El Cultural

Álvaro Delgado

“Picasso debería haber vuelto antes al Museo del Prado”

6 abril, 2006 02:00

Álvaro Delgado, por Gusi Bejer

Coeditado por la Editorial Nerea y la Fundación BBVA se acaba de publicar álvaro Delgado. Gesto y Color. Montserrat Acebes firma el amplio volumen dividido en tres partes: un estudio biográfico del pintor madrileño, el análisis de su trayectoria y la catalogación de cerca de 3.000 obras. Un libro que da buena cuenta del itinerario artístico de álvaro Delgado (1922) cuya obra forma parte de la renovación de la pintura española.

Pregunta: En este libro de la Editorial Nerea se han catalogado unas 3.000 obras suyas, una producción enorme, debe de pintar todos los días...
Respuesta: Sí, pinto todos o casi todos los días. Soy hombre limitado, está claro, y pocas otras cosas sé hacer.
P: ¿Lo guarda todo?
R: No. Destruyo, repito o repinto con frecuencia bastantes obras con cierto malestar por parte de Marta de Andrés, mi colaboradora.
P: "Gesto y color", el subtítulo del libro, no puede resumir mejor la idea de su trabajo, ¿no cree?
R: Lo creo un gran acierto. Cifra bien mi compromiso expresionista.
P: Vitalista, trabajador infatigable, inquieto, inteligente, conversador brillante, crítico lúcido... Así le define Montserrat Acebes, la autora de este volumen.
R: Temo que Montse se exceda en sus estimaciones de amiga leal y vea cualidades que otros pondrán en duda.
P: Sus retratos son una de sus facetas más conocidas. ¿Qué busca en un rostro?
R: Hacer un cuadro que muestre una persona (frecuentemente, pero no siempre, destacada), con un rostro singular y cuya singularidad intento resaltar en el rostro.
P: ¿A quién le gustaría retratar y no ha tenido oportunidad?
R: A muchos. Y a muchas especialmente.
P: Ha pintado a Santiago Carrillo y a los Reyes de España: su pintura no entiende de color...
R: No entiende. Entiendo yo y no mucho.
P: Borges, Cela, Hierro, Salinas, Cernuda, Alberti, Valle Inclán... ha logrado una imponente galería de retratos a modo de la de su primer maestro Vázquez Díaz. ¿Era esa su intención?
R: Realmente no soy retratista. Soy pintor que puede hacer retratos. Mi impulso es de pintar y mi curiosidad me hace asomar a distintos temas.
P: Humanista por definición, ¿qué es lo que más le atrae del hombre?
R: Quizá ese gran interrogante que es su propia existencia: ¿qué es el hombre?... Su propia contradicción.
P: Es miembro de la Academia de San Fernando desde 1973: ¿no cree que la institución debe renovarse para ganar peso en la vida artística?
R: Lo creo. No es fácil. La respuesta exige un análisis detallado. Somos muchos los académicos que luchamos por ello.
P: Vemos en sus obras a Goya, al Greco, a Picasso. ¿Cómo los calificaría?
R: También a Rembrandt y otros muchos... Además de ser grandes pintores, son también grandes artistas. Goya juega y le preocupa la muerte. Al Greco, la gran incógnita de la "trascendencia". Picasso casi siempre juega. Rembrandt, pleno de sensualidad y sabiduría, se asoma al misterio de las sombras...
P: Fue parte activa en la fundación de la Escuela de Vallecas de la que todavía se discute si existió o no, ¿usted qué cree?
R: Fuimos dos grupos separados por la guerra civil. Benjamín fue el hombre puente. En el primero había sujetos relevantes como Alberti, Federico o Alberto. El segundo lo formamos un grupo de estudiantes que andábamos buscándonos, perplejos ante lo que sucedía.
P: ¿Y qué hay de Benjamín Palencia en sus paisajes?
R: Mucho. Nos enseñó que el paisaje no debía de ser sólo un tema de percepción visual, que había que andarlo descalzo para conocer su tacto, sus olores.
P: En su momento, en la época de la Escuela de Madrid, era partidario de la renovación del arte sin romper con la tradición: ¿cómo es posible?
R: Visitas continuadas al Museo de Prado, cuyas obras acababan de retornar del exilio, un entusiasmo extremo por El Greco y asomarnos a distintas publicaciones sobre arte moderno, nos hizo saber que el Arte como continuación o como reacción tiene un discurso ininterrumpido.
P: ¿Cómo lo lograron entonces?
R: Teorizando, trabajando… y con el apoyo de grupos como la Academia Breve de Crítica de Arte, el Instituto de Cultura Hispánica y galerías llevadas por gente inteligente: Estilo, Buchholz, Biosca, Clan...
P: En 1942 pintó Madrid desde el Manzanares: ¿cómo ve la ciudad donde nació?
R: Incómoda.
P:Para muchos Madrid es hoy la ciudad de la zanja...
R: Si fuese tan sólo eso…
P: ¿Cuál es su relación con el arte joven?
R: Cordial.
P: En España tenemos grandes museos, ¿cuál es su favorito?
R: Sin duda alguna, el Prado.
P: Es el año Picasso y con esa excusa el malagueño vuelve al Prado: ¿qué le parece?
R: Pues bien. Creo que debería haber vuelto antes.
P: Filtraciones en el Reina Sofía cerca de un cuadro de Gris, ¿qué será lo próximo?
R: Hay que preguntarse qué ha sido lo anterior.
P: Tiene un Autorretrato horrorizado ante lo que se me viene encima, ¿qué le atemoriza?
R: Lo pinté hace tiempo y no lo recuerdo.
P: Cómo artista, ¿lo ha tenido fácil?
R. No lo he tenido difícil.
P: ¿Y si su nieto le dice: "Abuelo, quiero ser artista"?
R: No se lo impediría. Quizá preferiría que quisiera ser científico. Creo que hoy la inteligencia está en grado alto en la ciencia.