Los vivos y los muertos
Edmundo Paz Soldán
29 mayo, 2009 02:00Edmundo Paz Soldán. Foto: J. M. Lostau
En los últimos años, el nombre de Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, Bolivia, 1967) no ha dejado de sonar como uno de los autores más prometedores de la literatura hispanoamericana. Impresiona este autor, profesor universitario en EE.UU, que con poco más de 40 años tiene en su haber ocho novelas y tres libros de relatos, pero impresiona sobre todo la calidad y el vuelo literario de los mismos. Los vivos y los muertos es una nueva confirmación de su gran talento.Se trata de una obra construida al hilo de acontecimientos reales: una serie de asesinatos de adolescentes en su último año de instituto (en Dryden, el Madison High de la novela). Como el propio autor comenta en la nota final, lo que empezó como una investigación periodístico-criminal, cobró pronto el aire de una "meditación sobre la pérdida". La estructura coral del texto, montada con "movimientos de cámara" y capítulos que son una sucesión de voces de los protagonistas (que parecen testificar por turnos), hacen que la novela se vuelva tan viva e intensa como conmovedora. Pero el libro no pretende sólo describir el ataque a la inocencia y pureza de unas pobres adolescentes cheerleaders como Hannah o Yandira, sino que retrata las consecuencias de un modelo social desquiciado en el que los monstruos y verdugos pueden tener una apariencia normal, civilizada, y habitar en el mismo barrio (como el perturbado y diabólico ex militar norteamericano Mr. Webb).
El análisis de la brutalidad doméstica de Mr. Webb con su esposa e hijos constituye también un retrato del desamparo, y de la violencia transmitida mediante patrones que pasan de padres a hijos. El alcoholizado periodista Daniel parece otra víctima de un modelo de sociedad que hace agua por todas partes. Las muertes de Tim, Jem, Rhonda, Christine, o su padre, el entrenador, permiten una honda reflexión de Paz Soldán acerca de la madurez impuesta, prematura, adquirida a la fuerza y a golpe de pura injusticia.
Un libro tan interesante por el contenido como por una técnica narrativa que contiene lo mejor de la tradición norteamericana. Hay algo ultramoderno, libre y fresco en el modo de escribir de Soldán y no sólo porque sus narraciones estén ambientadas en un mundo de chats, SMS y canciones del momento.