Image: José Luis García Martín

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El Cultural

José Luis García Martín

“Me horroriza que un poeta me pida mi sincera opinión”

25 julio, 2001 02:00

Dice García Martín que un día entró a curiosear en una librería "y cuando me di cuenta había pasado la vida entera". Quizá por eso su último libro de artículos trata de resumir Media vida (Junta de Extremadura) de lecturas y pasiones. Pasiones que también reflejan los dos volúmenes en los que ha reunido lo mejor de los Poetas del 900 .

Pregunta: Si "todo está contado", ¿para qué insistir?
Respuesta: Para que se enteren los que estaban distraídos, para tratar de contarlo todo de nuevo un poquito mejor.
P: ¿Media vida no es nada? ¿Qué, si no?
R: Media vida, en mi caso, son veinticinco años. Entré a curiosear en una biblioteca y cuando me di cuenta había pasado la vida entera: medio siglo.
P: Da varias definiciones de lo que es "envejecer". ¿Con cuál se queda?
R: Envejecer es una mala costumbre que suele tener la gente. (Plagio a Borges
para ir haciendo méritos, a ver si me nombran director de la Biblioteca Nacional).
P: Dice que "las grandes editoriales, los fastos" no son "literatura". ¿Por qué?
R: No son literatura, pero pueden ser excelente pretexto para hacer literatura. O sí lo son: ¿cabe imaginar un esperpento mejor que el homenaje que a Clarín le tributó la Universidad de Oviedo? Pero no se empeñe, no lo voy a contar. Pregún-
tele a Juan Palomo.
P: Que es, según repiten en algún suplemento literario más o menos malagueño
(o cordobés) usted mismo.
R: No debería usted leer esas cosas. Perjudican seriamente la salud.
P: ¿Qué es la literatura?
R: Palabras de Machado, Cervantes, Garcilaso... Un no sé qué que quedan bal-
buciendo. (Plagio a Miguel d’Ors para aumentar mis méritos; yo, para ser director de la Biblioteca Nacional, sería capaz de cualquier cosa, salvo madrugar y votar al PP).
P: ¿Es miembro del club de los incomprendidos?
R: Sí. Pero no tiene mérito. Es muy poco selecto. In-cluye a la humanidad en-tera.
P: ¿Cuáles serían sus nor-mas de admisión?
R: Basta con haber nacido. Ni siquiera se prohibe la entrada a los animales.
P: "Lo que se ha muerto era un cadáver", se escribió
en la necrológica de Gide. ¿Hay muchos cadáveres en
nuestras letras?
R: Hay muchos, pero no da-ré nombres: los cadáveres merecen un respeto. Y en algunos casos hasta un premio Nacional de Literatura.
P: Dice que nadie difama mejor que un amigo: ¿y usted?
R: A mí no me gusta hablar mal de nadie. Ni siquiera de mí mismo.
P: ¿Por qué le temen tanto sus amigos?
R: No serán amigos. Sólo quien me confunda con otro puede temerme.
P: Define a Sawa "excelente personaje y mediocre es-critor". ¿Qué abundan más hoy, los unos o los otros?
P: Lo que más abunda, ayer y hoy, son los escritores mediocres. Pero hay exce-lentes personajes que son también excelentes escritores. Cito algunos ejemplos: Hierro, Eugénio de Andrade, ángel González, e incluso José Saramago, por lo que me han contado.
P: Un personaje del libro aseguraba que "las opiniones imparciales carecen de valor". ¿También en la crítica? ¿Y usted?
R: A mí, parciales o imparciales, sólo me interesan las opiniones de ciertas perso-nas. También en la crítica. También en lo que a mí respecta.
P: ¿A qué poetas del novecientos salvaría usted?
R: A todos en los estantes de la Biblioteca Nacional.
P: ¿A cuáles ha rescatado inmerecidamente?
R: A ninguno. Ni siquiera a Pemán.
P: ¿Se ha encontrado, como Angel González, a sí mismo en un encrucijada?
R: No. Yo sólo me encuentro a mí mismo en un espejo, cada mañana, cuando me afeito. Y no me asusto. Estoy acostumbrado.
P: ¿Cuántas lecturas adolescentes han superado en su caso la prueba del tiempo y por qué?
R: Muchas. No sé por qué. Azorín y Salinas, Galdós y
Tolstoi,Iriarte y Samaniego.
P: ¿Por qué en su libro abundan tanto las referencias a Wilde o Clarín, y tan poco a los autores de hoy? ¿Es que todo es un bluff?
R: Es que todo no cabe en un libro. Pero si le interesa puedo darle el título de algún libro mío lleno de referencias a los autores de hoy.
P: ¿Realmente en la vida de cualquier poeta "lo que más escasea es la trivialidad y la rutina"?
R: En la mía, afortunadamente, no escasean.
P: Si el "paraíso propio es un autorretrato" ¿cuál es el suyo?
R: Un libro y un amigo, un sueño breve que no conturben deudas ni pesares.
P: ¿Pensaba en alguien cuando escribió acerca de "prevaricar con buena conciencia por un amigo, hacer alardes de generosidad con el dinero público"?
R: Pensaba. Pero no voy a dar nombres. Un día sí y otro también aparecen
en la primera página de todos los periódicos.
P: Elija una ciudad, un instante, y dé una razón.
R: Oviedo, por ejemplo. Una fresca tarde de verano como ésta. Una librería de viejo. El café del Rosal, los libros recién comprados, los amigos que llegan, Adriana...
P: Un autor...
R: "La forma de querer tú/ es dejarme que te quiera" (Pedro Salinas).
P: ¿Qué es lo que más le puede horrorizar en un libro de poemas?
R: Los poemas.
P: ¿Y en un poeta?
R: Que me pida mi sincera opinión.
P: ¿Y en usted?
R: Nada. Ya estoy acostumbrado.