La décima Copa de los Mosqueteros de Rafael Nadal en Roland Garros llegó tras una contundente victoria a Wawrinka en una victoria inolvidable, "muy difícil de comparar con otras", como aseguró el propio mallorquín tras acabar el partido.
"Solo estar aquí es difícil algo de describir", explicó Nadal, que llevaba tres años (2014) sin saborear la sensación de levantar al cielo de París el trofeo de campeón. En un escenario acondicionado para la hazaña, con un 10 en la parte central y varias pancartas en las gradas, una de ella en la que se podía leer "Bravo Rafa", Nadal dedicó su discurso a dar las gracias a todos los que hacen posible el torneo.
"Solo puedo dar las gracias", comentó el balear, que fue enumerando todos los agradecimientos: "A la organización, a los voluntarios, a la seguridad, a los recogepelotas, al presidente de la Federación y a las chicas de recepción. También a mis amigos, mi familia y especialmente gracias a mi tío", especificó el tenista español.
Nadal quiso reivindicar la figura de su tío Toni, que salió al escenario para entregarle una réplica del título, que la organización del torneo decidió otorgarle por sus 10 triunfos. "Hemos estado trabajando mucho muchos años, desde los tres años. Sin ti no seria posible tener 10 trofeos aquí", aseguró. "Ha ido muy bien todo, el partido ha sido más rápido y fácil de lo esperado", comentó después Toni Nadal, que reconocía que no sabía nada de su presencia en la ceremonia de campeón hasta que se acabó la final.
"Jugar en esta pista y delante de todos vosotros, sentir vuestro apoyo así, es simplemente increíble", terminó Nadal, que se emocionó antes de recoger el trofeo y mientras sonaba el himno de España.
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