Tim Harford.

El economista británico se encuentra hoy en España para presentar su último libro, Pregúntale al economista camuflado

Alberto Ojeda
Tim Harford es capaz de buscarle un trasfondo económico a cualquier conducta humana. Incluso a las de índole sexual: como el fingimiento de los orgasmos. Esa peculiar capacidad, y la notoriedad pública alcanzada con El economista camuflado, le han convertido en una especie de oráculo contemporáneo. Como tal ha ejercido en el Financial Times durante los últimos 6 años. En su columna Dear Economist ha contestado a las insospechadas cuestiones que le planteaban los lectores. Ahora publica en España una selección de esas respuestas, en un volumen titulado Pregúntale al economista camuflado (Temas de Hoy).

Pregunta.- Da la sensación de que usted es de la opinión de que todo en la vida tiene un trasfondo económico.
Respuesta.- Bueno, si no todo: casi todo. Por ejemplo, observar a mi mujer en casa me ha ayudado a establecer teorías de economía doméstica. Quizá esto pueda interpretarse como si llevara una vida íntima muy cuadriculada, pero en realidad es todo lo contrario, porque hay que tener presente que la economía es una materia muy amplia.

P.- Le han preguntado de todo, desde oportunidad de fingir orgasmos hasta si era conveniente abandonar una pareja. ¿No se ha sentido sobrepasado en algún momento?
R.- Sí, he sentido una gran responsabilidad, claro, pero también me he divertido mucho. Algunas personas se toman mis respuestas muy en serio pero la mayoría se ha dado cuenta de que están llenas de bromas sobre la economía. En realidad pienso que no soy yo el que contesta, sino mi gemelo diabólico.

P.- Cuéntenos alguna pregunta que le dejara alucinando...
R.- ¡Hay tantas! Mis lectores me han hecho preguntas asombrosas y extraordinarias. Recuerdo una reciente de un hombre mayor y rico emparejado con una chica joven. Ella pretendía casarse con otro. Su pregunta: ¿Debo pagarle para que continúe conmigo? Otra gran pregunta fue: ¿Cómo le explico la crisis económica a un niño de cinco años? Recurrí a historias de hadas para contestarla.

P.- ¿No te has sentido por momentos una especie de asesor sentimental?
R.- Claro. La idea de Pregúntale al economista camuflado era, de hecho, asesorar en materias emocionales. La mayoría de las secciones de asesoramiento de dudas en periódicos para lectores están simplificadas, y algunas veces son incluso groseras. Pregúntale al economista camuflado está simplificada y es grosera también, pero sobre todo -espero- es muy divertida.

P.- ¿No es ingenuo pensar que en la vida siempre se acierta si se utiliza correctamente la Teoría de la Elección Racional?
R.- La gran cosa en torno a la economía es que tenemos la teoría de la elección racional; aunque también estudiamos comportamientos irracionales. De modo que en la mayoría de las cuestiones estoy capacitado para mostrarle a la gente tanto lo que debe hacer como los aspectos psíquicos que hay detrás de sus errores.

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