El mapa de León Siminiani
Es curioso que el primer largometraje de un cineasta prácticamente desconocido para el público mayoritario sea una de las películas más esperadas del cine español. Se titula Mapa, la firma León Siminiani y su teaser, recientemente subido on-line, ya lo han visto miles de personas. Extraño para un cineasta todavía inédito en salas comerciales. El teaser desde luego contiene la promesa de una gran película. O al menos de una película muy distinta a lo que acostumbra a llegar a las salas, y de la que se viene hablando en los foros de la cinefilia española desde hace varios años. ¿Pero de dónde procede realmente tanta expectación?
Leon Siminiani es extraordinariamente conocido en la industria, un cortometrajista de largo recorrido y varias veces premiado en los mejores festivales, con una profusión y un talento creativos indiscutibles. Es de esos cineastas que ha entendido a la perfección que el cine (o el audiovisual) contemporáneo es un arte impuro, especialmente interesado en las posibilidades del lenguaje cinematográfico. Filólogo de formación y cineasta autodidacta, Siminiani es un creador tan lúcido como obsesivo, tan cerabral como visceral. Su talento le permite conjugar el cine doméstico, el cine ensayo y la ficción normativa en algunos de los cortometrajes más reveladores del último decenio, como su serie Conceptos claves del mundo moderno (cuatro piezas que se pueden ver en Internet) o la extraordinaria Límites (1ª Persona).
Uno de los más fascinantes efectos del período pos-digital es el modo en que el cine amateur ha empezado a reflexionar sobre sí mismo, es decir, sobre el papel que juega en el ecosistema de las imágenes. Multitud de cortometrajes españoles realizados durante la última década han dejado constancia de una gran fascinación por lo íntimo, de la necesidad de convertir lo cotidiano en espectáculo emocional y espacio de reflexión. El trabajo de Siminiani es ejemplar al respecto, aparte de ser el más interesante de cuantos se han visto. Mapa, de hecho, vendría a ser la puesta en largo de una especie de diario que ha ido realizando a lo largo de los últimos cinco años -él mismo sostiene que ha sido un largo work-in-progress, en el que, al tratarse de un diario, se ha enfrentado a la dificultad de no saber cuándo dar la película por terminada, introduciendo múltiples variaciones y tomando distintas direcciones a lo largo del camino-, en el que el joven director, tras ser despedido de su trabajo en televisión, viaja a la India y luego regresa a Madrid para poner en orden su vida. La película se estrenará en el Festival Europeo de Sevilla, la primera edición que dirige José Luis Cienfuegos, que se celebra entre el 2 y el 10 de noviembre.
Este tipo de cine, todavía algo insólito en España, pero con grandes y legendarios artífices en el cine internacional (de Jonas Mekas a Naomi Kawase), nos coloca frente a un "nuevo realismo" que transporta en sus imágenes una manifiesta tendencia al narcisismo y en ocasiones al exhibicionismo emocional o la confesión desgarrada. En su vídeo de introducción a Tránsito, León Siminiani habla de su compromiso ante una práctica cinematográfica que le permite practicar su oficio "en la soledad" y así poder establecer "una relación íntima con el cine", de modo que esa intimidad se comparta con el espectador (sólo por unos minutos), abriendo ventanas a sus desvelos y desgarros interiores. Los mejores resultados de su exploración "íntima" y "en soledad" los hallamos en los cortos Zoom (2007) y Límites: 1ª Persona (2009), prodigios del cine contemporáneo español, que vendrían a formar una especie de díptico mediante variaciones y reescrituras de imágenes tomadas durante un viaje del director con su ex pareja en el desierto marroquí de Erg Chebbi. Nacido bajo el amparo del proyecto ARTIUM de Vitoria, en el que cinco cineastas se enfrentaban a sus propios límites en un ambiente museístico, Límites: 1ª Persona es tanto un vídeo diario como un ejercicio de metacine en el que Siminiani descompone y comenta momentos aparentemente banales (imágenes de turistas en un desierto) para extraer de todo ello una dolorosa confesión en torno a la muerte de una relación sentimental, que es al mismo tiempo una liberadora forma de terapia.
Realizada dos años antes, la pieza Zoom era mucho más que un esbozo de Límites: 1ª Persona, si bien intervenía prácticamente en las mismas imágenes del mismo viaje africano. Ya entonces, Siminiani traducía sus inciertos sentimientos hacia su pareja en aquel momento de crisis emocional: deconstruía sus gestos, la aislaba con el zoom del grupo de guías y turistas y, finalmente, enfatizaba la desaparición en el horizonte de quien fuera su pareja sentimental subrayando su salida de la pantalla, devorada por las dunas del desierto. Desde su mismo nacimiento, el cine no ha dejado de explorar, casi a modo de exorcismo, las crisis de pareja. Con estas piezas, que entroncan con la semilla rosselliniana del cine moderno -Te querré siempre (Viaggio in Italia; 1959)-, Siminiani ha propulsado las películas sobre parejas en descomposición a una dimensión desconocida en el cine español. A esta labor habría que sumar sin duda los filmes radicalmente confesionales, de aliento punk, dirigidos por Ion de Sosa, es decir, el cortometraje Berlin 19° y el largo True Love, relatos en primera persona de sendas rupturas sentimentales.
Sin duda, y a la espera de ver el tan esperado largometraje, Mapa representará un hito en el cine español más independiente.
Leon Siminiani es extraordinariamente conocido en la industria, un cortometrajista de largo recorrido y varias veces premiado en los mejores festivales, con una profusión y un talento creativos indiscutibles. Es de esos cineastas que ha entendido a la perfección que el cine (o el audiovisual) contemporáneo es un arte impuro, especialmente interesado en las posibilidades del lenguaje cinematográfico. Filólogo de formación y cineasta autodidacta, Siminiani es un creador tan lúcido como obsesivo, tan cerabral como visceral. Su talento le permite conjugar el cine doméstico, el cine ensayo y la ficción normativa en algunos de los cortometrajes más reveladores del último decenio, como su serie Conceptos claves del mundo moderno (cuatro piezas que se pueden ver en Internet) o la extraordinaria Límites (1ª Persona).
LÍMITES 1ª PERSONA (2009) from León Siminiani on Vimeo.
Si algo nos convence de que en sus películas -sean micro-ficciones o micro-ensayos- late siempre un fuerte sentido de la honestidad, es la consistencia de un discurso autobiográfico que encuentra en el juego (y en cierto humor) su forma de relacionarse con el mundo. El título de su tercer corto de ficción, Ludoterapia, bien puede designar el tenso cordón umbilical (juego + terapia) que vincula su experiencia vital con su práctica cinematográfica.Uno de los más fascinantes efectos del período pos-digital es el modo en que el cine amateur ha empezado a reflexionar sobre sí mismo, es decir, sobre el papel que juega en el ecosistema de las imágenes. Multitud de cortometrajes españoles realizados durante la última década han dejado constancia de una gran fascinación por lo íntimo, de la necesidad de convertir lo cotidiano en espectáculo emocional y espacio de reflexión. El trabajo de Siminiani es ejemplar al respecto, aparte de ser el más interesante de cuantos se han visto. Mapa, de hecho, vendría a ser la puesta en largo de una especie de diario que ha ido realizando a lo largo de los últimos cinco años -él mismo sostiene que ha sido un largo work-in-progress, en el que, al tratarse de un diario, se ha enfrentado a la dificultad de no saber cuándo dar la película por terminada, introduciendo múltiples variaciones y tomando distintas direcciones a lo largo del camino-, en el que el joven director, tras ser despedido de su trabajo en televisión, viaja a la India y luego regresa a Madrid para poner en orden su vida. La película se estrenará en el Festival Europeo de Sevilla, la primera edición que dirige José Luis Cienfuegos, que se celebra entre el 2 y el 10 de noviembre.
Este tipo de cine, todavía algo insólito en España, pero con grandes y legendarios artífices en el cine internacional (de Jonas Mekas a Naomi Kawase), nos coloca frente a un "nuevo realismo" que transporta en sus imágenes una manifiesta tendencia al narcisismo y en ocasiones al exhibicionismo emocional o la confesión desgarrada. En su vídeo de introducción a Tránsito, León Siminiani habla de su compromiso ante una práctica cinematográfica que le permite practicar su oficio "en la soledad" y así poder establecer "una relación íntima con el cine", de modo que esa intimidad se comparta con el espectador (sólo por unos minutos), abriendo ventanas a sus desvelos y desgarros interiores. Los mejores resultados de su exploración "íntima" y "en soledad" los hallamos en los cortos Zoom (2007) y Límites: 1ª Persona (2009), prodigios del cine contemporáneo español, que vendrían a formar una especie de díptico mediante variaciones y reescrituras de imágenes tomadas durante un viaje del director con su ex pareja en el desierto marroquí de Erg Chebbi. Nacido bajo el amparo del proyecto ARTIUM de Vitoria, en el que cinco cineastas se enfrentaban a sus propios límites en un ambiente museístico, Límites: 1ª Persona es tanto un vídeo diario como un ejercicio de metacine en el que Siminiani descompone y comenta momentos aparentemente banales (imágenes de turistas en un desierto) para extraer de todo ello una dolorosa confesión en torno a la muerte de una relación sentimental, que es al mismo tiempo una liberadora forma de terapia.
Realizada dos años antes, la pieza Zoom era mucho más que un esbozo de Límites: 1ª Persona, si bien intervenía prácticamente en las mismas imágenes del mismo viaje africano. Ya entonces, Siminiani traducía sus inciertos sentimientos hacia su pareja en aquel momento de crisis emocional: deconstruía sus gestos, la aislaba con el zoom del grupo de guías y turistas y, finalmente, enfatizaba la desaparición en el horizonte de quien fuera su pareja sentimental subrayando su salida de la pantalla, devorada por las dunas del desierto. Desde su mismo nacimiento, el cine no ha dejado de explorar, casi a modo de exorcismo, las crisis de pareja. Con estas piezas, que entroncan con la semilla rosselliniana del cine moderno -Te querré siempre (Viaggio in Italia; 1959)-, Siminiani ha propulsado las películas sobre parejas en descomposición a una dimensión desconocida en el cine español. A esta labor habría que sumar sin duda los filmes radicalmente confesionales, de aliento punk, dirigidos por Ion de Sosa, es decir, el cortometraje Berlin 19° y el largo True Love, relatos en primera persona de sendas rupturas sentimentales.
Sin duda, y a la espera de ver el tan esperado largometraje, Mapa representará un hito en el cine español más independiente.