszka Radwanska de la mano de un tenis exquisito, una obra de arte de cinco estrellas que ya forma parte de los mejores encuentros de su vida, y no hace falta ser un experto para catalogar así el partido de la canaria.
Después de derrotar a la número tres del mundo, la española jugará mañana por el título más importante de su carrera (un Premier 5) frente a Jelena Ostapenko (7-5, 1-0 y retirada de la alemana Petkovic). La recompensa, en cualquier caso, ya es importante: pase lo que pase en la lucha por la copa, Suárez estrenará el próximo lunes su mejor ránking de siempre (seis mundial) y afrontará el siguiente tramo de la temporada (Indian Wells y Miami, antes de la gira europea de tierra batida) con el impulso de haber completado una semana increíble en Catar.
Tras la contundente victoria contra Radwanska, Carla analizó para EL ESPAÑOL las cinco claves sobre las que construyó un triunfo que provocó una cerrada ovación del público, dejó de piedra a su contraria y le arrancó un sonrisa de satisfacción, la que inevitablemente aparece cuando todo sale de la forma soñada. “Es uno de los mejores partidos de mi carrera, sin duda”, reconoció nada más sentarse con este periódico para radiografiar el cruce.
PACIENCIA
“Me faltó en el partido de Melbourne”, recordó la española sobre el encuentro que ambas disputaron hace unas semanas en los cuartos del Abierto de Australia, con triunfo para Radwanska. “Si no estás tranquila, no piensas las cosas con claridad. Y esta vez lo he notado en mi juego”, aseguró Suárez, que no perdió los nervios en todo el encuentro. “En todo momento he sido capaz de saber dónde quería tirar la bola y cómo quería jugar cada punto. He podido pensar si tenía que jugar con pelotas rápidas, lentas, altas, cortadas, liftadas… En mi caso, cuando no tengo paciencia es muy complicado poder seleccionar las opciones correctas”.
AGRESIVIDAD
“Me salía todo”, reconoció Carla, que consiguió una buena cantidad de golpes ganadores (22) sin prácticamente errores (ocho). “He sido muy valiente”, prosiguió la canaria, decidida a llevar la voz cantante en el partido. “Hay veces que juegas con miedo. Con tensión, mi bola no va tan agresiva y la mano no está tan relajada”, añadió sobre las sensaciones al competir bajo ese estrés. “Saber escoger los momentos en los que tenía que jugar con agresividad ha sido muy importante. Obviamente, notas cuando estás jugando muy bien: cuando hay pocos fallos, le devuelves todo a tu rival, ves que la llevas de lado a lado, haces daño… todo eso se nota”.
CONFIANZA
“Cuando consigues tener confianza, parece que todo va más lento de lo normal”, explicó la número 11 del mundo, que hizo lo que quiso con su rival, como si estuviese manejando los hilos de una marioneta. "Esta vez tenía tiempo para pensar y hacer lo que quería. El tenis es un deporte muy fácil así, sobre todo, porque es algo que hacemos cada día. Cuando todas las piezas del puzzle encajan, al final es bastante sencillo”.
CANSANCIO DE RADWANSKA
“Ella se movía peor de lo habitual”, dijo Carla sobre su contraria, que acabó el día anterior el encuentro de cuartos de final pasada la medianoche. “Radwanska es una jugadora que contragolpea muy bien, es una de sus grandes cualidades. Cuando la ves correr una vez y otra vez, pero a la tercera no sale a por la bola… sabes que pasa algo y que debes aprovecharlo”, continuó. “Lo podía intuir antes empezar, después de cómo había sido su partido anterior partido. No es fácil. Quizás, se habrá ido a la cama a las tres y media de la mañana”, manifestó. “Estás acostumbrada a verla en un estado de forma y al ir a pista te la encuentras de otra manera. También hay que saber aprovecharlo y jugar con eso. Aún cansada, te puede dar problemas y yo he hecho que jugase incómoda”.
LLEVAR LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
“He jugado muchas veces contra ella y en cada partido ha pasado lo mismo”, rememoró Suárez, que hasta ahora había caído en tres de los cuatro precedentes con la polaca. “Tengo muy claro cómo jugar ante ella, pero si luego estoy tranquila es más fácil que pueda hacerlo y ejecutarlo bien”, aseguró. “Tenía en mente lo que me había pasado en el Abierto de Australia. Cuando me enfrento con Radwanska, no necesito jugar tan rápido como con otras jugadoras. Tener esa paciencia que decía antes me ha ayudado. Sabía que en cada punto podía haber golpes cortados, voleas, tiros pasantes, globos… Ni caerme me ha quitado la concentración”, dijo entre risas la española, que sufrió una aparatoso traspiés en el comienzo del segundo set. “Mi objetivo es mantener este ritmo. Estos torneos los encuentro casi cada semana. Si consigo estar bien físicamente y también mentalmente se puede lograr. Pero ahí está la dificultad de estar entre las mejores: no vale solo con hacerlo unas semanas, hay que conseguirlo durante siete meses”.