Carlos Marzal. Foto: Alberto Di Lolli

Carlos Marzal. Foto: Alberto Di Lolli

El Cultural

Carlos Marzal: "La figura de Brines trasciende la poesía"

El escritor dirige un curso en El Escorial que homenajea al poeta valenciano

22 julio, 2013 02:00

Hace tiempo, Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) escribió que la poesía, "tanto en quien la hace como en quien la recibe, es primordialmente un acto de intensidad, que cumple una función exaltadora de la vida". De eso, de vida y de poesía, de arte e intensidad van a tratar desde este lunes 22 y hasta el viernes 26 poetas como Guillermo Carnero, Luis García Montero, Vicente Gallego, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, José Corredor-Matheos; Sergio Arlandis, José Andújar, Fernando Delgado, Almoraima González Sánchez, Francisco Díaz de Castro, José Saborit; Abelardo Linares, y el torero Luis Francisco Esplá.

Dirige el curso el poeta y narrador Carlos Marzal, que nos cuenta que Brines sigue gozando de su tradicional mala salud, y que cada vez le resulta más difícil abandonar su paraíso mediterráneo...

Pregunta.- ¿Cree que el tiempo ha hecho justicia con Brines?
Respuesta.- Creo que sí. Paco Brines desempeña un papel capital en nuestras letras; no hay quien dude de que es uno de los autores únicos de la generación de los 50, no falta en ninguna antología desde el principio y con él no ha ocurrido lo que con otros autores de ese medio siglo fundacional, que si no han entrado en ese balance inicial, en ese grupo canónico, acabaron cayendo en el olvido. Paco Brines es uno de los autores fundamentales desde el principio, y en la tradición de la poesía española está a la altura de los mejores, de los modernos, de la poesía del 98 y de la generación del 27.

P.- ¿Y cuál es su aportación esencial?
R.- Sin duda, una manera reflexiva de enfrentarse a la realidad. La poesía de Brines es una poesía fundamentalmente vitalista y meditativa, pero muy elegiaca y metafísica. Paco es un sensualista, muy mediterráneo, todo el paisaje de su Oliva natal, de la vega mediterránea en la que vive, en ese pueblo de Valencia, lo ha elevado a un terrero mitológico, y ese paisaje de cipreses, de pinos, de naranjos, de atardeces, lo ha elevado a terreno mitológico, y forman ya parte de su universo mágico y poético. Al mismo tiempo, Brines ofrece también en sus versos una concepción muy elaborada de orden metafísico. Paco es un poeta que proviene del conceptismo puro, del Quevedo más agudo y más conceptista y que recibe las mejores influencias de la mejor poesía española del siglo XX, de Juan Ramón Jiménez, de Cernuda y de Juan Gil Albert.

"La poesía de Brines es fundamentalmente vitalista y meditativa, pero muy elegiaca y metafísica. Paco es un sensualista, muy mediterráneo"

Destaca Marzal que aunque Brines no ha ejercido nunca la crítica literaria de manera militante, "con el paso de los tiempos ha ido escribiendo sobre los autores que más le iban interesando y todo eso ha sido recogido en un volumen estupendo sobre poesía española contemporánea que publicó Pre-Textos hace ya bastante años", en el que habla de los poetas que más le interesan, como Juan ramón Jiménez, Cernuda, Bousoño o Juan Gil Albert.

-En Brines -destaca Marzal- siempre hay agudeza, una mirada inteligente y atrevida de acercarse a la poesía. Yo creo que uno de los textos más importantes que se han escrito sobre la poesía española contemporánea es el prólogo crítico que redactó para la edición de su poesía, Selección propia, que es un texto que deberían leer todos los poetas para saber cómo hablar de su propia poesía, y todos los aprendices de poeta y todos los profesores de literatura para descubrir cómo se puede profundizar con objetividad, y al mismo tiempo con inteligencia y con pasión en una obra literaria.

"De Brines he aprendido una manera de amar la poesía, de enfrentarme a la poesía como el género máximo, un respeto casi sacro, por la alta literatura"

P.- Hablando de pasión y amistad, ¿qué influencia ha tenido Brines en su propia obra?
R.- Para mí, la figura de Paco trasciende la literatura, es un padre, un amigo, un cómplice y, desde luego, un poeta maestro. Pero no sólo es mi caso: para Vicente Gallego o Antonio Cabrera, y quizá algo menos por culpa de la distancia, para Luis García Montero o Benítez Reyes, Paco Brines es un poeta decisivo en nuestra formación intelectual. Por lo que a mí respecta, es un poeta capital desde todos los puntos de vista; yo he aprendido de él una manera de amar la poesía, una manera de enfrentarme a la poesía como el género máximo, un respeto casi sacro, por la alta literatura y la poesía y miles de enseñanzas de tipo vital, de mensajes compartidos, desde hace muchos años; son treinta, treinta y cinco años de mucha complicidad muy grande con él, sobre todo en la literatura, donde uno aprende sobre todo a disfrutar de su intensidad como artista y como poeta.

P.- Llama la atención que en estos tiempos declaradamente antitaurinos el curso dedique un día a hablar de la Fiesta.
R.- Sí, hay una mesa redonda entre el maestro Francisco Esplá y Brines en la que vamos a hablar de su afición taurina y sobre qué significa para él. ¿Qué quiere? Es un privilegio poder contar con alguien como Esplá, da gusto escucharlo porque pocos saben explicar mejor lo que significa el mundo de los toros. Paco Brines ha sido siempre un declarado aficionado de toda la vida, y siempre ha confesado que alguna de sus emociones más grandes las ha tenido en algunas plazas de toros, sobre todo con Antonio Ordóñez, que era su torero predilecto desde la juventud. No se trata de hacer apología ni de salir al paso de este momento de decadencia de algunos espectadores, sino de hablar sobre una afición que le ha acompañado toda la vida, aunque también vamos a hablar un poco de fútbol que es también una de su pasiones y de las mías.

P.- ¿Y se atrevería a elegir un poema de Brines, para un lector inexperto?
R.- No uno, sino dos... "Los veranos", que pertenece al libro El otoño de las rosas, un poema extraordinario sobre la brevedad y la intensidad de la juventud, y "Apunte de viaje", de La última costa, un poema muy breve pero al que tengo mucho cariño, entre otras cosas porque me lo dedicó a mí, y porque en siete u ocho versos se condensa el universo meditativo de Paco, su carácter elegiaco, el paisaje mediterráneo, la importancia del mar y luego también el pesimismo de fondo que impregna toda su poesía.