El Cultural

Guardans, el punki

17 noviembre, 2009 01:00

Impresionante. Cuando estaba Fernando Lara en el ICAA no se hablaba de él más que para mentarle la bicha de vez en cuando. Los cargos públicos es lo que tiene, y si son de un tema tan delicado como el cine en nuestro país, más. Pero lo de Guardans es otra cosa. Se ha convertido en una explosiva mezcla entre Paris Hilton (por los mucho photocalls que acumula), Sid Vicious (por los escándalos que monta) y James Stewart en Caballero sin espada, por ese aire a provinciano, catalán assenyat en este caso, llegado a la capital dispuesto a poner un poco de orden. Me resultaría quizá más simpático poner a Guardans a caer de un burro pero creo que lo está haciendo bien o, cuando menos, está intentando hacer algo, lo cual ya es mucho porque lo fácil hubiera sido sentarse en la poltrona y repartir subvenciones como quien da caramelos a la puerta de un colegio. Caramelos, que como todos los niños saben porque se lo han dicho sus madres, siempre están envenenados.

Muy brevemente, aquí están los temas calientes de Guardans:

1. Festivales. Le he dedicado como mínimo un post al asunto y lo he mencionado varias veces así que, noblesse oblige, no tengo más remedio que darle la razón a Guardans. Hay más de doscientos festivales en España gastando un dineral absurdo y compitiendo entre sí ferozmente de la manera más improductiva. La mayoría deberían convertirse en simples muestras que sí realizan una labor importante al difundir cine alternativo (o sea, eso en Palencia se entiende como de fuera de Hollywood). Eso sí, sus críticas a San Sebastián y su apuesta por Málaga estaban fuera de lugar. Por cierto, su justificación de hoy, "el que no hace nada no se equivoca" recuerda a aquéllas de Maragall, otro catalán con tendencia a salirse del guión (o meter la pata).

2. El catalán. Guardans, personaje incómodo donde los haya, ahí está su gracia, ya se peleó con sus correligionarios de Convergència, que no le perdonaron que dejara su escaño en Bruselas para trabajar para un gobierno socialista y español. Ahora, sin embargo, el nieto de nada menos que Francesc Cambó, mito de la burguesía y la teoría del "encaje" de Cataluña en España, le lanza un guiño a los suyos y dice hoy que hay quien "prefiere ver cine en rumano que en catalán". Y Guardans tiene razón, a medias. Por una parte, lo que dice es verdad. Hay gente en España que parece tomarse como una afrenta personal que haya otros españoles que hablen en catalán, como si fuera para fastidiar o algo así. Pero del mismo modo que cabe racionalizar el mapa de ayudas a los festivales, también el de ayudas sin más porque el país no es tan grande y no da para tanto. Dicho esto, Guardans se ha callado que la Generalitat, con su nefasta festión cultural que prioriza un churro catalán a una joya si está escrita en castellano, hace como esos de los que hablaba pero al revés: prefiere subvencionar un filme en rumano que en castellano.

3. Dice Guardans, y tiene razón a medias, que el cine español no está tan subvencionado como parece (menos mal) y que la gente no tiene razón al quejarse porque no hay para tanto. Lo que no capta, o sí capta pero no ha querido decirlo esta vez, es que la gente sí entiende que haya subvenciones. Lo que le fastidia es lo que se hace con ellas.

Vuelve a tener razón Guardans, aunque sólo a medias.