Madrid

De golpe, Rafael Nadal se levantó el viernes a las tres de la madrugada con un dolor agudo en el oído que nunca había sentido. Diagnosticado con una otitis tras acudir al doctor unas horas después, el mallorquín decidió alterar toda su plan inicial para debutar en el Mutua Madrid Open. Así, el número cinco pospuso su debut en el torneo contra Fabio Fognini (del martes al miércoles), disfrutó de un día más de recuperación y tuvo más tiempo para entrenarse tras aparcar la raqueta después de ganar en Barcelona y desconectar de todo. 

“Había llegado el momento de dosificar”, explicó Carlos Moyà, uno de los entrenadores del campeón de 14 grandes. “Venía de dos semanas muy intensas emocionalmente. En la pista no han sido partidos muy largos, pero ha tenido una carga emocional bastante elevada. Es bueno que se haya olvidado un poco de la raqueta durante algunos días”, prosiguió el ex número uno del mundo. “Lo que se hace fuera de la pista es muy importante. A veces, incluso es tan importante como lo que se hace dentro”, añadió Moyà, que en Madrid comparte banquillo con Toni Nadal, como en el Abierto de Australia y Miami. 

“Estoy muy contento porque el comienzo del año ha ido muy bien”, le siguió el número cinco del mundo. “Me faltaba ganar un título después de unas cuantas finales y lo he conseguido en tierra batida”, recordó el español, campeón de Montecarlo y Barcelona. “Las sensaciones son buenas porque vengo con una buena dinámica. He competido bien durante bastantes meses seguidos. Eso te da tranquilidad para encarar los siguientes eventos”, prosiguió el balear. “El año pasado estaba jugando bien, no hay que pintar lo de ahora tan bueno ni lo de antes tan malo”.

Nadal, durante uno de sus entrenos en Madrid. Felipe Sevillano Mutua Madrid Open

Pese a la otitis, Nadal afronta Madrid como el principal candidato a la copa, porque ni Andy Murray (6-4 y 6-3 al rumano Copil en su estreno del martes) ni Novak Djokovic (juega este miércoles contra Nicolás Almagro están ahora mismo en condiciones de mirar a nadie por el retrovisor, aunque luego esa situación pueda cambiar durante el transcurso de la semana. 

“Es que en Montecarlo rompió la sequía de un año sin ganar, la inercia de perder tres finales seguidas esta temporada… aunque en Barcelona jugó mejor que allí, sobre todo en la final. Creo que ha sido el mejor partido que ha jugado este año”, aseguró Moyà sobre el encuentro que Nadal le ganó al austríaco Thiem en la pelea por el trofeo del Conde de Godó. “El cuadro en Madrid es duro desde el principio. Es difícil encontrar un rival fácil en la segunda ronda de un Masters 1000. Asumimos que será duro y complicado, pero tenemos que pensar en Nadal, en cómo se encuentra y en cómo está jugando”, cerró el mallorquín, como siempre optimista con las opciones del balear al triunfo. 

Antes del debut de Nadal en el torneo, sin embargo, hasta cuatro jugadores de La Armada se desplomaron el martes. Solo la victoria de Almagro (6-3, 3-6 y 6-1 a Tommy Robredo) salvó las derrotas de Roberto Bautista (6-7, 7-6 y 6-7 contra Ivo Karlovic), Albert Ramos (1-6 y 3-6 ante Diego Schwartzman), Pablo Carreño (3-6 y 4-6 frente a Benoit Paire) y Fernando Verdasco (5-7 y 3-6 contra Alexander Zverev) en un día negro para los tenistas españoles.

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