El Cultural

Luis Racionero

"Ganaré el Planeta cuando aprenda a escribir novelas muy simples"

3 octubre, 1999 02:00

Luis Racionero presenta estos días La sonrisa de la Gioconda, galardonada con el premio Fernando Lara. Un canto a la belleza y a la ambigöedad desde la que mira al futuro y proyecta sombras sobre el presente. Con una sola idea: seguir siendo libre, siempre libre.

Pregunta: Dice que La sonrisa de la Gioconda anuncia hacia dónde puede evolucionar la especie humana. Ante este fin de siglo, ¿cree que la Gioconda conservaría su sonrisa?
Respuesta: Sí, porque la suya es una sonrisa andrógina, por encima del bien y del mal, en la que se funden los opuestos; desde ese punto de vista, es una sonrisa siniestra; la de alguien que ya ha detectado el mal, que lo conoce; una sonrisa que mira al futuro y que proyecta sombras sobre el presente, que nos fascina porque es algo a lo que vamos a llegar. Me refiero, claro es, a lo andrógino como sensibilidad, desde un punto de vista psicológico, no sexual.
P: ¿Hay motivos para la esperanza?
R: Para tener esperanza no cabe mirar a los últimos cincuenta años, sino a los últimos cinco mil, y recordar las montañas de cabezas humanas, la muerte de Giordano Bruno: eso ya no sucede, lo que es una gran mejora. La catástrofe del siglo XX la ocasionan los intentos totalitarios de organizar a las masas, pero el totalitarismo también ha fracasado...
P: Escribe su obra en primera persona, lo que le ha permitido que un veinte por ciento de la misma sea de Leonardo: ¿dónde comienza el plagio y termina la admiración?
R: No he plagiado nada, cito textualmente, pero no vamos a diferenciar con distinto tipo de letra mi relato y los escritos de Leonardo. Lo que he pretendido es que la gente descubra cosas escritas por Leonardo que muy pocos conocen de primera mano.
P: ¿De dónde le viene su fascinación por Leonardo da Vinci?
R: Fue un científico y un artista maravilloso. La gracia de algunos rostros de Leonardo, su sensibilidad, no la ha mejorado nadie, y aunque Rembrandt o Velázquez tengan retratos más perfectos, la sensibilidad de esos rostros es insuperable. Como la de sus paisajes.
P: En su novela, regresa usted a uno de sus períodos más queridos, el Renacimiento...
R: Creo que fue la época más bonita de Europa. Ahora no hay tanta belleza en las calles, ni en las casas, ni en las caras. Yo entro en la capilla Pazzi de Brunelleschi y eso es el paraíso, por su belleza, su sencillez y claridad.
P: La fascinación por la belleza...
R: Se nace con ella. A uno le gusta lo bello como a otro le gustan los calamares a la romana. Me gusta la pintura de los prerrafaelistas, Giotto, lo que queda en Creta de arte minoico, es decir, esa sensibilidad que se llamaba "maniere gentile".
P: ¿Cuál es su canon?
R: El Hermes de Praxíteles, en el museo de Olimpia, en Grecia.
P: Leonardo fue un verdadero humanista, un genio de la pintura, la escritura, la ingeniería... Usted también es ingeniero, ensayista, narrador. ¿No existen límites para la imaginación? ¿Y para la vida?
R: Existen más en la vida que en la imaginación. Lo bonito es que una cosa que se imagina se pueda palpar y realizar y tener al lado. Sí, eso es lo bonito.
P: ¿Cuál es el sueño imposible de Luis Racionero?
R: Vivir en una ciudad con casas de dos pisos como máximo, la mayoría con jardín, con gente que conversara, tranquila, una ciudad sin ruido en la que la gente no corriera tras el dinero, y esto conlleva una organización social justa, igualitaria, sin desequlibrios.
P: Parece usted un ser de otro tiempo, un bon vivant: ¿cómo consigue no ser arrollado en estos tiempos de prisas e internet?
R: Porque estoy soltero y cuando uno está solo, como decía Leonardo, se tiene a sí mismo, puedes ser tuyo, vivir a tu ritmo, sin interferencias.
P: Ha obtenido el Fernando Lara; antes fueron el Torrente Ballester, el Prudent i Bertrana, el Anagrama: ¿no se imagina publicar sin premio?
R: He escrito treinta libros y obtenido cuatro premios, tampoco es para tanto.
P: ¿Para cuándo el Planeta?
R: No sé, para eso tendría que escribir una novela más sencilla que ésta porque la tendencia última de los Planeta es premiar novelas muy simples, con mucha acción, mientras que la mía tiene como una connotación culta, de introspección, que no encajaría. Quizá cuando aprenda a escribir así.
P: ¿Se considera Luis Racionero parte ya del sistema?
P: He intentado ser libre toda mi vida. Por eso dejé el ejercicio de mis dos carreras, por eso pasé a la Universidad, y luego ejercí una profesión liberal como el urbanismo, y decidí escribir, para seguir siendo libre.
P: ¿Qué fue de aquella izquierda exquisita y libertaria de los años 70?
R: Las ideas están ahí, ahí está el programa de la contracultura. Cuando llegué de California, la mayoría de la gente de izquierda era comunista recalcitrante, no había manera de que no hablaran de lucha de clases, no tenían presentes las ideas libertarias de la revolución contracultural. Creo que lo que pensaban los hippies sigue siendo válido.
P: ¿Está la sociedad contemporánea desarmada desde el punto de vista de la ética?
R: Bastante, porque la ética se había basado en la religión. Cuando el otro día Juan Pablo II dijo que en el infierno no había fuego me sentí estafado, y recordé todo lo que había pasado cuando era niño... Al hacernos laicos la ética se ha resentido.
P: Parece que ya no importa ser y sólo tener: ¿Qué son la pobreza y la riqueza para usted?
R: La riqueza es necesitar nueve y tener diez, y la pobreza, lo contrario. Hay unos niveles mínimos, pero a partir de ciertos límites, pobre es el que desea más de lo que está consiguiendo, y eso, al nivel que sea.