Tras pasar 15 meses alejada de las pistas como consecuencia de una sanción por dopaje (Meldonium), Maria Sharapova regresará este miércoles a la competición en el torneo de Stuttgart. La rusa, que debutará el mismo día que acaba su castigo contra Roberta Vinci, jugará gracias a una invitación que le ha concedido la organización, dividiendo al vestuario entre las que están a favor de ayudarla a reintegrarse más rápidamente y las que están en contra de ponerle facilidades después de su positivo.
Antes de que la campeona de cinco grandes regrese al circuito, Markus Günthardt, director del torneo de Stuttgart, se sienta con EL ESPAÑOL para explicar los motivos por los que le han concedido una invitación a Sharapova en una decisión que ha abierto de par en par la puerta de la polémica.
Felicidades, el torneo de Stuttgart cumple 40 años y esa marca no es cualquier cosa.
Sí, es el 40 aniversario del torneo. Porsche es el patrocinador del torneo desde el primer día y es algo especial, bastante raro en el mundo del deporte profesional. Intentamos celebrarlo de la forma adecuada. Por ejemplo, publicamos un libro que se ha presentado justo antes del torneo, con un repaso a estos 40 años. Lo más importante es un espectáculo que montamos el lunes, con artistas del Circo del Sol, cantantes de ópera, músicos, pianistas. Esa ceremonia terminó con la presentación de las jugadoras y del trofeo principal, que es un Porsche 911.
Espero que tengamos un gran torneo, como el del año pasado. Hay algunas cosas interesantes. Obviamente, es el regreso de Maria Sharapova, pero desde el punto de vista de Alemania la atracción es Angelique Kerber, que además defiende el título. Para Alemania es algo muy grande.
Habla usted del regreso de Sharapova, que jugará su primer torneo después de cumplir un castigo de 15 meses tras ser sancionada por dopaje.
El tema de Sharapova ha generado polémica. Ella no ha intentado hacer trampas, simplemente ha cometido un error muy grave. Ha tomado algo que fue legal durante 10 años en un momento en el que pasó a estar prohibido. ¿Cómo no pudo saberlo? Es una pregunta para la que no tengo la respuesta, pero desde el principio ha asumido su responsabilidad y no ha intentado dar rodeos. En mi opinión, eso lo ha hecho muy bien. Pocos atletas han actuado así en el pasado y ella merece respeto por su comportamiento. No ha podido jugar durante 15 meses, que para un profesional es mucho tiempo. Tiene todo el derecho de volver y competir.
Sharapova merece respeto por su comportamiento. Tiene todo el derecho de volver y competir
Y volverá el miércoles 26, justo el mismo día que termina su inhabilitación.
Por casualidad, el día que se acaba su castigo es el 26 de abril. Nosotros como torneo no hemos hecho nada raro, las cosas se han dado así. El 26 de abril coincide con el miércoles de Stuttgart y tiene derecho de volver. Nosotros tenemos cada año peticiones para empezar a jugar el miércoles, así que no es nada inusual debutar el miércoles. El año pasado tuvimos cinco partidos de primera ronda ese día. No hemos cambiado una regla para que Sharapova pueda jugar el miércoles.
¿Por qué le han dado una invitación teniendo a tantas jugadoras en contra? Y la mayoría de ellas alemanas.
Bueno… Ha levantado polémica en Alemania, sobre todo entre algunas jugadoras locales, incluso la capitana del equipo de Copa Federación se ha manifestado en contra. Yo he tomado la decisión de darle una invitación a Sharapova pensando en el torneo. Ella es una exnúmero uno del mundo y tiene varios torneos del Grand Sam, pero es que ha ganado tres veces Stuttgart. Al margen de eso, su forma de jugar, la garra, la pelea… ha ayudado al crecimiento del torneo.
Antes de anunciar que Sharapova volvería en Stuttgart, las entradas estaban casi todas vendidas. No le hemos dado una invitación a Sharapova pensando en vender más entradas. Ella merece la invitación y el público de Stuttgart también. Creo que tengo todos los argumentos posibles para pensar que ha sido una decisión correcta. Hay gente que no comparte mi opinión, pero eso ocurre en mil aspectos de la vida.
¿De verdad que no les ayuda? Stuttgart va a ser el epicentro del mundo del deporte esta semana.
Es más a nivel internacional, a nivel global. En Alemania tenemos a la número dos del mundo, uno hasta hace nada. No ocurría desde Steffi Graf. Esa es la gran noticia en Alemania, no la vuelta de Sharapova. El 90% del público viene a Stuttgart por Kerber, no por Sharapova. Podría ser distinto en Roma, por ejemplo, pero para nosotros la gran noticia no es ella. A nivel global es un tema diferente porque Sharapova es una estrella.
A nivel de prensa ha sido increíble. Tuvimos más de 200 peticiones y eso para nosotros es imposible porque no somos un torneo del Grand Slam o el Mutua Madrid Open. Nos vimos obligados a denegar muchas peticiones. Ha sido un reto, aunque al mismo tiempo una oportunidad. Que un periódico como el New York Times se interese por el torneo de Stuttgart es algo que no ha ocurrido nunca en el pasado y posiblemente no va a suceder en el futuro. Hay que aprovecharlo. Es una plataforma mediática para el torneo que nunca hemos tenido. Es interesante, por ejemplo para los patrocinadores. En cualquier caso, se lo repito: es una decisión que hemos tomado teniendo en cuenta las razones deportivas.
El 90% del público viene a Stuttgart por Kerber, no por Sharapova
Madrid y Roma también han decidido otorgarle una invitación, pero Roland Garros lo decidirá el próximo día 15 de mayo. “No podemos invertir un millón y medio de euros en la lucha contra el dopaje y luego invitar a una jugadora sancionada por el consumo de un producto prohibido”, dijo Giudicelli, presidente de la federación francesa.
El Mutua Madrid Open es un torneo que no depende de ninguna federación y me parece una decisión completamente lógica. Ella ha ganado el torneo. Ha ayudado a que creciese. Y además Madrid tiene un cuadro más grande que Stuttgart, por lo que hay más invitaciones disponibles para otras jugadoras españolas. No veo un gran problema. En Stuttgart es distinto porque solo tenemos dos invitaciones y la única alemana clasificada para el cuadro final es Kerber. Todas las restantes no pueden jugar la previa, así que eso abre la puerta de la polémica, es lógico. En Madrid no ocurre, así que está completamente justificado. Roland Garros es de una federación. Me imagino que hay mucha presión política, pero al final son los responsables de la federación los que deben tomar una decisión, la que crean más adecuada. Cada torneo debe mirar por lo suyo.
Tras la desbandada de patrocinadores que sufrió después del positivo, ¿cómo es la relación de Porsche y Sharapova?
Siempre han tenido una buena relación con ella. Sharapova fue embajadora de Porsche tras ganar el torneo, precisamente por su actitud. Porsche quería una embajadora, pero no tenía por qué ser una jugadora de tenis. Nunca han trabajado de esta forma. Creo que tomaron la decisión en 2012 o 2013. Tenían una lista muy larga, con actores, cantantes, deportistas… Personalmente, fue una alegría que eligieran a Sharapova. Ella ha hecho un trabajo estupendo. Sé que los responsables de Porsche siempre estuvieron muy contentos con ella por su profesionalidad.
Cuando Sharapova dice que mañana a las ocho estará en un lugar, puedes estar tranquilo porque estará. Trabaja muy bien delante de la cámara, pero también detrás. Y además es muy proactiva. Por ejemplo, cuando recibió su coche como ganadora de Stuttgart. Rápidamente lo publicó en Facebook y en minutos lo habían visto miles y miles de personas. Eso es un valor añadido. No puedo hablar por Porsche, pero según lo que sé quieren seguir con ella porque es una gran profesional.
Usted es miembro del consejo de directores de torneos WTA, que planea reformas profundas para los próximos años, incluyendo las categorías de los eventos. ¿Le afectará a Stuttgart?
Hemos tenido dos grandes retos en la historia del torneo. En 2006, cambiamos de estadio y gracias a eso hemos sobrevivido. Fue un desafío porque no teníamos una jugadora alemana y había que llenar muchos más asientos. El segundo gran reto fue en 2009, pasando de celebrar el torneo en otoño en pista dura a hacerlo en primavera en pista de tierra batida cubierta. Lo hemos conseguido y hemos crecido. Como le comentaba antes, tenemos todas las entradas vendidas, en parte gracias al éxito de Kerber. Como torneo hemos ganado mucho en Alemania e internacionalmente también.
Soy miembro del consejo, sí, y conozco los planes, pero estamos muy lejos de decisiones drásticas. Stuttgart está bien colocado para los cambios que habrá: no nos moveremos del calendario, seguiremos en tierra bajo techo, aunque quizás cambie algo a nivel de categoría. No considero que seamos un gran torneo, aunque si miramos la lista de jugadoras o a nivel de imagen sí que estamos entre los grandes. Eso encaja muy bien en la filosofía de Porsche. Ellos nunca han querido ser el productor de coches más grande del mundo, han querido ser uno de los más exclusivos. Esa es la misma filosofía del torneo. No queremos competir en importancia con Madrid o Roland Garros. Somos pequeños, pero exclusivos.
El tenis es muy democrático, no hay nadie como Bernie Ecclestone
¿Cree que el tenis va a cambiar en los próximos años? Hay muchos susurros que van en esa dirección…
En general, el deporte tiene dificultades para cambiar. El atleta encuentra su zona de confort en lo que conoce. Cambiar reglas cuesta mucho y el tenis es muy democrático. No hay nadie como Bernie Ecclestone que mañana decide introducir algo nuevo sin discusión. Si se le antoja que los coches tengan tres ruedas, los coches tienen tres ruedas. Eso no puede ocurrir en el tenis. Todas las decisiones necesitan mucho tiempo, mucha negociación, mucho consenso entre todos los organismos. Y también le digo otra cosa: es muy peligroso cambiar drásticamente un deporte.
¿Por qué?
¿Hasta dónde puedes ir? Sí, no todos los torneos tienen la misma necesidad. Miami o Madrid necesitan mucho público todos los días, y no solamente en la pista central. Necesitan gente en las gradas. ¿Un torneo como Stuttgart? Prefiero tener menos partidos, solamente tres al día. ¿Cuánto tenis va a ver una persona normal? Siempre hay excepciones, pero son pocas. ¿Un partido? Dos como máximo. ¿Tres? No lo creo. No me interesa tener muchos partidos en muchas pistas, es algo que no funciona para nosotros.
Como torneo, estaría dispuesto a probar otros formatos más rápidos. ¿Roland Garros? ¿Se puede tocar algo ahí? No demasiado. Quizás, en el futuro habrá dos o tres tipos de torneos distintos. En Madrid se va a jugar por primera vez este año el Tie Break Tens. Me interesa el formato, es diferente e interesante. Todo pasa en muy poco tiempo, está la emoción muy concentrada. Desarrollar conceptos como esos es un buen paso, pero los cambios en circuitos oficiales conllevan mucho tiempo y consenso. Es como una cadena de compromisos.
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