Doha

Entre ruidosos fuegos artificiales, Karolina Pliskova celebró este sábado su conquista del título de Doha (6-3 y 6-4 a Caroline Wozniacki) y confirmó su candidatura a todo. A los 24 años, y sin que la competición haya descontado todavía sus tres primeros meses de la temporada, la checa ya ha ganado Brisbane y Doha, ha liderado a su país hacia las semifinales de la Copa Federación (pieza clave en la eliminatoria del pasado fin de semana contra España) y suma un impresionante balance de 15 victorias y una derrota, la de los cuartos de final del Abierto de Australia contra Mirjana Lucic-Baroni. Casi nada.



Pliskova llegó a la final de Doha después de conectarle 21 saques directos a Dominika Cibulkova en semifinales, récord de su carrera. Ese disparate (Roger Federer, por ejemplo, disparó 20 en la final del Abierto de Australia contra Rafael Nadal, decidida en cinco mangas) vino a subrayar en rojo una obviedad: la checa cuenta con el mejor saque del circuito, y eso no es discutible a día de hoy. La sólida base del servicio, fabricada en parte gracias a la percha de jugadora moderna que tiene la número tres (1,86m), le permite vivir con tranquilidad los momentos de presión de los encuentros y apoyarse en el saque para competir con una agresividad brutal, a puñetazo limpio.

Karolina Pliskova durante la final de Doha. Reuters



Ni Wozniacki, una de las mejores defensoras del mundo, pudo construir un muro lo suficientemente alto para Pliskova. La checa derribó todos los obstáculos que le planteó su oponente, sin importar si tenía que pelear dos pelotas, 10 o más de 20, lo que sucedió en algunos intercambios. Jugando siempre directo, atacando la bola en trayectoria ascendente para quitarle tiempo de reacción a su rival, la checa agujereó el escudo de la danesa (27 golpes ganadores), que tiene fama de ser bien resistente, y levantó el trofeo sin inmutarse.



“Es que además se está moviendo mejor que antes”, explicó tras el partido Wozniacki, que había ganado los tres precedentes contra Pliskova, aunque hace años (entre 2013 y 2014). “Es obvio que tiene mucha confianza ahora mismo. Jugó muy bien el final de la temporada pasada y también el comienzo de este año”, elogió la exnúmero uno del mundo. “Estoy un poco decepcionada ahora mismo”, cerró la danesa, pese a la derrota protagonista de una buena semana en Catar.



“¿Estás pensando en el número uno?”, le preguntaron a la checa nada más sentarse en sala de prensa. “No”, respondió, quizás consciente de que le separan más de 2.000 puntos de Serena Williams. “¿Todavía no?”, le insistieron. “Todavía no. Tengo otros objetivos antes que ser número uno, como por ejemplo ganar un Grand Slam. Estuve en 2016 en la final de uno, en el Abierto de los Estados Unidos, así que ahora el siguiente paso es ganar otra si llega la oportunidad”.



Jugando así, parece evidente, la oportunidad va a terminar llegando. Pliskova es otra de las que lo tiene todo para hacer que el futuro sea exclusivamente suyo.

Karolina Pliskova saca durante el torneo de Doha. Reuters

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