Venus y Serena Williams han marcado un antes y un después en el tenis femenino. Las hermanas consiguieron llegar a lo más alto del ranking de la WTA. Lo lograron con un estilo marcado. Fuerza y potencia. La mayor marcó el camino y la pequeña fue un paso más allá, convirtiéndose en un icono mundial.
Dos deportistas cuyo legado va mucho más allá de las pistas. Dos referentes inspiracionales que forjaron sus leyendas desde niñas bajo la atenta mirada de su padre, Richard. Así surgió la idea de llevar su vida a la gran pantalla y este viernes 21 de enero se estrena en los cines de España 'El método Williams'.
Una película protagonizada por un Will Smith que se mete en la piel de Richard Williams. Ya suena como principal favorito para el premio Oscar por su actuación. Una actuación que ya han aplaudido las mismísimas hermanas Williams, que incluso se han dejado ver junto a los protagonistas de la cinta.
Conocido como 'King Richard', su propósito fue que sus hijas rompiesen con los estereotipos que históricamente habían predominado en el tenis. Los afroamericanos estuvieron vetados en las escuelas de este deporte en Estados Unidos, pero ahí estaba él para llevar a Venus y Serena hasta el Olimpo.
Obsesionado con su objetivo, Richard implantó su plan en la educación de sus hijas. Y así se traslada a la película dirigida por Reinaldo Marcus Green. El padre de las hermanas Williams exigía sesiones eternas de entrenamiento, las cuales llegaban a acabar de noche.
Eso no impedía que 'King Richard' quisiese conciliar sus entrenamientos de tenis con sus estudios. Por ello tanto Venus como Serena debían obtener buenas notas en el colegio y, por supuesto, no faltar a su cita con la Iglesia. Una rutina compleja cuando se habla de niñas, pero un método que, finalmente, logró el propósito por el que lo ideó.
En la película se puede ver cómo hasta los servicios sociales acudieron a la casa de los Williams, alertados por los vecinos de la familia, para comprobar si allí se producía algún tipo de maltrato infantil. Pero las investigaciones que entonces se llevaron a cabo nunca llegaron a más porque Richard logró que sus hijas fuesen buenas estudiantes, alejadas de los peligros de las calles.
Inicio del método
Es más, describieron a Richard como un padre amoroso con Venus y Serena. Él quería que fuesen las siguientes Michael Jordan. Y fue algo que le dijo él mismo al entrenador Rick Macci. Pero el inicio de la historia viene cuando el padre de las Williams vio a Virginia Ruzici ganar Roland Garros en 1978.
En ese momento no se fijó tanto en el éxito deportivo como en el cheque que cayó en manos de la rumana. Un pensamiento pasó entonces por su cabeza: el tenis era una gran forma de que sus hijas tuviesen una seguridad económica en sus vidas. Así se metió de lleno en este deporte.
Tomó clases con un profesor de tenis. Estudio las distintas técnicas de este deporte y cómo se aplicaban en cada circuito, en cada superficie. Pero tanto la descendencia que tenía de su primer matrimonio como los de su segunda esposa Oracene Price eran ya mayores. Así que, como él mismo confirmó en su libro, le dijo que tendrían dos hijos más y que serían estrellas del tenis.
Así llegó al mundo primero Venus en 1980 y después Serena en 1981. A esas alturas, Richard ya había escrito 78 páginas del manual que sus hijas pequeñas debían seguir a rajatabla para llegar a lo más alto en el mundo del tenis. Entonces la familia se mudó a Los Ángeles y cuando las niñas crecieron un poco, comenzaron a seguir 'el método'.
Sesiones de entrenamiento que acababan muchas veces de noche. Insultos y abucheos por parte de otros niños mientras practicaban. Y sí, esto también salió de la cabeza del padre, puesto que así tanto Venus y Serena se adaptaban a un posible clima hostil en plena competición.
Las hermanas Williams firmaron su primer contrato gracias a su esfuerzo, pero sobre todo a su talento. El ya citado Rick Macci aseguró que nunca había visto jugar así a niñas de su edad. Pero el plan de 'King Richard' impidió que ambas jugasen Torneos Juniors por lo que antes le había sucedido a Jennifer Capriati. No quería juguetes rotos, quería ganadoras con fortaleza mental.
Todo el esfuerzo de la niñez desembocó en el hito de Venus Williams, convertida en la primera mujer afroamericana que ascendió hasta el puesto número 1 de la WTA. Después llegó su hermana Serena para consagrarse como una de las mejores tenistas de la historia, con, hasta la fecha, 23 títulos de Grand Slam en su palmarés personal.
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