J.J. Armas Marcelo
"Me gustaría ser mulato"
6 julio, 2010 02:00J.J. Armas Marcelo. Foto: Ramón de la Rocha
Hoy se presenta un monográfico dedicado al escritor canario en la revista 'La página'
Pregunta.- Imagino que le hace especial ilusión un monográfico así, firmado por amigos de tanto prestigio literario como Edwards, Vargas Llosa, Caballero Bonald...
Respuesta.- No sólo son mis amigos, también son mis maestros. Que hablen de mí como lo hacen eleva mi vanidoteca al máximo. Así que estoy eufórico, encantado de haberme conocido.
P.- ¿Qué le parece el título que le asigna Vargas Llosa como el mejor valedor de Hispanoamérica en España y de España en Iberoamérica?
R.- Ahora mismo estoy con un pintor cubano. Casi todos mis amigos son de allí. Mi vocación y muchas de mis novelas se ubican en territorios americanos visibles. Mi forma de escribir es también americana. Me siento mitad cubano mitad venezolano, sin dejar de ser español, claro. Es absurdo ser una sola cosa pudiendo ser varias. Me gustaría incluso ser mulato. Aunque seguro que entre mis ascendientes habrá algún negro, teniendo un apellido canario con más de 500 años...
P.- Hablando de Vargas Llosa, ¿ha tenido oportunidad de leer su particular viaje al corazón de las tinieblas?
R.- Mario es cada vez más celoso con sus originales. Sólo se los enseña a su mujer Patricia y Carmen Balcells, así que todavía no la he leído. Pero sí hemos hablado bastante sobre ella. Él tiene la manía de viajar a los sitios sobre los que va a escribir, para conseguir un tono más realista. A veces me consulta detalles que sabe que yo conozco bien. Por ejemplo, me dijo que en los Diarios negros de Roger Casement, cónsul británico en el Congo y protagonista de su libro, aparece descrito un parque natural canario que no conseguía identificar. Era el parque de Santa Catalina. Cosas así son las que me plantea.
P.- Y Jorge Edwards le otorga la calificación de stendhaliano casi puro. ¿Acierta?
R.- Estoy encantado con una afirmación así. Stendhal me parece lo más grande que hay en literatura. Me gusta sobre todo su sentido de la sensualidad. Y siempre me identificado por su apasionada manera de vivir la literatura y por la pasión que pone en todo lo que escribe.
P.- ¿En las distintas glosas de su figura ha descubierto aspectos de sí mismo inesperados, que le hayan sorprendido?
R.- El escritor no tiene perspectiva de lo que escribe. Esa perspectiva te la tienen que dar los lectores. Y si son de este relieve tiene mucho más peso. Me ha agradado sobre todo que ensalzaran algunos aspectos que ellos han visto muy claros, como de stendhaliano puro, que dice Edwards, y lo de combatiente, que dice Vargas Llosa. Esas cosas son las que más me honran.
P.- ¿Y en la literatura iberoamericana hay algún autor joven al que convenga concederle mayor atención en su opinión?
R.- Yo diría algunos que no son tan jóvenes pero a los que se debe seguir muy atentos: Ricardo Piglia, Alonso Cueto, Héctor Abad y Juan Villoro. Estos cuatro son fundamentales.
P.- ¿Qué le parece la reivindicación del poeta canario Félix Francisco Casanova, al que algunos llaman el Rimbaud español?
R.- Era un escritor de gran envergadura. Yo fui el primero que escribió en prensa, hace muchos años, un artículo sobre El don de Vorace. Es un gran poeta y no por morir tan joven debiera ser olvidado. Creo que publicarle es un gran acierto editorial, sobre todo en un tiempo que se editan tantas boberías nocilleras y cosas así.