Juan Goytisolo. Foto: Antonio Moreno.

El escritor barcelonés recuerda la intensa relación que mantuvo con uno de sus "mayores ídolos literarios"

Nuria Azancot
Juan Goytisolo ha presentado Genet en el Raval (Galaxia Gutenberg/Círculo de lectores), crónica de una amistad tan literaria como sentimental. El escritor barcelonés conoció al poeta Jean Genet (París, 1910-1986), uno de sus mayores ídolos literarios, en octubre de 1955, gracias a Monique Lange, "porque Lange nos había invitado a los dos a una cena en su piso de la rue Poissonnière. Yo le admiraba muchísimo desde que leí sus primeras novelas... luego lo traté muy a menudo, y cuando me instalé en Francia, nos hicimos íntimos amigos".

Pregunta.- ¿En qué circunstancias llegó Genet al Raval?
Respuesta.- El propio Genet lo explicó mejor que nadie en las páginas del Diario de un ladrón, con unas páginas sobrecogedoras sobre su vida en el hampa barcelonés. Se me ocurrió buscar los lugares que él frecuentaba, el callejón o la calle donde solía estar mendigando o prostituyéndose, cuando huyó de la prisión, y encontré un mundo fascinante del que hoy apenas queda nada. La verdad es que conocer a Genet era una aventura de la que uno no salía indemne.

P.- ¿Qué sorpresas sobre Genet y sobre usted mismo esperan al lector?
R.- Bueno, el protagonista es Genet, al que dedico las cuatro partes del libro; en la primera narro la adolescencia y juventud de poeta, cuando se escapó del reformatorio y vivió un año por España y Barcelona, mendigando y robando; en la segunda visito su territorio desde que le conocí personalmente, quizá porque descubro entonces que su expresión literaria, como la de Céline o Beckett , es más hermosa y audaz que la que entonces cultivábamos en España; en la tercera abordo el tema de la ambigüedad política y la radicalidad poética de Genet en relación con el problema palestino; y en la cuarta hago referencia a su muerte y enterramiento en el viejo cementerio de Larache.

P.- ¿Qué aportan las cartas, inéditas hasta hoy, que incluye el libro?
R.- Las cartas son el retrato más cierto de nuestra amistad, aunque algunas de ellas se han perdido y otra haya reaparecido de manera bastante sorprendente.

P.- ¿Cómo describiría el territorio moral de Genet?
R.- Más que moral era un territorio antimoral, de un rigor extremo, nada convencional, más defensivo que otra cosa en unos tiempos muy hostiles.

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