Belén Uriel
Framed paradise, 2005
Hay en la obra última de Belén Uriel un anhelo permanente de paisaje, una voluntad de hacerlo estar siempre presente. Y para ello convierte en paisaje su entorno más inmediato, su propio estudio, a partir de un incesante ejercicio de intervención y transformación, estrategia central en sus argumentos estéticos desde sus comienzos como artista. Nacida en Madrid en 1974, presenta ahora su primera individual madrileña en Vacío 9 con trabajos en los que, prácticamente con lo puesto, construye una imagen ficticia a partir de un espacio real. En una de las series fotográficas, Framed Paradise, Uriel recurre a materiales que encuentra a su alrededor, pequeños pedazos de papel de color para transformar su espacio en un invernadero. En Borrowed View, serie que enlaza con otros trabajos anteriores, utiliza objetos también cercanos y los dispone aquí y allá, en diferentes puntos de su estudio y establece así relaciones con otros lenguajes al margen del puramente fotográfico: para construir estos nuevos escenarios, distribuye los objetos en el espacio, estudia la situación pasajera de las cosas y las ordena en perspectiva. En la última serie de fotografías, Structured View, diluye la frontera que separa el interior del exterior trasladando el paisaje-escenario (que la artista asume siempre en el fondo y al que alude metafóricamente una tramoya) al primer plano. Mediante este minucioso examen de las propiedades del paisaje, Uriel se adentra en nuevos territorios conceptuales que trascienden la mera construcción de escenarios, género fotográfico muy popular especialmente entre los artistas jóvenes. Lo confirma el sugerente vídeo Any Mountain, proyectado sobre la chimenea de la galería, donde la imagen surge de la nada y se define, igualmente desde la precariedad, más como un proceso de quitar que de poner.