Montserrat Soto
"Me quedo con el Goya de los Disparates"
2 diciembre, 2009 01:00Montserrat Soto
La artista presenta en Madrid su último trabajo, 'Dato primitivo 4. 1781: El caso Goya'
Montserrat Soto (Barcelona, 1961) está en Madrid presentado su último trabajo: Dato primitivo 4. 1781: El caso Goya. Lectora casi compulsiva de periódicos (lee dos o tres diarios nacionales cada día y está suscrita al New York Times), comentamos el drama del secuestro de los cooperantes antes de centrarnos en el trabajo que le ha traído a Madrid. Se trata de una videoinstalación realizada al alimón con la cineasta Áurea Martínez que, desde hoy, se puede ver en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid. Una pieza en la que la artista se acerca a la figura de Goya reconstruyendo un día de 1781 en el que el pintor, furioso por la respuesta que ha despertado su intervención en la cúpula del Pilar de Zaragoza, acaba claudicando ante las peticiones de la Iglesia. Un encargo para celebrar el primer centenario del palacio sede de la Fundación y que ha servido a Montserrat Soto para resumir los pilares básicos de su obra: memoria, archivo y creación.
PREGUNTA.- ¿Cómo surge este encargo?
RESPUESTA.- Para celebrar el centenario del palacio el Ministerio de Cultura me invita a trabajar sobre el archivo de la Fundación, que tiene unos fondos maravillosos. Entre todo el material, nos llama la atención esta carta, un borrón del documento que Goya envía a Zaragoza cuando está pintando la cúpula del Pilar. La Junta no está contenta con el resultado y le piden que haga cambios. En esta carta, que no es la definitiva, Goya reivindica el pintor creativo por encima del pintor de encargo, reivindica su libertad. En sí, la pieza es una reflexión sobre el acto creativo.
P.- ¿Todo esto en formato de videoinstalación?
R.- En realidad hemos empleado un lenguaje que está entre el cine, el teatro, el vídeo, y de cada uno de estos lenguajes ha surgido algo diferente. El espectador está situado en la antesala de la acción que estamos observando. En ella, Goya habla con Martín Zapater y discuten sobre lo que éste va a responder a la Junta del Pilar: es 6 de abril de 1781 y están en Zaragoza, en casa de Goya, en la calle del Coso número 11. Vemos a un Goya enfadado, gritando, ofendido y cómo se va tranquilizando hasta escribir, ayudado por su amigo, una carta en la que cede a los mandatos de la Iglesia.
P.- Goya habla de un encargo, el de la cúpula del Pilar, y esta pieza es, a su vez, un encargo del Ministerio, ¿hay algo de juego en todo esto?
R.- Totalmente. Aunque, en realidad, no hemos cambiado tanto. Ahora en el Pilar está pasando casi lo mismo: han encargado algo a Antonio López y tiene los mismos problemas que Goya. ¡Con la Iglesia hemos topado!
P.- ¿Cuál es hoy la reivindicación del artista?
R.- No es en absoluto un trabajo reivindicativo sobre la situación del artista de hoy. Está claro que en cada época ha habido un reclamo, y que hoy el artista tiene más libertad, aunque quizá haya más presiones económicas. Ahora reclamamos otro tipo de libertades. Hoy hay un entorno social y político concreto y aún hay muchas cosas de las que los artistas no podemos hablar, como lo de la caricatura de Mahoma o algunas piezas con contenido sexual. Hoy no somos escribanos de la Iglesia o de la realeza, pero hay otros problemas. Pero, insisto, no quiero hacer una denuncia, lo importante es observar cómo Goya es humano; cómo, además del genial pintor, hay un hombre que sufre presiones.
P.- Esta vídeoinstalación es la cuarta pieza de una serie que comenzó hace varios años: ¿Cuál es el hilo conductor de estos Datos primitivos?
R.- Todos están enfocados a nuestro acto creativo, a cómo surge, al germen de la creación y no tanto a cómo la sociedad lo recibe. A la importancia de mantener ese espacio privado que hay que esconder de algún modo para que no sea interrumpido. Los protagonistas de estos Datos primitivos han sido el músico Chico Caña, de los Mártires del Compás, el poeta Dionisio Cañas y la cineasta Chus Gutiérrez. Todos en momentos muy concretos de su proceso creativo.
P.- Y ahora Goya... ¿Con qué se queda del genio?
R.- Goya significa mucho en toda sus facetas. Goya es nuestra memoria. Me quedo con todos sus Disparates, con todas las obras de la guerra, con su ironía. Goya era un pintor exquisito pero es en todo esto, en lo que él hace con libertad, donde se ve la gran diferencia con otros artistas de su época.
P.- Habla de un proceso creativo que en este Dato primitivo 4 se une al tema del archivo y la memoria, otro de los pilares de su obra que ha dado lugar a una pieza esencial: Archivo de archivos (1998-2006).
R.- Sí. El Archivo es uno de mis trabajos principales. Realizado con Gemma Colesanti, le he dedicado ocho años de trabajo, me cambió todo y ahora veo los archivos como una gran fuente de información. He estudiado archivos de escritura, objetuales (la casa de los coleccionista de arte), orales, genéticos... Y siempre desde el origen, buscando la fuente originaria.
P.- ¿Y cómo ve nuestro Archivo de la Memoria Histórica?
R.- También he trabajado en nuestra memoria: hicimos un archivo de esto, estuvimos en un levantamiento de fosa común, en Villamayor de los Montes, y registramos la oralidad de una familia: cómo hablaban de su padre, cómo entre los hermanos habían creado la memoria oral de su padre. Han pasado 70 años y son los nietos los que están obligando a sus padres (los hijos de los protagonistas) a cerrar la historia. Estamos hablando de la memoria de una generación que durante 70 años se ha mantenido en la más absoluta oscuridad. Los nietos quieren saber y descubren en qué posición cayó su abuelo, si fue tiroteado, etcétera. Y esto ayuda a cerrar etapas. La asociación de la memoria historia está haciendo un papel importante y necesario.