Image: Ignacio Amestoy

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El Cultural

Ignacio Amestoy

“Soy periodista, me gusta ser testigo y también en el teatro”

31 marzo, 2005 02:00

Ignacio Amestoy, por Gusi Bejer

Rondó para dos mujeres y dos hombres es la segunda comedia de Ignacio Amestoy (Bilbao, 1947) que llega a los escenarios madrileños esta temporada (en cartel, en el recién nacido Pequeño Teatro Gran Vïa). Ha estrenado De Jerusalén a Jericó, que junto con Chocolate para desayunar (premio Lope de Vega) y Cierra bien la puerta (premio Nacional de Teatro) componen la tetralogía dedicada a la mujer. Este autor y periodista combina la comedia social con el teatro-documento, para el que se inspira en hechos históricos.

Pregunta: "El sexo débil" sale encantado con usted tras ver Rondó... ¿Esta tetralogía surgió tras comprobar que las mujeres son las que más teatro consumen?
Respuesta: ¡Por favor, no diga "sexo débil"! Las mujeres, y no pocos hombres salen encantados no conmigo, sino con la función. ¡Y desde hace 25 años trato el tema de la mujer: Ederra, Doña Elvira, Elixa, La zorra ilustrada, Pasionaria, La Reina de Alfonso XII...! Federico sí escribió la Bernarda tras comprobar lo que usted dice.
P: En el teatro, ¿son más interesantes los personajes masculinos que femeninos? Nombre algunos.
R: ¡Hay personajes masculinos grandiosos! En nuestros teatro, desde Pedro Crespo, de Calderón, a Max Estrella, de Valle. ¿Tres mujeres? Medea, de Séneca; Fedra, de Racine, y Hedda Gabler, de Ibsen. También, independientemente de su sexo, el protagonista de Flor de Otoño, de Rodríguez Méndez.
P: ¿Deberían los autores aplicar cuotas para sus dramatis-personae?
R: ¡Si pronto la cuota tendrá que aplicarse a los hombres!
P: Tras Rondó... sólo le quedaría por estrenar Chocolate para desayunar para cerrar la tetralogía sobre la mujer, ¿es el teatro Español el lugar "natural" para acoger este texto?
R: Dice usted bien, sería su lugar "natural". Ederra, mi primer Lope, se estrenó porque hubo un gran hombre de teatro, José Luis Gómez, que se arriesgó a programarla. La tradición ha desaparecido por miedo, miedo al riesgo, y porque algunos no han descubierto todavía que "lo que no es tradición es plagio".
P: Usted es muy dado a las trilogías y tetralogías. ¿Por qué ?
R: ¡Toda obra humana debe de ser eslabón consciente de una cadena! En el teatro, me apasiona observar los discursos teatrales: de Sófocles, de Strindberg, de Buero. Soy partidario de los proyectos, no de los productos.
P: Inició su tetralogía sobre la monarquía española con Violetas para un Borbón, sobre Alfonso XII. Ya tiene escrita la referente a Alfonso XIII. ¿Cuándo estarán listas las más comprometidas, las de Don Juan y Don Juan Carlos?
R:¡En una legislatura! ¿Comprometidas? Después de estrenar Ederra, Buero me preguntó: ¿Sobre qué escribe? Le dije que sobre Ridruejo. ¡Si le hemos conocido todos!, me contestó. Me gustan los riesgos.
P: En la España actual de las "operaciones de derribo de las estatuas de Franco" ¿cómo se entiende que haya escrito una obra sobre Pasionaria y tenga otra inspirada en el fascista Ridruejo?
R: ¡Muy bien! Practico a veces el teatro documento. Es buscar la verdad. Ahora preparo una obra sobre la extorsión política a un periodista en nuestra democracia.En Ridruejo, traté de la conversión de un fascista, efectivamente, en un demócrata. Ridruejo, si no muere en el 75, hubiera estado en la UCD, o en el PSOE. ¡O en los dos, como su seguidor Paco Ordóñez!
P: Autor, periodista, profesor y figura esencial en todo estreno que se precie. ¿Es Amestoy perejil de todas las salsas teatrales?
R: ¡El perejil es admirable, una hierba humilde y servicial! Soy periodista, me gusta ser testigo; también, en el teatro. Y arrimo el hombro si hay que trabajar por la cultura. Con Tierno o con Gallardón.
P: Su colega Fermín Cabal decía en estas páginas que a la ministra Carmen Calvo le debería dar vergöenza la ausencia de autores españoles en la cartelera. ¿Cree que esta ausencia es de su responsabilidad?
R: Cabal, compañero de generación, es muy lúcido siempre. ¡Pero no sólo Calvo! ¡Francia creó la Comédie Française en 1680, un año antes de morir Calderón! También es culpa de los empresarios privados. También, del público. ¡No se arriesga nadie!
P: ¿De qué depende entonces que una obra no duerma en su escritorio?
R: De muy diversos "yo" y, sobre todo, de "la circunstancia". Lo dijo Ortega: "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo".
P: También ha seriado dramáticamente el conflicto vasco. ¿Es optimista con su desenlace?
R: Soy un escéptico optimista. Con relación a Euskadi, quiero seguir siéndolo.
P: Su teatro lo transitan vascos históricos pero, ¿cómo explica que una parte de la sociedad vasca tolere la falta de libertad que sufre la otra? ¿Quién la ha anestesiado?
R: Yo he escrito sobre el durangués Alfonso de Mella, un heterodoxo español; sobre Lope de Aguirre, un soldado de Carlos V; sobre el bombardeo de Gernika; sobre los "Caballeritos de Azcoitia", los primeros ilustrados españoles; sobre Patxi Bisquert, un ex militante radical... últimamente, por el 11-M, sobre un profesor universitario vasco que tiene que venirse a la Carlos III, por amenazas. ¿Quién anestesia? El miedo. ¡El terror, claro!