El Cultural

Tres novelas en imágenes

Max Ernst

29 mayo, 2009 02:00

Max Ernst. Foto: Archivo

Traducción de Héctor Sanz. Atalanta. 2009 520 pp. 45e

Al lado de Nadja de Breton o Le Paysan de Paris de Aragon, una de las creaciones más fascinantes del surrealismo son las novelas de Max Ernst (1891-1976) : La mujer de las 100 cabezas (1929), Sueño de una niña que quiso entrar en el Carmelo (1934) y Una semana de bondad o los Siete elementos capitales (1934). éstos consisten en recopilaciones de collages que se organizan, prácticamente sin palabras, en secuencias o tramas más o menos narrativas al estilo de una "novela gráfica". Ahora, con el título de Tres novelas en imágenes, Atalanta publica, en un cuidado volumen, los tres libros de Ernst y un interesante postfacio de Juan Antonio Ramírez.

La aparición del mencionado volumen ha coincidido con dos exposiciones dedicadas a Ernst en España. La primera, Más allá de la pintura: Max Ernst en la Colección Wörth, del Museo Picasso de Málaga, ya clausurada, contenía alguno de sus collages. Y la otra, Max Enst: Une semaine de bonté, los collages originales, comisariada por Werner Spies en la Fundación Mapfre, Esta última se complementa con un magnifico catálogo que reproduce los collages originales y otros interesantísimos estudios.
Max Ernst nos ha descrito cómo nacieron sus collages. Así cuenta cómo, en un día lluvioso de 1919, en Colonia, se sintió atraído por el catálogo de un establecimiento de material didáctico. En él había anuncios de todo tipo de objetos: "modelos matemáticos, geométricos, antropológicos, zoológicos, botánicos, anatómicos, minerológicos, paleontológicos, etc, elementos de tan diversa naturaleza que la absurdidad de su acumulación confundía la vista y el espíritu, provocaba alucinaciones y daba a los objetos representados nuevos significados que cambiaban rápidamente". ésta es la idea de collage: las imágenes que se solapan, intercambian y cruzan sus identidades, que contagian sus contenidos.

Su visión del collage se identifica con la idea surrealista de confrontación de contrarios según la cita de Lautrémont: la belleza consiste en el encuentro fortuito de un paraguas y una máquina de coser en una mesa de operaciones. De la asociación de dos objetos incongruentes salta la chispa, la poesía, que ha de iluminar esa asociación con un nuevo sentido. Esta relación de elementos contradictorios posee el carácter de un encuentro erótico. Por eso, el mundo que nos muestran estos libros es un universo sexualizado.

Además, Ernst se dirige a la cultura visual como si fuera una gran enciclopedia o archivo, una especie de cantera de donde extrae la materia prima para realizar los collages. Tras aquellos catálogos y repertorios que utilizaba Ernst asoma la Torre de Babel. El collage de Max Ernst es la exacta y precisa traducción de este sentimiento de alienación y extrañeza, una expresión alucinada de un mundo que se ha transformado ya en fantasmagoría… El collage como una puesta en escena de un universo poblado por fantasmas.