Image: Fernando Sánchez-Dragó

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El Cultural

Fernando Sánchez-Dragó

“En la república de las letras no tiene por qué reinar la paz de los cementerios”

12 julio, 2000 02:00

Sánchez Dragó, por Gusi Bejer

Heterodoxo, libertario, provocador... Sánchez Dragó lleva tanto tiempo pisando buenas conciencias que no asombra que se declare al tiempo budista, anarquista y raro. Tampoco que su Negro sobre blanco siga siendo un oasis en el desierto televisivo. Por algo vive "solo como don Quijote, pero no aislado como Robinson"..

Pregunta: ¿Cuándo veremos un programa cultural en "prime time"?
Respuesta: Cuando se implante un canon para sufragar la televisión pública o cuando se diga en voz alta lo que casi todos dicen en sordina: que los índices de audiencia son un camelo sin ninguna base real.
P: ¿Es Negro sobre blanco "EL" programa de libros con el que sueña? ¿Qué le falta y qué le sobra?
R: Le sobra su actual horario de emisión y le faltan treinta minutos de noticias, reportajes, revoloteos y entrevistas breves, y algo más de presupuesto para poder salir al extranjero o traer autores de fuera.
P: ¿Cuál ha sido el mejor de todos los emitidos y por qué?
R: Quizá los dos programas dedicados a Raimon Pannikar. El Espíritu sopló aquel día en Negro sobre...
P: ¿Y el peor?
R: Soy un hombre cortés. No puedo responder a eso. Hay magníficos escritores que carecen de telegenia, lo que les honra.
P: ¿A quién, que aún no se haya dejado, le gustaría entrevistar?
R: Gabriel García Márquez, Juan Goytisolo, Agustín García Calvo...
P: ¿Con quién ha tenido que conversar sin que le interesase, y por qué se dejó?
R: "Negro sobre blanco" es y quiere ser un servicio público, no una plataforma de mis gustos y opiniones. Por él han pasado muchos escritores que no son santo de mi devoción, pero que interesan a la gente. No debo dar nombres.
P: ¿Cómo se le ocurrió encerrarse con los de la Fiera Literaria?
R: Por cuatro motivos: en la república de las letras no tiene por qué reinar la paz de los cementerios. 2: porque -guste o no- existen y y todo lo que existe, literariamente hablando, tiene derecho a salir en el programa. 3: porque llevan, a mi juicio, razón en mucho de lo que dicen. Y 4: porque se enfrentan (como yo) al Discurso de Valores Dominantes, y eso es siempre saludable.
P: ¿Existen muchos falsos prestigios en nuestras letras? Dé nombres.
R: Tengo por norma no amargar la vida a nadie. Pero quede constancia de que, a mi juicio, y limitándome al terreno de la novela, casi todos los prestigios de la hora actual carecen de fundamento y son fruto de la farsa y conspiración mediática.
P: ¿Y en la crítica? ¿Cuál es, a su juicio, la mejor?
R: La que no existe, la que no se escribe, la que no se publica. Los críticos son a la literatura lo que los toros mansos a la tauromaquia.
P: ¿Y en la edición?
R: Kairós, Pre-Textos, Olañeta, Muchnik...
P: Dicen que aumenta el número de quienes no leen jamás: ¿qué se puede hacer? ¿Y el Ministerio?
R: Apagar la televisión, desenchufar internet, olvidarse del fútbol y de la música que no sea clásica, silenciar en la Prensa, en la radio y en la tele los nombres de los "falsos prestigios" -que sirven para ser comprados, pero no para ser leídos- y reinstaurar el bachillerato que yo estudié.
P: ¿Qué lectura le recomendaría a un joven que esquiva las librerías?
R: El barón rampante, La isla del tesoro, Río profundo (de Shuzaku Endo), Demian, Tonio Krüger, Hambre...
P: ¿A qué libros vuelve siempre?
R: Al Quijote, a la Odisea, a la Eneida, a la Baghavad Gita, al I Ching, al Tao Te King, a Antonio Machado, a los libros de Guillermo, a Shakespeare, a Hesse...
P: ¿Y a qué contemporáneos lee?
R: El peor de los clásicos me parece mejor que el mejor de los contemporáneos. A buen entendedor...
P: ¿Por qué la derecha tiene tan mala conciencia cuando se trata de cultura?
R: Porque es (mayormente) judeocristiana y cree en el pecado original.
P: ¿Se siente un raro, por heterodoxo y de derechas?
R: Nací raro (a los ojos de los demás): es mi karma y mi naturaleza. No me considero ortodoxo o heterodoxo, sino hombre libre, ecuánime, sensato y carente de orejeras. Si la derecha es judeocristiana y la izquierda también, ¿cómo diablos podría entrar yo -que soy pagano, budista, taoísta y anarquista- en ese juego? No me clasifiquen, por favor. Lo de derechas e izquierdas es arqueología.
P: ¿Quedan edenes por descubrir?
R: Conozco algunos, pero si dijera cuáles llegarían los turistas y dejarían de serlo.
P: Intente lo imposible: defina su filosofía en tres líneas.
R: Haz las cosas por sí mismas y no por sus frutos. Nosce te ipsum. Al hombre justo todo le está permitido, Nada en exceso. Hic et nunc, Tanto eres, tanto vales. Solo, como don Quijote, pero no aislado, como Robinson. Haz lo que quieras. Yo nada más soy yo cuando estoy solo. Nada importa nada.
P: ¿Le queda aún alguna revolución pendiente?
R: No soy hombre de revoluciones, sino de evoluciones. Lo que más me importa es llegar al fondo de mi cerebro por el cauce de la modificación de mis estados de conciencia.
P: ¿Contra las ideologías, libertad y pasión?
R: Contra las ideologías, ideas. Y, por supuesto, aversión al rebaño.
P: ¿Todavía hace justicia a esa fama que recoge un cantautor con aquello de "quiero ser muy promiscuo, como Sánchez Dragó [...] que ha gozado de mujeres,/ no de una sino de un millón?
R: Nunca llovió tanto, pero ahora llueve algo menos. Donde hubo, sin embargo, queda.
P: Quizá por eso las feministas no le aclaman: ¿el hombre actual se siente desconcertado, agredido...?
R: Primero fue el matriarcado, vino luego el patriarcado y los términos, ahora, vuelven a invertirse. Cuestión de ciclos.
P: ¿España ha perdido su magia en estos tiempos de globalización e internet?
R: España ya no existe.
P: Si hoy escribiera Gárgoris y Habidis, ¿qué cambiaría y por qué?
R: ¿Cree usted que puedo responder a eso en un par de líneas? Necesitaría, más bien, quince o veinte volúmenes del Espasa.
P: ¿Que hay más allá de la evidencia?
R: El Ser.