Alexander Zverev ya tiene lo que buscaba. Ivan Lendl, el entrenador que convirtió a Andy Murray en campeón de Grand Slam, ha llegado al rescate. Este martes, el checo debutó en el banquillo del alemán con una victoria en la primera ronda del Abierto de los Estados Unidos (6-2, 6-1 y 6-2 a Peter Polansky) que inauguró la ambiciosa asociación de una pareja con una misión bien clara: conseguir que Zverev siga los pasos de Murray y derribe el muro más alto de todos los que hay en el circuito.
“Siempre ha habido relación con Ivan, nos conocemos desde hace tiempo”, explicó el alemán. “Trabajaba con Murray y Jez Green [preparador físico del británico hasta 2015] era también parte del equipo, por eso empezó todo un poco. Creo que después de Wimbledon era el momento perfecto de intentar algo nuevo, algo como esto”, prosiguió Zverev. “Lógicamente, la razón por la que estoy con él es para competir y ganar los torneos más grandes del mundo. El simple hecho de tenerle en la pista ya aporta valor”.
A los 21 años, Zverev está en la mejor posición posible para relevar a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic y convertirse así en la cabeza visible de la próxima generación. El alemán, que ya ha estado a dos pasos de la cima del ranking (número tres), tiene tres Masters 1000 en su currículo (Roma, Canadá y Madrid) entre otros seis títulos. Zverev, en cualquier caso, tiene un problema: no ha conseguido superar los cuartos de final en ningún Grand Slam (13 participaciones) y ha vivido de decepción en decepción cada participación en los torneos más importantes del circuito.
La llegada de Lendl es un inteligente movimiento del alemán para intentar romper el desafío mental al que se enfrenta desde hace un tiempo. ¿Por qué el checo? Es muy fácil: Lendl logró que Murray ganase su primer grande tras perder cuatro finales consecutivas. El checo, que vivió lo mismo cuando era jugador (dejó escapar sus cuatro primeras oportunidades para celebrar un Grand Slam, que llegó a la quinta), supo cómo ayudar al británico, que bajo su mando levantó los tres grandes que tiene (Abierto de los Estados Unidos de 2012 y Wimbledon 2013 y 2016) y disfrutó de los mejores días de su carrera.
“Hay mucho entrenamiento técnico, pero también mucho trabajo mental que me enseña cómo competir en un Grand Slam para poder ganarlo. Algo de eso me ha enseñado”, reconoció el alemán. “Lendl es listo. Lo fue como jugador y también como entrenador. Sabe lo que hace y cómo lo hace. Sabe incluso hacer que los mejores jugadores lo hagan mejores”, añadió Zverev. “Nuestro objetivo es que yo pueda hacerlo lo mejor que pueda en la pista y estamos trabajando duro para eso”, avisó. “No es ningún secreto: estamos juntos para que quizás algún día pueda ganar torneos como este y por eso lo he elegido”.
La leyenda del Lendl entrenador no es cualquier cosa. El campeón de ocho grandes como tenista cambió la mentalidad de Murray. Domó los demonios del británico con mano dura y le sometió una estricta ética de trabajo que terminó con el resultado soñado. Ahora, el checo tiene otro reto: conducir al volcánico Zverev hacia el Olimpo de su deporte.
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