Image: Nacho Vigalondo

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El Cultural

Nacho Vigalondo

“Me aterra aburrir como persona tanto como cineasta”

24 febrero, 2005 01:00

Nacho Vigalondo, por Gusi Bejer

Nacido en Cabezón de la Sal (Santander) en el año 1977, Nacho Vigalondo compite el domingo con su corto musical 7:35 de la mañana en la 77 edición de los Oscar. Se disputará la estatuilla con otros cuatro cortometrajes cuya duración total suma 77 minutos. Demasiadas casualidades. El actor y director, ex-guinosta de ‘Gran Hermano’ y rostro popular en los spots televisivos, se muestra confiado de cara a los Oscar con su corto, un ‘cutremusical’ entre el humor y el horror.

Pregunta: Enhorabuena, el suyo es de los pocos cortos que no se queda en un simple chiste...
Respuesta: Eso que dice es un gran piropo. De todas maneras, simpatizo más con los chistes que se quedan en eso que con las tragedias que se quedan en chistes.
P: ¿Su corto es absurdo porque es serio, o es serio porque es absurdo?
R: Digamos que parte de una seriedad en la que también concluye, pero hay una fase intermedia irremediablemente absurda.
P: En esto, ¿se parece su corto a usted?
R: El corto es mejor como corto que yo como persona, se lo aseguro.
P: Muchos críticos dirían que 7:35 de la mañana es el colmo de la postmodernidad.
R: Me gustaría pensar que es postpostmoderno, implique eso lo que implique.
P: El mérito de su musical no es que reinvente el género, es que lo destroza... ¿algo en su defensa?
R: Los géneros están ahí para romperlos en mil pedazos, para eso se inventaron. Los pioneros fueron sus principales aniquiladores. Imagine lo poco que me interesa defenderme de esta acusación.
P: ¿Qué suele hacer usted todos los días a las 7,35 de la mañana?
R: Dormir como un bendito. Tanto mis rutinas profesionales como las ociosas tienden a desarrollarse de noche, así que madrugar no es mi actividad más natural. Además, sienta fatal a la salud. Creo que un estudio demostraría que madrugar toda tu vida acorta la vida más que el tabaco.
P: Usted debe de ser el nuevo Almodóvar, ese al que no premian en los Goya pero sí en los Oscar...
R: No me negará que lo de pertenecer a la academia europea y norteamericana pero no a la española tiene su gracia.
P: Siendo realistas, ¿qué posibilidades tiene un corto cantado en español de ganar un Oscar frente a cuatro cortos en inglés?
R: Le voy a dar una respuesta rápida y sincera: Tenemos la absoluta seguridad de estar en la cabeza o en la cola de los nominados. No caben términos medios.
P: ¿Ha enviado cestas de mimbre a los académicos de Hollywood?
R: No, no. Espero que se conformen con mi más honesta simpatía.
P: Por cierto, en la foto de los nominados... ¿con quién habló y de qué?
R: Con Clint Eastwood. Todo muy cortés y discreto. Con ese momento ridículo en el que le deseé suerte.
P: ¿Qué ha sido lo último que le ha entusiasmado, interesado, conmocionado, cabreado (usted elige)?
R: Mi última gran conmoción ha sido viendo la recuperación en DVD de la serie El prisionero. Cada quince planos me he quedado sin aliento. De un tiempo a esta parte, ciertas series de televisión, clásicas o actuales, me están salvando la vida.
P: ¿Qué películas le han marcado como persona?
R: Viendo Evil Dead descubrí que se podían levantar catedrales de las piedras. Con Corazón Salvaje descubrí que la construcción de algunas películas podía tener las cualidades de un conjuro inexplicable y con Reservoir Dogs vi que se podía poner todo patas arriba, y que siguiese funcionando. Creo que vi Star Wars demasiado tarde.
P: Si tuviera la ocasión, ¿en qué películas le gustaría vivir?
R: En El largo adiós de Robert Altman y en ese poblado tamaño haiku de Rio Bravo, con un rifle y un pony.
P: Fue guionista de Gran Hermano. Después de eso, ¿qué más puede pedirse para conocer la condición humana?
R: La condición humana se evidenciaba en todo su esplendor no sólo en los concursantes del programa, sino en los tipos que trabajábamos allí.
P: Su ‘blog’ es muy divertido, y hasta parece muy honesto, ¿no le asusta exponerse tanto a la opinión pública?
R: Confieso que alguna noche me ha costado conciliar el sueño. Pero siempre me han gustado las estrellas expuestas, que no disimulan ni su arrogancia ni sus debilidades. Supongo que me aterra aburrir como persona tanto como cineasta.
P: Usted sabe que a partir de ahora, haga lo que haga, van a mirar su trabajo con lupa...
R: Es mucho peor la presión de que tu trabajo se quede en la sombra, se lo aseguro. De eso sé un huevo.
P: ¿Cuánto durará la frescura?
R: Me mata de pánico pensar en la fecha de caducidad. Espero enterarme el primero si tal cosa sucede.
P: ¿Qué puede decirnos de Cronocrímenes, el que será su primer largometraje? ¿Volverá a destrozar un género?
R: Con Choque, mi próximo cortometraje, voy a mandar a tomar por el saco al cine de acción. Con Los Cronocrímenes voy a intentar hacer una película de ciencia ficción con la crudeza y sequedad de, pongamos, French Connection. Y con una importante carga erótica. Y con un final de esos de "no cuente a sus amistades". ¿Usted cree que me voy a forrar?
P: Siempre que su productor no cambie el título...
R: Inexpicablemente le encanta.