Image: Antonio Gala

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El Cultural

Antonio Gala

“La felicidad es un trastorno mental transitorio. Como el amor”

29 mayo, 2008 02:00

Antonio Gala, por Gusi Bejer.

Si la Feria del Libro de Madrid tuviese un rostro, sería el de Antonio Gala (1930), aunque sólo fuese por las multitudes que cada año le reclaman. En esta ocasión, el cordobés ofrece a los lectores Cosas nuestras (Planeta), que reúne cuatro de sus obras más queridas: Charlas con Troylo, En propia mano, Cuaderno de la Dama de Otoño y Dedicado a Tobías, a vueltas con la felicidad y el amor.

Pregunta: ¿Realmente Cosas nuestras es el libro que le ha dado más felicidad?
Respuesta: Sí, porque en sus cuatro partes escribo en nombre propio y me dirijo a quienes más quiero: directamente a los lectores. No como narrador de una novela ni como personaje de un escenario, sino como yo mismo, mirando a mi propio alrededor y expresando mis sentimientos y opiniones.

P: Sin embargo, hace tiempo aseguró haber renunciado a la felicidad... ¿por qué?
R: Porque se trata de un trastorno mental transitorio. Como el amor. He elegido refugiarme, con alegría, en la serenidad, en la objetividad y en la soledad buscada y colaboradora. El producto es este conjunto de ensayos.

P: ¿Le hubiera gustado corregir o apostillar alguno de estos escritos?
R: No; los retoques, pasado el momento preciso y el sentimiento exacto, ya no valen. Recordar es bonito; pero se trata de una experiencia diferente.

P: Estos veinte años ¿han mejorado el tejido moral de la sociedad española?
R: No lo creo, por desgracia. De ahí que escribiera Carta a los herederos, que formará parte del segundo tomo de esta obra. Y La soledad sonora.

P: ¿Y qué añora de aquellos tiempos, los felices 80?
R: No tan felices. Troylo murió entonces. Yo me mudé a la casa en que vivo dando un vuelco a mi vida. Pensaba en dejar de escribir teatro. Dejó de seducirme la televisión. Fui jurado en Cannes… Maduraba: la inteligencia y la belleza eran los valores más cotizados en mi Bolsa. Ahora lo es la alegría.

P: Inteligencia, belleza, alegría. ¿ése es el orden de la felicidad?
R: Yo antepongo la alegría a todo lo demás. Pero compartida, siempre compartida: es el único modo de multiplicarla. Como el de empequeñecer a la tristeza.

P: ¿De qué está más necesitada España?
R: Cuando hablo de alegría, lo hago de un fervor inteligente, consciente de sí mismo. Un memo o una mema son incapaces hasta de ser bellos.

P: ¿Qué le da el ajetreo de la Feria de Madrid?
R: Este año habrá menos ajetreos. Sólo firmaré los sábados: no tengo las manos muy en condiciones. Justo castigo por haber escrito sólo con ellas… Pero ver a los lectores, mirarlos a los ojos es un regalo.

P: ¿Qué es lo mejor que le ha pasado allí, entre firmas y lectores?
R: Ciertas pruebas de cariño inverosímiles… Un ejemplo: un muchacho que enterraba a su madre una mañana, y quiso que llevara consigo un libro con mi firma. El reencuentro anual y breve de gente desconocida a la que le interesas de verdad.

P: ¿Y lo peor...?
R: El reverso: unos hermanos que también querían que su padre fuera enterrado con mi último libro. Firmé cinco, porque eran cinco hermanos y entre sí no se hablaban. Sucedió en Valencia. No fue capaz mi nombre de pacificarlos.

P: Acaba de anunciar la aparición en otoño de Los papeles de agua... ¿por qué no es una novela, también le gusta jugar con los géneros y borrar fronteras?
R: Ya no existen fronteras. La no ficción, o su apariencia, ha hecho entrada triunfal en la literatura.

P: ¿A qué tipo de fracaso debe enfrentarse la protagonista del libro?
R: Al vital, el más grande, en todos los sentidos. Es la historia de una resurrección.

P: Hablando de fracasos y éxitos, ¿es su Fundación su mayor éxito personal?
R: Algo más que personal, creo. Pero sí el mayor, el más generoso, el mejor correspondido.

P: ¿Qué es lo que más le ha asombrado, hasta el momento, de los becarios?
R: Según las promociones. En la última, una fraternidad por encima de apellidos, de artes diferentes, de opiniones… La verdadera fecundación cruzada.

P: ¿Podría darnos un par de nombres de poetas, pintores, escultores, de la Fundación, a los que no debemos perder de vista?
R: No quiero ser injusto. Para 20 ó 22 plazas se presentan 2.000 candidatos, todos superdotados…. Sin embargo, añado a la vista el oído: los músicos, esos músicos…

P: ¿Y no piensa volver a levantarle las faldas a la Historia de España, como hizo en el Pedestal de las estatuas? ¿Qué episodio le gustaría narrar y desnudar?
R: Toda la Historia nuestra es un cuarto secreto de Barba Azul. Lo sigue siendo. El teatro elisabetiano tiró de la manta en Inglaterra. El nuestro de Oro, no. La monarquía, hasta Alfonso XIII, desnudada, daría para más de lo que imaginamos.

P: ¿Y a la poesía, Los poemas de Tobías desangelado será su último poemario?
R: Tengo escrita mucha más poesía. Pienso en Meditación en Queronea, los completos Sonetos de La Zubia… Pero serán, en todo caso, póstumos.

P: ¿Está ya, al fin, "La casa sosegada"?
R: No creo que sea prudente decir sí entre tanto terremoto. De todas formas, sí. El interior, al menos.