El Cultural

Manuel Vicent: "En el éxito existe un punto mágico que es imposible de controlar"

9 mayo, 1999 02:00

Pregunta: ¿Todos los muertos, de alguna forma, vuelven?
Respuesta: Sobre todo los mal acuchillados. Por otra parte si te entierran bajo un peral te conviertes en una cosecha de peras.

P: En su novela Son de mar un hombre vuelve a su hogar tras años de ausencia, ¿qué mueve a un desaparecido a regresar?
R: Después de haber dado la vuelta al mundo uno siempre acaba por encontrarse por la espalda. Eso es el regreso.

P: El amor ¿ha de ser desenfrenado?
R: No siempre, hay amores más violentos: son los desesperados que no encuentran a nadie para ir al cine.

P: ¿Qué le produce nostalgia?
R: Lo mio es la melancolía, que es una nostalgia hacia el futuro que se acaba.

P: Los recuerdos personales pueblan sus novelas, ¿qué es lo que más le gusta recordar?
R: La época más feliz es aquella de la que no recuerdas nada y en la que la memoria se confunde con la imaginación.

P: ¿Y lo que más le cuesta?
R: Recordar las veces que he hecho el ridículo.

P: Muchos creen que España ha perdido la memoria, ¿piensa que es cierto?
R: Depende de qué historia se trate. Hay gente que no olvida nada pero tampoco aprende nada.

P: La mitología también aparece en su último libro, ¿qué le debe?
R: La mitología forma parte del inconsciente. Son dioses claros y peces oscuros.

P: ¿Quién es su Penélope?
R: Cualquier mujer que sabe que el amor es capaz de hacer regresar a los muertos.

P: El mar es el centro alrededor del cual giran los personajes de sus novelas, concretamente, el Mediterráneo, ¿cuál es el motivo?
R: El mar es una forma. El Mediterráneo es mi forma.

P: ¿Ese mar suyo, es refugio, condena o salvación?
R: Todo a la vez. Según como venga el día o el cuchillo.

P: La mezcla de vivencias personales y ficción es una de las características de la trilogía que agrupa Contra paraíso, Tranvía a la Malvarrosa y El jardín de Villa Valeria, con esa fusión, ¿no se está engañando el escritor a sí mismo?
R: La novela es ficción, o sea mentira. A uno no le salva la verdad.

P: El paso de la adolescencia a la madurez centra la historia de Tranvía a la Malvarrosa, ¿hasta qué punto marca la vida de uno esta corta etapa de la vida?
R: Cada cambio de estado tiene un rito o sacramento. La llegada a la adolescencia marca la confirmación o el sacrificio del héroe.

P: ¿Qué echa de menos de la España de su adolescencia?
R: Nada. Salvo la inmortalidad del cuerpo.

P: Usted ha visto cómo esta novela era adaptada al cine por José Luis García Sánchez, ¿qué gana y qué pierde una historia en la gran pantalla?
R: El cine es otro lenguaje. Hay que respetarlo.

P: Ha escrito ya dos piezas teatrales Cabaret político y Borja Borgia, ¿qué le ofrece a usted la escritura dramática que no le da la novela?
R: El teatro tiene un tinglado esencial que es ajeno a la escritura propiamente dicha. Las dificultades se multiplican por cien.

P: Borja Borgia se estrenó en Barcelona en 1995, es un premio que no todos los dramaturgos alcanzan, ¿qué sintió al ver su obra en escena?
R: Fue una experiencia agradable.

P: Por la ruta de la memoria es, más que un libro de viajes, un libro de paisajes vividos, ¿cuál es su paisaje favorito?
R: El paisaje de mi niñez deformado por la memoria. El humo azul.

P: Cogería un tranvía para viajar a...
R: La Malvarrosa, si fuera un tranvía como los de antes.

P: Acaba de recibir el premio Alfaguara de Novela, el mismo premio que impulsó su carrera como novelista, y ha recibido también el Nadal, ¿qué le debe a los premios?
R: Los premios sirven para que un libro se venda más, dentro de la filosofía de cada editorial.

P: ¿Le cuesta hacerse hueco entre los escritores más jóvenes ahora tan de moda?
R: No entiendo nada de huecos. El hueco de un escritor siempre es el mismo.

P: ¿Cree que es suficiente con tener un número importante de lectores para ser considerado un buen escritor?
R: No necesariamente. Lo normal es que suceda lo contrario.

P: ¿Cuál cree que es el mejor reclamo para vender un libro, independientemente de su calidad?
R: No entiendo nada de mercado. Aparte de que en el éxito existe un punto mágico que es imposible de controlar.

P: ¿Cuáles son los límites que, para usted, plantea la novela frente a la crónica diaria en Prensa?
R: La novela consiste fundamentalmente en crear personajes.

P: La crítica opina que los relatos cortos son su especialidad, ¿cuál es el secreto?
R: Si lo dice la crítica, sus razones tendrá. Yo no estoy en el secreto.

P: ¿Qué le debe la Prensa a la Literatura y viceversa?
R: El periodismo es la expresión literaria del siglo XX.

P: En estos días de guerra y odio, de ataques y de retórica, ¿qué tiene que decir un columnista?
R: Ser coherente con sus ideales. No tener miedo a pensar distinto de lo correcta y políticamente establecido.