Juan Uslé

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El Cultural

Juan Uslé: "La pintura es una experiencia cuerpo a cuerpo"

Hoy abre al público la exposición 'Nudos y Rizomas' en Es Baluard de Palma de Mallorca

29 enero, 2010 01:00

Juan Uslé (Santander, 1954) amanece en Palma de Mallorca porque allí, en el Museo Es Baluard, abre hoy sus puertas Nudos y Rizomas, una selección de sus pinturas más complejas realizadas entre 1993 y 2009. Una veintena de obras que resumen los últimos 15 años de trayectoria de un artista que ha revolucionado la pintura abstracta española y que se ha convertido en uno de nuestros internacionales. De sus estudios de Nueva York y Santander, entre los que reparte su vida, salieron estas complicadas pinturas de tallos que crecen y se multiplican, se superponen y se enredan dando forma a los sentimientos del pintor.

Pregunta.- ¿Cuándo y cómo surge esta exposición?

Respuesta.- La primera vez que se habló del tema fue en 2007, durante la inauguración en el CAC de Málaga de Switch on / Switch off. La directora de Es Baluard, Cristina Ros, quería llevarla a Palma pero no me convenció: era una exposición pensada específicamente para Málaga. Y fue Fernando Francés quien tuvo la idea de mostrar una mirada distinta de mi obra. Suelo ser escéptico hacia este tipo de proyectos, pero me atrajo la idea. Las salas de Palma son difíciles, pero ahora que la veo montada, funciona. Hay tres entradas al espacio por lo que ya la llegada es como a un lugar perdido, que es el propio rizoma. Hay un lugar donde todo se mezcla y se revuelve, donde las imágenes se están devorando a sí misas. En los otros dos espacios hay propuestas más concretas, más serenas, como si se hubiera diseccionado parte de la complejidad de los rizomas mayores. De algo muy lineal se ha conseguido algo circular, sin principio ni fin. Tiene mucho que ver con el concepto mismo del rizoma.

P.- ¿Por qué centrarse en esta serie de los Rizomas? ¿Qué lugar ocupan en su trayectoria?

R.- Nunca se había hecho una exposición centrada en esta familia en particular. El rizoma es un concepto muy abierto y móvil. En la exposición hay cuadros muy rotundos y algunos que no veía desde hacía 15 años. Los rizomas me salen de forma anacrónica. Son retos que a veces no sabes como continuar. Hay algunos en cuya elaboración he trabajado años. En cuanto al lenguaje pictórico, esos cuadros podrían extenderse, crecer o tener más capas, podrían continuar y complicarse más aún. Son mis cuadros más barrocos. Son complejos de color, vociferantes, con tendencia al ruido.

P.- ¿Cómo ha sido el reencuentro con esas obras de hace años?

R.- Muy gratificante. Estimulante. Veo la exposición y me dan ganas de pintar. Había visto alguna foto por mail de cuadros de los que casi no me acordaba. En la imagen no se veía bien y el reencuentro ha sido muy positivo. Me ha gustado el reencuentro con muchos de ellos, me gustaría poderme rodear de ellos de vez en cuando, tienen mucha vitalidad y eso es lo que más me ha gustado.

P.- Lleva cuarenta años pintando y ¿qué le sigue sorprendiendo de la pintura?

R.- Que siga teniendo veneno, que te enganche. Esto del arte a veces es un poco pesado. El arte mueve mercado, coleccionismo, es una industria fuerte, a veces plasta. Y lo mejor es el veneno: eso que activa tus neuronas. De hecho veo esta exposición y lo que quiero es ponerme a trabajar otra vez. Ni inauguración, ni fiesta, ni nada.

P.- O sea que de ARCO ni hablamos...

R.- No aparezco por ARCO. Las ferias son deprimentes, ves tu trabajo rodeado de gente, de otros cuadros, de focos, es una marabunta. Cuando acaba el día lo único que te queda de tu obra es que está en una fila de ladrillos y que es aquella de arriba, a la derecha... No se puede ver pintura así, es lo contrario de la experiencia artística. Me gusta el arte porque tiene capacidad de comunicar de otro modo experiencias que no son traducibles. Yo seguiré pintando mientras la pintura me comunique y me trasmita. La pintura es una experiencia cuerpo a cuerpo. Yo veo a los clásicos y necesito estar dentro de ellos, no me emociono viendo una lámina, me tengo que meter dentro del cuadro. Y esa experiencia, esa otra complejidad de las imágenes es lo que me interesa del arte.

P.- Ferrán Adrià cierra El Bulli durante dos años para investigar... La gente se extraña cuando todos los artistas necesitan un periodo similar para producir nuevas obras. ¿Adrià entra para usted en la categoría de artista?

R.- Entiendo su actitud, si realmente no quiere convertir su producto en una factoría. Es un establecimiento abierto al público y debe darle un giró con el lenguaje conceptual que quiera. En realidad, todos podemos ser artistas en lo que queramos. Hay gente a la que miras y te alimenta por lo que sea. Hay actitudes que te llenan muchísimo. Eso sí, si yo hubiera sido el comisario de Documenta hubiera preferido a seis artistas jóvenes españoles que a Adrià, pero es una decisión muy personal.