Santiago Grisolía

Santiago Grisolía. Foto: Vicent Bosch

Dirige el curso "Anorexia, Bulimia y Obesidad" en El Escorial, donde este miércoles pronunciará la conferencia extraordinaria "Severo Ochoa y el código genético"

Es una de las personalidades científicas más comprometidas con la investigación española. Desde el laboratorio hasta su gestión y difusión. Santiago Grisolía (Valencia, 1923), Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1990, presidente ejecutivo de los Premios Rey Jaime I, entre otros cargos y títulos de prestigio internacional, estará esta semana en los cursos de El Escorial dirigiendo el titulado Anorexia, bulimia y obesidad, tres problemas con la nutrición como fondo que afectan a un porcentaje considerable de nuestra población. "Falta educación sobre nutrición y alimentación en todas las sociedades, incluidas las desarrolladas", sentencia el científico valenciano.

PREGUNTA.- ¿Considera que los problemas en la nutrición actual son de salud pública?
RESPUESTA.- Naturalmente. El desconocimiento de alguno de estos factores puede provocar enfermedades muy graves. El público quizá no tenga la conciencia de los problemas que conlleva la alimentación excesivamente rica en grasa y, sobre todo, la alimentación a base de productos animales, que resulta que incrementa los niveles de colesterol.

P.- ¿Cómo definiría el llamado síndrome metabólico?
R.- Es la alteración total del metabolismo celular, que se manifiesta por un aumento de la glucosa, el colesterol o los triglicéridos, o todos ellos, asociados a hipertensión e incremento de peso. Es algo muy preocupante, sobretodo en los niños y también en los viejos... pero sobre todo en los niños.

P.- ¿Qué puede hacer la ciencia para acabar con esta plaga?
R.- La ciencia puede informar profusamente del problema y hacer entender que es una lucha para toda la vida. Teniendo en cuenta las enormes cantidades de comida que ingerimos durante toda una vida, no se pueden solucionar con unas simples recomendaciones, sino con una actitud adecuada. Además, como demuestran un gran número de estudios, la alimentación de una mujer gestante puede influir en el desarrollo neuronal del bebé, e incluso en la aparición de enfermedades en la vida adulta.

P.- ¿Cómo ve la investigación española en estos momentos?
R.- Lamento tener que decirle que la veo mal. Y no por ausencia de personas bien formadas. Hay un número muy grande de jóvenes investigadores que se merecen ayuda económica y un conjunto de facilidades para instalarse en centros de investigación españoles y desarrollar su carrera profesional. Esta continuidad de los científicos es más que necesaria si queremos progresar adecuadamente.

P.- ¿Cree que corre peligro el regreso de nuestros cerebros?
R.- No, el único peligro es que no haya un elevado número de científicos que salgan fuera de España para conocer otros laboratorios y aprender los métodos científicos más pioneros; pero si pasan más de cuatro años seguidos en otro país, terminarán por formar una familia, amigos, etc. y es más difícil la vuelta, por lo que deberíamos hacer más atractiva la posibilidad de regreso de la gente formada.

P.- ¿Cómo está afectando la crisis a los proyectos en los que se encuentra comprometido?
R.- Está afectando mucho. Por ejemplo, nos han recortado un 70%, tanto en los Premios Rey Jaime I como en el Alto Consejo Consultivo en I+D+i, lo que demuestra una falta de responsabilidad y escasa visión de futuro. Especialmente si recordamos que el Alto Consejo es un órgano asesor de la Generalitat Valenciana único en el mundo puesto que los científicos que lo forman no son elegidos por un gobierno, sino en reconocimiento a su brillante trayectoria, por un jurado en el que anualmente participan más de veinte Premios Nobel y numerosas personalidades de diferentes áreas del saber, con reconocimiento internacional.

En el ámbito nacional, dado que los Planes Estratégicos duran varios años, no ha sido hasta éste cuando han empezado a apreciarse los recortes presupuestarios en las líneas de investigación. Es difícil valorar todavía la enorme trascendencia que este hecho va a tener en ciencia. Piense que un laboratorio que interrumpe una línea de investigación puntera, cuando la ciencia internacional es tan competitiva, necesitará un enorme esfuerzo y muchos años de trabajo para recuperar el nivel inicial. Y de lo que se trata es de alcanzar la excelencia investigadora.