Image: Fernando Delgado

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El Cultural

Fernando Delgado

“Aspiro a ser una abuela moderna”

26 septiembre, 2002 02:00

Fernando Delgado, por Gusi Bejer

Fernando Delgado (antes fue Fernando G. Delgado, se nos ha olvidado preguntarle dónde dejó el punto G) nació en Tenerife en 1947, pero ya no sabe si esa es una isla de verdad o de las otras. Lo mismo le pasa con la de San Borondón. Sin embargo en su última novela, Isla sin mar (Planeta) nos descubre un nuevo tipo de islas: las islas de dentro, esas que a veces nos sirven de refugio y de las que a menudo nos resulta imposible escapar. Hay islas para todos los gustos. La de Fernando Delgado, parece, ni es ni deja de ser.

Pregunta: Esa isla sin mar de su título, ¿dónde está?
Respuesta: En el interior de uno de los personajes de la novela en forma de isla de olvidos. Toda memoria la tiene, y a veces nos recluimos en esa isla
para defendernos de la memoria, que no siempre es amable.
P: Dice un personaje: "No hay novelista que no empiece por su familia". Luego se quejará si le preguntan que si es autobiográfica...
R: No me quejo. Otra cosa es que te tomes esa pregunta como la consecuencia de una sesuda reflexión o que tengas una respuesta para eso que resulte original.
P: Y "Si por fin vas a escribir, no tengas mucho tiempo a un personaje a mano; la copia del natural es lo más artificial que pueda darse". ¿En qué quedamos?
R: A veces lo más cercano es lo más desconocido.
P: Muchos consejos da... ¿No querrá meterse a teórico de la cosa?
R: No, por Dios. Hay muchos teóricos. Algunos muy buenos, otros que teorizan para defender lo suyo. Yo no estoy por esas. Los consejos en Isla sin mar los da una abuela. Yo nunca he dado consejos ni pienso hacerlo cuando llegue a abuela. Aspiro a ser una abuela moderna.
P: ¿Cómo ve usted a la crítica literaria?
R: Yo no hablaría de la crítica sino de críticos. Hay una crítica eficaz, una creadora que deslumbra y hay narcisos que se desahogan sin más. Los peores son los que no leen y escriben desde el prejuicio o los que aprovechan para sus ajustes de cuentas.
P: Ya nadie se mea a la puerta de las Academias... ¿Echa en falta el meísmo?
R: El orín ha perdido su capacidad de subversión. Antes los que meaban a la puerta de la Academia acababan entrando, y ahora, los que quieren entrar, saben que por ese camino no lo conseguirán.
P: En No estabas en el cielo escribía sobre el padre, ahora sobre la abuela... ¿seguirá hasta completar el árbol genealógico?
R: Soy poco aficionado a la genealogía, y a los piratas portugueses de los que procedo ya los tengo localizados. A lo mejor termino escribiendo una de piratas...
P: En su novela incluye una cita de Carlos Marzal. ¿Es usted uno de los famosos 500 lectores de poesía que dicen que hay en España?
R: No hay ninguna expresión artística por la que sienta más pasión que por la poesía. Marzal es muy buen poeta y Metales pesados un gran libro, muy significativo en la orientación que ha tomado su generación.
P: Ha dicho que la frontera entre periodismo y literatura es casi imperceptible. ¿Lo mantiene?
R: La mejor prosa de los periódicos pertenece a la literatura, es literatura.
P: Dependerá de qué periodismo y qué literatura...
R: Estoy seguro de que nos referimos, por ejemplo, a un buen reportaje. Pero un artículo de análisis puede ser un fragmento del mejor ensayismo. Y hasta una crónica de sucesos puede ser un magnífico relato.
P: ¿Para cuándo su página web? Porque imagino que el de la guitarra que sale en www.fernandodelgado.com no será usted adolescente...
R: No, lo de mi guitarra vino después. Yo, por ahora, sin tiempo ni ganas de atender al contestador telefónico, no quiero más escaparates.
P: La radio ¿es una fábrica de novelas?
R: Sí, porque tiene que ver mucho con la vida, es muy permeable y cercana.
P: ¿Ha aprovechado algo que haya oído en la radio?
R: No. Pero sí algo que me he imaginado haber oído en la radio.
P: ¿Qué ha leído últimamente que me recomiende?
R: Las cosas como fueron, las memorias de Francisco Nieva. No es lo último que he leído, pero sí el libro que regalo a mis amigos.
P: ¿Queda alguna isla por descubrir?
R: Sí, la imaginación está llena de islas. Pero una cosa es descubrirlas y otras conquistarlas avasalladoramente.
P: De las islas de verdad, ¿cuál es su favorita?
R: Me pone en un aprieto: Cuba, Sicilia, Creta, Mallorca... Capri por razo-nes muy íntimas. Si no le digo Tenerife es porque nací allí y ya no sé hasta que punto es una isla de verdad o pertenece a las inventadas.
P: ¿Y de las inventadas?
R: San Borondón. Pero tampoco estoy seguro de que sea una isla inventada.