“La hierba es para las vacas”. La frase pertenece a Manolo Santana y habla de días donde las fotografías todavía eran en blanco y negro, cuando parecía imposible que un jugador español ganase un partido sobre la superficie con más historia del circuito. Ahora, varias décadas después de aquella cita, los principales jugadores de La Armada conversan en Wimbledon sobre las dificultades que les plantea el suelo verde tras alcanzar la segunda ronda en el tercer Grand Slam del año.
Garbiñe Muguruza. Es la superficie más complicada para todo el mundo. Se juegan menos torneos y hay poco tiempo de adaptación. Todo ocurre muy rápido: venimos de jugar varios meses en tierra batida y al llegar aquí es como un shock. Saque, resto, golpe ganador… Tienes que intentar hacer tu juego de una manera más agresiva, yendo a por el punto. Esa es la clave para tener buenos resultados sobre césped.
David Ferrer. La hierba es la superficie más difícil para jugar porque no puedes defender. A veces, cuando la pista está húmeda resbala más. Hay muchos vaivenes durante los partidos, es complicado mantener la misma consistencia. El juego cambia, se iguala todo mucho con el tema del saque. También es cierto que hoy en día se puede jugar bien en hierba desde el fondo de la pista. Si restas bien también tienes esas opciones, pero hay que ser más agresivo. Y sobre todo es complicado defender.
Carla Suárez. Pienso que si consigues adaptarte tan poco es muy complicado jugar en hierba. Es cierto que exige un proceso de rodaje largo. El resumen es que todo va más rápido y la bola salta bastante menos. La gente que saca bien tiene mucho premio. Todos los partidos que he jugado en hierba han sido muy igualados, casi todos en tres parciales. Si no estás atenta en todo momento se te puede ir el partido muy rápido. También te exige paciencia, relativizar los fallos antes y aceptarlos. En mi caso, le doy más importancia a los golpes cortados. Es una de las claves, cortar más reveses. El tenista español corre y defiende mucho, pero en hierba cuesta mucho más.
Feliciano López. Sin duda es la superficie más complicada, pero por el hecho de que no se juega nada. Ahora tenemos una semana más, pero sigue siendo muy poco. Pasa mucho tiempo de un año a otro sin haber pisado esta superficie. Jugar aquí durante muchas horas es lo que te hace acostumbrarte a las superficie. No hay otro remedio.
Nicolás Almagro. Al final, hay que pensar en las pistas de hierba que tenemos en España. Las contaría con los dedos de una mano y con alguno incluso amputado. Es una fase del año que muy pocos jugadores trabajan, una gira que queda abierta, a ver lo que pasa. Hay gente que juega mucho y bien antes de Wimbledon, pero luego llega aquí y cae a la primera. Así es la hierba, un territorio lleno de incógnitas.
Roberto Bautista. O se te da bien, o se te da muy mal. También depende mucho del sorteo. Eso afecta para que haya años en los que la superficie te guste más o menos. Personalmente, yo no cambio nada al venir de tierra batida. Mi empuñadura se adapta bien a esta pista, así que intento hacer más hincapié en el saque y en restar más agresivo.
Lara Arruabarrena. Nunca te adaptas del todo a la hierba, aunque lleves 10 años jugando. Este año he venido a Wimbledon sin jugar nada en esta superficie porque hice una gira de tierra más larga y quería descansar un poco. Y sí, es la superficie más difícil de todas. A mí me gusta que bote la bola y aquí es casi imposible. Prefiero las pistas donde la pelota va más lenta, pero no odio la hierba.
Feliciano López. Eso es lo que más han cambiado son las pelotas, que ahora son muy pesadas. El clima suele ser muy húmedo y llueve todos los años. La bolas se mojan y las condiciones son difíciles, pese a que la pista favorece el juego de ataque. Salvo grandes sacadores, que tienen una fuerza descomunal, no es fácil ganar puntos gratis. Hay gente que hace saques directos de forma muy sencilla. Yo antes hacía muchos más y me costaba menos, pero últimamente no lo veo tan fácil.
Marcel Granollers. Yo me siento bastante cómodo jugando aquí, aunque sea una superficie que apenas pisamos durante el año y menos los españoles. Ganar más o menos partidos depende un poco del sorteo. Obviamente, hay gente más especialista que yo, gente que se adapta mejor, pero no me considero un jugador que no sepa competir en hierba. Los días que llevo aquí me he sentido cómodo jugando y en Halle también terminé bien, aunque perdí ante Kohlschreiber, que es un gran rival. Me puedo adaptar perfectamente. Para ello, estoy más bajo de piernas, más agachado. Tengo que hacer más saque y red. Me tengo que atrever a irme hacia delante con cualquier bola corta. En la red me desenvuelvo bien y debo aprovecharlo.
Albert Ramos. Los partidos en hierba son muy locos. Tan pronto estás bien como estás mal. En un minuto cambia todo. Parece que es imposible ganar y al segundo parece que ganas. Todos los partidos son muy raros. No pasas dos bolas, fallas sin esperarlo, el otro falla sin que lo esperes… es complicado estar mentalmente sólido en un encuentro con tantos cambios.
Nicolás Almagro. En resumen, hay que estar preparado para todo. En tierra debes estar listo para una batalla de cinco horas y en hierba para que la pelota de patine, otra que no te llegue, otra que se te levante… cada superficie tiene su miga. Te desesperas con cualquier cosa en hierba: el pequeñito te hace saques directos, el que te resta bien consigue que no leas la bola, el que saca y volea te agobia… si no tienes paciencia te hacen un reloj.
Carla Suárez. Es que el tenista español no saca especialmente bien. Podemos decir algunos nombres que sí lo hacen, pero por regla general es un prototipo de jugador que se prepara el punto para luego buscar el golpe ganador. En hierba se premia mucho los primeros tiros.
Nicolás Almagro. Nosotros no respiramos esta superficie durante nuestra carrera en la zona donde estamos. Y aún así hemos ganado en Wimbledon, ’s-Hertogenbosch, Eastbourne… estamos mal acostumbrados al ganar tanto en tierra y rápida. Viene todo tan seguido después de Roland Garros… te vas una semana se vacaciones, vuelves para intentar coger el nivel y cuando te das cuenta faltan cuatro días para que empiece Wimbledon. ¿Qué haces? Te vienes a Londres y entrenas.
Albert Ramos. Es como la tierra batida. Los que antes no sabían jugar allí han ido aprendiendo. Pasa igual con la hierba. Eso hace que todos los torneos estén cada vez más igualados. Lo que era más fácil para los españoles nos cuesta un poco más y lo que era más complicado… nos vamos adaptando.
David Ferrer. En los últimos 10 años, el único que ha conseguido títulos del Grand Slam ha sido Nadal, pero no solo los dos títulos en Wimbledon en 2008 y 2010. En tierra batida y en pista dura también ha sido el único que ha reinado. Ningún español desde Juan Carlos Ferrer ha ganado un Grand Slam en categoría individual. Pero Feliciano ha hecho cuartos en Wimbledon, Verdasco ha tenido buenos resultados aquí, yo he hecho dos veces cuartos… Jugamos bien en todas las superficies. Ese mito ya forma parte del pasado.