El Cultural

Lorenzo Díaz

“Pardo Bazán creería que el Bulli no es el sitio para ligar con Galdós”

2 marzo, 2006 01:00

Lorenzo Díaz, por Gusi Bejer

Sociólogo y escritor, Lorenzo Díaz acaba de publicar Ilustrados y románticos (Alianza) y el resultado resulta tan apetitoso como indigesto, quizá porque lleva años investigando la relación entre cocina y sociedad. Además, revisa su libro sobre TVE en el cincuentenario de la tele y triunfa en la radio: "nosotros estamos por no picar carne, aunque como historiador me gusta tanto la radio escrupulosa como la dinamitera".

Pregunta: En la gastronomía española, ¿cualquier tiempo pasado fue peor?
Respuesta: Sí, cuando no se ponía el sol en el Imperio no se ponían los manteles en muchas casas. La Cons-titución del 78 acabó con las hambrunas. Con Alfonso XII y Juan Carlos I (las dos restauraciones borbónicas) es cuando el español ha comido mejor.
P: Si La cocina del Quijote era una culinaria de la necesidad y el azar, ¿cómo fue la de Ilustrados y románticos?
R: Si la novela picaresca había hecho del hambre una estética y los místicos una ética, los románticos crearon una ética y una estética del hartazgo.Las novelas de Galdós, Pardo Bazán,Valera, Palacio Valdes están llenas de referencias gastronómicas.
P: Larra clamaba contra la cursilería. ¿Le hubiesen gustado los "lechos crujientes de la abuela Lolita al gusto de..." de las cartas de algunos restaurantes?
R: Larra, que tenía el magín muy bien amueblado y es una gloria nacional, era un petimetre y se pirraba por las delicatessen de las fondas. Ahora sería un cliente de La Broche.
P: ¿Qué costumbre nos chocaría hoy más, quizá la de tomar empanadas de boquerones con chocolate o los quince platos diarios?
R: Los quince platos. Nuestros antepasados comían como buitres y las damas románticas estaban todo el día rumiando. Casanova se quedó pasmado cuando las veía comer por las calles de Madrid.
P: ¿Y qué me dice de las burlas sobre el aceite de oliva, la aversión a las verduras o la creencia de que la ensalada era mala para la artritis?
R: Las hambres convirtieron al españolito en un zampabollos sin ton ni son. Estaba lleno de prejuicios gastronómicos.Y como decía Camba, la cocina española peca de prejuicios religiosos y de ajo.
P: ¿Qué pensaría Emilia Pardo Bazán de El Bulli?
R: Qué no era el sitio para ligar con Galdós.
P: Como decía Galdós, ¿"la culpa de nuestros males está en el cocido"?
R: Se equivocó. El cocido es el logotipo culinario de España. Se hace en todos los sitios bien. Y es una especie de olla podrida aligerada de carnes.
P: ¿Con qué ingredientes se guisaría un antídoto contra la intolerancia?
R: Con ponderación y a la vez firmeza en tus principios democráticos. Con el islamismo radical pasa lo mismo que con todos los movimientos totalitarios: cuando cedes para alcanzar un compromiso enseguida te piden más.La libertad de expresión no es negociable.
P: En áfrica se ve la televisión europea y creen que esto es el paraíso, ¿qué programa deberían conocer para saber la verdad?
R: Gran Hermano para mostrarles monstruos mediáticos "de todo a cien" con menos neuronas que Popeye. O sea, con un vocabulario más reducido que un berebere.
P: La crisis de las viñetas de Mahoma, ¿justifica la censura?
R: Todo se ha desorbitado y sacado de madre.Lo publicado en un diario desconocido de la vieja Europa no puede ser considerado como una agresión de Occidente contra el Islam.
P: ¿Sus colegas sociólogos respetan su trabajo sobre la cocina tanto como sus análisis sobre la telebasura?
R: Sí, porque estoy empeñado en mostrar cómo ha sido nuestra vida cotidiana:la vida material (la cocina) y nuestra memoria sentimental (la radio y la televisión). He dicho en más de una ocasión: la radio es el parque de emociones de los españoles y la televisión es el parque de atracciones.
P: ¿Mantiene su diagnóstico "producto barato junto a una audiencia cotilla y de precario nivel cultural hacen posible que la mierda invada nuestra televisión"?
R: Nuestra televisión es el mejor retrato de la clase media española, ruidosa, con un gran déficit cultural y proclive desde el Siglo de Oro al cotilleo más burdo.
P: Prepara una edición revisada de su libro sobre Televisión Española, ¿qué es lo más ha cambiado?
R: La Primera, que era junto a la RAI y la BBC de las mejores de Europa, ahora va a la deriva en un viaje a ninguna parte secuestrada por los sindicatos, las productoras y con una dirección escasamente profesional. ¡Una tragedia!
P: ¿Hay motivos para celebrar el cincuentenario?
R: Sí, sobre todo los empresarios de las privadas, que se han forrado en estos dos últimos años.
P: ¿Por qué la televisión, "la caja sucia", está más sucia que nunca?
R: Porque ha descubierto que con monstruos mediáticos de todo a cien, encerrados en un caserón puede llenar horas de televisión.Y todo por dos duros.
P: ¿Qué futuro tenemos si seguimos contando con ella como "canguro catódico"?
R: Nuestra especie ha empleado millones de años en conquistar la estupidez. La televisión es uno de los medios con que la disfrutamos.
P: Comparada con la TV, ¿qué nivel tiene la radio?
R: Altísimo, pero hace poca caja. De cada 100 españoles 95 ven la tele y 60 oyen la radio. La radio es el espejo donde se mira la clase media, profesional e ilustrada.
P: ¿Cómo son las mañanas de radio del "mítico Llorenc"?
R: Mantengo tal complicidad con Carlos Herrera que son mañanas gozosas contando historias divertidas.
P: ¿Qué le ha enseñado Josemi Rodríguez Sieiro?
R: Josemi es un "crack"; es el personaje más insólito de la historia de la radio. Más que enseñarme me troncho con él.