Image: Barbara Hendricks

Image: Barbara Hendricks

El Cultural

Barbara Hendricks

"Obama no es un político de ideas, sino de ideales"

13 noviembre, 2010 01:00

sdfsdf

El sábado actúa en la Sala María Cristina de Málaga, coincidiendo con el lanzamiento de su último disco 'Shout for Joy: Spiritual Christmas'

Dicen que Barbara Hendricks (Arkansas, 1948) es una femme fenomenal porque nada bueno le da miedo. Interpretó a la Liù de Turandot en la Ciudad Prohibida de Pekín y ha cantando con chaleco antibalas en Sarajevo. Tanta gallardía, como la que destila en sus visitas a países en conflicto como embajadora de buena voluntad, le ha valido ya el Premio Príncipe de Asturias de las Artes del año 2000. La soprano norteamericana se dejará ver el sábado en la Sala María Cristina de Málaga junto a su pianista habitual, Love Derwinger, para un surtido variado de Schumann, Chopin y Liszt coincidiendo con el lanzamiento de su último disco Shout for Joy: Spiritual Christmas (Arte Verum), que es, según ella, "una nueva forma de celebrar la Navidad".

PREGUNTA.- Acaba de llegar de misión humanitaria en Etiopía para retomar la gira europea. ¿Cómo lleva los contrastes?
RESPUESTA.- Son dos facetas complementarias, que incluso pueden llegar a ser la misma cosa, porque yo trabajo con el alma de las personas. Si canto, quiero que emocionar a la gente, moverla por dentro. Cuando viajo en misión humanitaria, quiero mover voluntades y cambiar el espíritu de las personas. No lo hago desde ningún pedestal, sino desde la responsabilidad que tengo como ciudadana.

P.- ¿En qué consiste exactamente su labor como embajadora de buena voluntad?
R.- Ahora vengo de visitar un campo de refugiados de Somalia y Eritrea, que están en situación de emergencia. Te das cuenta de que no tienen absolutamente nada. Ni tan siquiera la posibilidad de un futuro mejor. Mi trabajo consiste en facilitar la convivencia y escuchar historias, para luego contarlas y llamar la atención de la opinión pública.

P.- ¿Está afectando la crisis a ayuda internacional?
R.- ¡Claro que afecta! Han encontrado la excusa que andaban buscando. Precisamente ahora, que es cuando más nos necesitan. Ése es el gran problema del mundo. Que no nos comportamos como buenos ciudadanos.

P.- Y, dígame, ¿qué tiene que ver todo eso con las Matemáticas y la Química de su licenciatura?
R.- (Risas) Más de lo que se piensa. Las ciencias forman parte del día a día, en la manera en que organizas tus ideas o en cómo abordas un determinado problema. La química, por ejemplo, es ideal para la cocina. Las recetas de cocina son pura fórmula.

P.- En el prospecto se lee que Shout for Joy es un canto a la Navidad verdadera.
R.- Exacto. Hace tiempo grabé otro álbum navideño, pero esta vez me interesaban los spirituals de la música de Odetta Holmes. Ha sido una vuelta a mis orígenes, pues mi padre era pastor metodista, y yo me crié entre este tipo de música. Aunque no lo crea, es un disco contra el consumismo.

P.- Dijo adiós a EMI para montar su sello propio. ¿Cómo funciona Arte Verum?
R.- No me puedo quejar. La idea no era tanto vender mucho como poder sacar a la luz proyectos personales que me parecen muy interesantes. Ya tengo diez discos de mi sello en las tiendas, de los catorce que tengo grabados...

P.- Ha hecho ópera con Karajan, Bernstein y Mehta, pero nunca la hemos visto por España. ¿Tiene pensado algo?
R.- Pues, la verdad, estoy esperando a que me inviten (risas)...

P.- No debería acabar la entrevista sin preguntarle cuánto han cambiado las cosas con Obama.
R.- Permítame decirle que los europeos no pueden entender del todo cómo funciona el sistema político norteamericano. Las cosas no son tan sencillas como las vende la prensa, ni Obama tiene el poder absoluto para hacer todo lo que quisiera. Hay muchos factores a tener en cuenta. Obama está impulsando grandes cambios, y siempre desde el diálogo, que es lo que no había antes. No es un político de ideas, sino de ideales.

P.- ¿Cree que mereció el Premio Nobel de la Paz?
R.- No lo cree ni él. Pero qué iba a hacer. ¿Rechazarlo? No fue un premio a una trayectoria, sino a la esperanza de un cambio que estaba por llegar. Cada Nobel tiene su propio mensaje oculto. Por ejemplo, el que le han concedido al disidente Liu Xiaobo es un arma arrojadiza contra el gobierno chino.

Ver otros Buenos Días