Image: Espido Freire

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El Cultural

Espido Freire

“Si tuviera que casarme por conveniencia con un escritor español, elegiría a Pérez-Reverte... ¿Vale Viggo Mortensen?”

17 enero, 2008 01:00

Espido Freire, por Gusi Bejer

Espido Freire (Bilbao, 1974) se ha atrevido en su última novela, Soria Moria (Algaida, premio Ateneo de Sevilla), con una historia de amores imposibles ambientada en las Canarias de principios del siglo XX. Precoz en casi todo (sigue siendo la más joven ganadora del premio Planeta y ahora lo es del Ateneo), demuestra aquí por qué sus amigos la apodaron Dama de Hierro.

Pregunta: ¿Alguna vez le hubiera gustado refugiarse en Soria Moria, a salvo de la muerte y el dolor?
Respuesta: Sí, como casi todo el mundo, en la adolescencia, cuando da la sensación de que la vida fuera un lugar horrendo y todos estu- vieran contra mí, y por falta de madurez, o de poder, no pudiera hacer nada. Luego no, eso ya pasó cuando me convertí en adulta y pude evitar o cambiar lo que me molestaba.
P: ¿Ni siquiera ante críticas hostiles o comentarios malintencionados?
R: Un comentario malintencionado define mejor a quien lo expresa que a quien alcanza. Y respecto a las críticas, si son a mi trabajo, no se dirigen a mí como ser humano, y si son a mi persona, ¿a quién le importan?
P: ¿Por qué eligió las Islas Canarias y 1913?
R: Casualidad y obsesión. Pensaba ubicarlo en Suiza hasta que descubrí la importancia de las colonias extranjeras en Canarias. Y respecto a la época, me interesa desde hace muchos años, y con mucha fuerza.
P: ¿Qué le debe la novela a Jane Austen?
R: Es muy difícil imaginar la literatura contemporánea sin Jane Austen... pero ella era más optimista, más luminosa. Era una sociedad que creía en la educación, la razón y el progreso. Nosotros hemos visto a dónde nos lleva ese progreso.
P: ¿Y usted como escritora?
R: Lo mismo que a cualquiera de mis clásicos preferidos: psicología del personaje, estructura...
P: ¿Qué le ha hecho no ser tan dócil como Dolores, la protagonista, en la literatura y en la vida?
R: Imagino que no tener una madre como Dolores... y haber nacido en una época en la que yo puedo heredar, trabajar, votar, e incluso elegir si quiero tener hijos y cuándo. Son hitos que Dolores no vio.
P: De haber vivido en esa época, y si hubiese tenido que aceptar un matrimonio de conveniencia, ¿con qué escritor actual se hubiese resignado antes?
R: Conste que lo haría sabiendo que sería un desastre... El problema está en que los que se me ocurren están felizmente casados... De los extranjeros, Emmanuelle Carrère sería una buena posibilidad. De los nacionales, Gonzalo Garcés. O Pérez Reverte. Es un hombre de acción, sería una vida interesante. ¿Vale Viggo Mortensen? Es poeta...
P: ¿Y con qué editor?
P: Elegiría el convento. Carmelita. Descalza. En la familia hay tradición.
P: ¿Algún crítico ?
R: No creo que mis padres los consideraran un buen partido... Creo que les pagan muy poco.
P: Dice Cecily, la madre de Dolores, que "nunca serás admirada si lo que te mueve es despertar admiración". ¿También en literatura?
P: En literatura, en ocasiones, el personaje funciona. Al público le deslumbran los despliegues de ego... Y luego está la casualidad. Yo creo que, de todas maneras, la admiración es aleatoria, y muy perecedera. No me fío demasiado de ella.
P: ¿Para cuándo un nuevo libro de poesia?
R: Habrá que esperar... posiblemente bastante.
P: ¿Y para la continuación de Mileuristas?
R: Esta primavera. Marzo, creo.
P: Por cierto, ¿qué consejo le daría a un joven mileurista que quisiera ser escritor?
R: Paciencia, constancia y formación. No suena muy romántico, pero a mí me ha funcionado.
P: ¿Por qué la apodaron "Dama de Hierro" en la Universidad?
R: Porque era muy extrema. Pese a mi apariencia algo lánguida, me decían que era capaz de hacer más cosas que nadie, más rápido y durante más tiempo. Imagino que tendría otros menos elogiosos, no me gustaba pasar desapercibida y supongo que provocaría ciertas reacciones, pero sólo tengo noticia de ése, que inventaron mis amigos.
P: ¿Sigue siéndolo cuando recibe una crítica?
R: Es que no todas las críticas son iguales. Hay que tomarlas como de quién vienen... algunas son interesa- das, otras, llamadas de atención, otras anónimas, especialmente las que llegan por internet, webs, foros... y por lo tanto, no deberían tomarse en cuenta, aunque pinchen. El anonimato siempre es cobarde. A veces resultan absurdas, o tan venenosas que me pregunto qué removeré en esa persona. Respecto a las literarias, no tengo motivos para quejarme, además, son herramientas múy útiles.
P: ¿Y en sus cursos de literatura?
R: No, soy estricta, pero no creo que pueda haber queja de mi labor como profesora. Otra cosa es que caiga mejor o peor. Tampoco a mí todos los alumnos me gustan de igual manera.
P: Las protagonistas de Soria Moria viven en un mundo muy hipócrita...¿hemos mejorado lo suficiente?
R: No. Se mire por donde se mire.
P: ¿Qué mentira le resulta intolerable?
R: Las que ocultan la falta de amor.
P: ¿Y en lo literario?
R: No me gusta que se le ofrezcan historias mascadas al lector. Quizás tenga más que ver con la hipocresía...