El Cultural

Alex Rigola

“La cuestión es si Shakespeare sería hoy Shakespeare o Spielberg”

8 diciembre, 2005 01:00

Alex Rigola, por Gusi Bejer

Pasado mañana el director del Teatro Lliure de Barcelona, Àlex Rigola (1969) estrena en el Festival Temporada Alta de Gerona European House, su primera producción de la temporada en la que el director le ha puesto un prólogo a Hamlet, a modo de work-in-progress. Se ve que sigue dándole vueltas a Shakespeare, pues todavía continúa la gira de su último trabajo, Ricardo III. Pero anuncia que el año cambia de registro, dirigirá en Madrid Largo viaje hacia la noche.

Pregunta: Dice que European House presenta a "un importante hombre de negocios que acaba de morir. La viuda y su hijo vuelven a casa después del entierro. Casualmente, la viuda se llama Gertrudis y el hijo Hamlet". No suena tan casual como dice...
Respuesta: Lo que quiero decir con eso es que tú puedes ver el espectáculo sin conocer la historia de Hamlet, pero sin duda lo disfrutarás un poco más si conoces los personajes de la obra de Shakespeare. Y recordemos que en la obra original no es un hombre de negocios el que acaba de morir, es un rey; y el espectáculo no pasa en una sección de una casa sino en varios espacios de Dinamarca.
P: Que la acción transcurra en "la sección de una casa de tres plantas de una familia burguesa europea" me ha recordado aquel antiguo tebeo Rue del Percebe.
R: Algo tiene de parecido, pero el tratamiento del espectáculo, en cuanto a género, es totalmente diferente: si bien el cómic sería más el producto de una comedia, este espectáculo tiene mucho más que ver con el ejercicio de los tres minutos de interpretación de Uta Hagen.
P: Subtitula la obra "prólogo de un Hamlet sin palabras". ¿Es la antesala de un futuro Hamlet?
R: Sí. La historia que contamos sucede un tiempo antes de la primera escena del primer acto de la obra de Shakespeare. De hecho, al inicio del espectáculo vemos a la viuda y al hijo de un empresario que ha muerto. También podremos ver, por ejemplo, cómo se conocen Ofelia y Hamlet.
P: Si no tiene palabras, ¿qué hacen los actores: cantan, hacen pantomima, bailan...?
R: Es una obra hiperrealista que intenta retratar la vieja Europa y reflexionar acerca de ella. De hecho, una de las críticas que mostramos es el hecho de que, cada día más, evitamos el diálogo y para comunicarnos usamos el mínimo de palabras posible. En muchos hogares de nuestro país, la palabra ya casi ni existe.
P: ¿Cuánto dura el montaje?
R: Una hora en tiempo real. Este espectáculo es sólo apto para voyeurs, para amantes de la escopofilia.
P: Lo de las traslaciones de clásicos a nuestros días es muy habitual. ¿No teme que tanto clásico reactualizado desvirtúe el sentido del original?
R: Si desvirtuara el sentido original, querría decir que ya no me interesa Shakespeare y haría otro autor. Creo que soy muy respetuoso con el sentido que da Shakespeare a sus piezas. Recordemos que Shakespeare en sus tragedias romanas no vestía a los personajes con sábanas, sino que iban vestidos acorde a la época isabelina. La pregunta sería si Shakespeare en la actualidad sería Shakespeare o sería Spielberg.
P: Pero si una obra "se cambia" tanto ¿lo más honrado no sería también cambiarle el título?
R: Ya he dicho que no creo que el texto clásico reactualizado desvirtúe el sentido original. Pero los espectadores que son de esta opinión, cuando van a ver un espectáculo, no deberían estar tan pendientes de si se reproduce a Shakespeare como ellos piensan que debería ser. Lo disfrutarían más si piensan que van a ver un espectáculo basado en un texto de Shakespeare. De hecho, a mi me hace mucha gracia cuando la gente opina sobre textos de mis espectáculos que han leído o visto dos o tres veces mientras yo llevo, entre leídos y oídos, más de mil veces. Pero, en fin, ya sabemos que en fútbol, toros, cine y teatro, todo el mundo sienta cátedra.
P: ¿Hay conexión en esta obra con la de Ostermeier, al que usted invita cada temporada al Lliure, y de Castorff, los chicos mimados del teatro alemán? ¿Qué es lo que tanto le gusta de estos directores?
R: No creo que este espectáculo tenga nada que ver con estos dos directores, ni que esté influenciado por ninguno de ellos; aunque es verdad que no puedo decir lo mismo de alguna de mis otras producciones. Creo que, en estos momentos, son dos estandartes del teatro contemporáneo y de cómo acercar al público los textos de los grandes clásicos y, sobre todo, admiro su valentía.
P: Desde que dirige el Lliure, otra de las compañías presentes es Els Joglars. ¿Qué le une a esta formación?
R: Respeto y admiración por un teatro de creación personal y único con una crítica y un contenido que llega a todos los públicos.
P: ¿Viaja, ve mucho teatro? ¿A qué creadores hay que estar atentos?
R: No me gusta viajar pero lo hago y mucho, desde siempre, porque creo en el I+D. Creo que cualquier director, actor, escenógrafo… tendría que dedicar tiempo y dinero a ver qué es lo que está pasando en Europa. No es casualidad que muchos de los directores españoles a los que admiro sean personas que están al corriente de la programación internacional. Y me sorprende la poca gente de la profesión que acude a ver espectáculos internacionales que se programan en España. Y los dos polos más importantes en este momento de creación internacional se sitúan en Bruselas y Berlín.