Melbourne

“Echas de menos los partidos. La sensación de ganar, de entrar a un estadio y de ver a los otros jugadores. Al final, son parte de tu familia”. Roger Federer se pasea el sábado por las entrañas del Abierto de Australia con una sonrisa, atendiendo primero a los periodistas en la sala de prensa, saltando luego de una televisión a otra y parándose a hablar con todo el mundo que se encuentra en su primer torneo oficial desde Wimbledon. Mientras sus dos gemelas juguetean a unos metros, Federer reparte abrazos, choques de manos y algunos otros besos. No hay dudas: el genio suizo está de vuelta.



“Es muy bonito volver a ver a todo el mundo de nuevo”, celebró el campeón de 17 grandes. “Tengo muchos amigos en el circuito porque allí donde voy soy el invitado que está de vuelta”, prosiguió el suizo. “Lo he hecho durante 20 años”, añadió. “Es una sensación muy agradable poder ver a todo el mundo. Es algo que no pude disfrutar mucho en estos últimos seis meses. Posiblemente, es lo que más eché de menos”.



Tras pasar seis meses alejado de las pistas por una lesión en la rodilla izquierda y por sus problemas en la espalda, Federer vuelve a la competición este lunes contra Jürgen Melzer (3-1 en el cara a cara), que aunque es perro viejo (35 años) necesitó superar la fase previa para llegar al cuadro final del torneo. Si gana, el suizo se medirá después al vencedor del cruce entre los estadounidenses Fratangelo y Rubin, que también se vieron obligados a jugar los tres partidos de la previa. Y mejor parar ahí, porque luego podría jugar con Tomas Berdych (tercer ronda), Kei Nishikori (octavos) y Andy Murray (cuartos). Casi nada.

Federer, durante un partido de la Copa Hopman. REUTERS



“Al principio, volver es una sensación un poco extraña”, explicó Rafael Nadal, que algo sabe del tema porque las lesiones le han obligado a parar varias veces durante su carrera. “Es como todo en la vida. Uno tiene sus rutinas y sus costumbres. Cuando vuelves a los torneos te alegras de ver a muchos compañeros que llevas tiempo sin ver”, reconoció el número nueve del mundo. “El tenis es una parte muy importante de nuestra vida, hemos pasado muchos años conviviendo con gente del circuito. De una manera o de otra siempre estaremos un poco vinculados a este mundo”, añadió Nadal, que lleva más de 10 años en la élite. “En mi caso, y aunque siempre me alegro de ver a mucha gente al volver, el tenis no lo es todo. Cuando estoy en mi casa me gustan otras muchas cosas y soy capaz de disfrutarlas”, cerró el español, que debutará el martes ante el alemán Mayer en el tercer turno de la pista central.



“Por encima de todo, lo que le gusta a Federer es jugar al tenis”, opinó Toni Nadal, tío y entrenador del campeón de 14 grandes. “No tiene necesidad de volver ni por dinero ni por títulos”, siguió. “Si no le gustara el tenis no creo que hiciera el esfuerzo que ha hecho. En Perth estaba con buena cara y jugando muy bien. Aquí le he visto entrenar y no está preocupado, al revés”, aseguró el técnico mallorquín. “Si está de vuelta es porque le encanta la competición. Es bueno para él que esté en el circuito y es muy bueno para el tenis que siga jugando”, festejó el preparador balear.



“Con Federer siempre es igual”, se arrancó Novak Djokovic, que se enfrentará a Fernando Verdasco para abrir un torneo de vértigo. “Sabes que vas a ver un tenis de calidad. Además, viene acompañado de ese aura de campeón, tanto dentro como fuera de la pista. Todo el mundo quiere ver a Federer, da igual si eres jugador, entrenador o aficionado. Es uno de los jugadores más grandes que dio el tenis. El deporte le echaba de menos”.

A los 35 años, Federer llegó al torneo y lo disfrutó como la primera vez, cuando jugó en la temporada 2000. A diferencia de entonces, claro, el número 17 del mundo caminó por una alfombra roja. Han cambiado muchas cosas, aunque alguna quizás podría ser similar a aquella ocasión. “¿Te sientes el tapado de este Abierto de Australia?”, le preguntaron al suizo, por su condición en el ranking y lo que eso significa a nivel de cruces prematuros contra rivales importantes. “Sí, ¿por qué no?", respondió con una sonrisa. "Preferiría ser el favorito, pero ser el tapado también está bien. Siempre que esté sano y sienta que puedo aguantar será divertido”.

Roger Federer da la mano a un niño. EFE

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