Francisco Umbral
No quiero olvidar nada. si olvido pierdo dinero
25 octubre, 2000 02:00Francisco Umbral, por Gusi Bejer
Dice que todos los prestigios son falsos "hasta que uno se muere" y que la Academia, para ganarle, tendría que comprarlo. Sigue tan lírico y libre como siempre, pero ahora recorre Madrid a lomos de una Harley Davidson lustrosa y sentimental, y literaturiza todo lo que pilla. Acaba de publicar Madrid, tribu urbana, que es su mejor y último pretexto para intimar otra vez con las mujeres, la política, los amigos, la actualidad y la muerte. Y la literatura, claro. Lo mejor es leerlo.
Respuesta: La memoria y la Olivetti.
P: ¿Qué le hubiera gustado olvidar? ¿Por qué?
R: Olvidar nada. Si olvido algo pierdo dinero.
P: ¿Y a quién?
R: También las personas se cotizan en la memoria.
P: ¿Tenemos, en general, buena o mala memoria?
R: Ustedes muy mala, yo muy buena.
P: No es la primera vez que habla de Madrid como tribu urbana. ¿Ha cambiado Madrid sustancialmente?
R: Ahora es una tribu con microondas.
P: La cita de Ramón "De Madrid hay que recordar siempre que fue moro", ¿era una premonición?
R: Era una constante.
P: Dice que es este un Madrid "directamente moro, con más acotaciones proustianas que costumbristas". ¿A qué se refiere?
R: Esto es el morerío del marujeo o el marujeo del morerío.
P: Escribe en su libro sobre el clima "moral o amoral de España"... ¿vivimos en una sociedad sin pricipios? ¿cuáles cree usted irrenunciables?
R: Los de la Constitución.
P: Como cuenta, en los años que recrea muchos pasaron "de los chicharros al caviar" ¿Impunemente? ¿Y en sentido inverso?
R: En sentido inverso el chicharro se marea.
P: ¿Por qué escribe que Felipe González empezó a ser una superstición dentro del partido y luego nacional?
R: Porque antes tenía poder y ahora tiene influencia.
P: ¿Cree que Rodríguez Zapatero es un buen conjuro?
R: No.
P: Como Buero, usted fue un posibilista. ¿Valió la pena? ¿Cree que al fin les han entendido?
R: A Buero sí, pero se murió.
P: ¿Cuál es la diferencia entre el tonto útil y el compañero de viaje?
R: El tonto es la maleta, y el compañero de viaje es el maletero.
P: Dice que hay quien, con Franco, perdió al enemigo y la musa. ¿Contra el dictador se escribía mejor? ¿Cómo se sobrevive entonces a esa pérdida?
R: Hay nuevos dictadores.
P: ¿Existían entonces, como ahora, falsos prestigios?
R: Todos los prestigios son falsos hasta que uno se muere.
P: ¿Realmente cree que la democracia aún no ha pasado por Extremadura?
R: Ha pasado pero de largo.
P: "No tenemos otra cosa que nuestra subjetividad". ¿Usted lo es sólo en vida, en la literatura, o más en una que en la otra?
R: Sólo se escribe desde la subjetividad.
P: ¿Cuál es su capricho más secreto como autor y persona?
R: Mentir.
P: A muchos les sorprende su amistad con el Duque de Lugo, "pequeño lord y neodandi".... ¿Qué tienen en común?
R: Hablamos de trapos.
P: ¿Cuál de todos sus libros le recomendaría a Froilán?
R: El catón.
P: ¿De qué cree que es hoy símbolo?
R: De un primo mío.
P: ¿Qué sería de Umbral sin Madrid? ¿Y al contrario?
R: Siempre me tendrán ahí para llevarme flores.
P: Las mujeres de su libro, con el tiempo y la literatura ¿qué ganan y qué pierden?
R: Ganan prestigio.
P: Dice que asiste al incendio "de la generación anterior a la mía". ¿Eran tantos los corrompidos?
R: No hablo de corrompidos sino de enfermos.
P: ¿Cómo se ha salvado usted de ser arrastrado por ese "coro del poder y la gloria"?
R: Es que sí he sido arrastrado.
P: Se codea de izquierda a derecha, pasando por la majestad del que no está en ese juego. Al cabo de tanta vida, de tantos libros, ¿en qué punto se encuentra mejor?
R: Me codeo lo menos posible porque se estropean mucho los codos de la ropa.
P: ¿Quién crea más lenguaje, el escritor o el filólogo?
R: El escritor.
P: ¿Qué tendría que hacer la Real Academia para ganarle?
R: Comprarme.
P: ¿Cuál es el mejor remedio para la falta de imaginación?
R: Dejar de escribir.
P: ¿Y de talento?
R: Dejar de escribir.
P: ¿Se ha sentido alguna vez esclavo de las modas literarias?
R: Las modas las creo yo.
P: ¿Le condicionan los ritmos editoriales?
R: Les condiciono yo a ellos.
P: Por las páginas del libro se pasea con frecuencia Cela. ¿Cree que ya le han perdonado el Nobel?
R: No.
P: A lo largo de su vida ha recibido numerosos premios, el Príncipe de Asturias entre ellos: ¿los anhela, le incomodan, le condicionan? ¿Aspira todavía a alguno? ¿Qué haría para lograrlo?
R: Nada.