Image: En Tamzin Townsend aún pervive la emoción que le causó la obra teatral Killing me Softly

Image: En Tamzin Townsend aún pervive la emoción que le causó la obra teatral Killing me Softly

El Cultural

En Tamzin Townsend aún pervive la emoción que le causó la obra teatral Killing me Softly

La directora recuerda su debut en el festival de Edinburgo y, paralelamente, la agonía de la otra pieza teatral

10 agosto, 2013 02:00

Un verano teatralmente mágico para mí fue el de 1989. Había terminado los estudios de artes escénicas y dirección teatral; tenía 22 años, la arrogancia de la juventud y el convencimiento de que podía triunfar en todo aquello que me propusiese. Presentaba entonces, con un grupo de amigas, un espectáculo en el festival de Edinburgh. El tema se centraba en los tortuosos tratamientos que recibía la histeria femenina en siglo XIX. Era un trabajo bastante pretencioso... una obra muy intensa con poco encanto. Tener a esa edad tu propio espectáculo en el festival era todo un lujo, un subidón de energía. Recuerdo correr las calles publicitándola vestida de victoriana, sin una pizca de vergüenza.

Una noche me escapé de nuestro local y fui a ver una obra que me impactó profundamente. Se llamaba Killing me Softly, como la canción de Roberta Flack, sobre la amistad entre una chica y su mejor amigo homosexual enfermo de Sida. En 1989 el Sida era tratado como una enfermedad sin cura, terminal. La obra era tan triste y emotiva que lloré desesperadamente. Era la primera vez que el teatro me dejaba totalmente tocada, desconsolada. Disfruté tanto de aquella emoción que volví todas las noches durante una semana. Todavía hoy, cuando escucho la canción, se me despierta la misma ola de emociones que entonces viví en aquella salita en 1989.


Tamzin Townsend (Liverpool, 1967) es una directora de teatro de origen inglés. Estudió Theatre and Drama Studies en la Universidad de Kent y al finalizarlos se mudó Barcelona. Tras un año en la capital catalana decidió volver a Inglaterra pero al poco tiempo volvió a Barcelona donde trabajó en el Consulado Británico de la capital condal ayudando en las labores de los Juegos Olímpicos de 1992. Se presentó para dirigir la obra de teatro 'Bones Festes', salió escogida, la pieza se mantuvo en cartel por dos años y se ha considerado como una de sus mejores obras. También ha dirigido 'Un Dios salvaje', 'Fuga', 'Tócala otra vez, Sam', 'El montaplatos' y 'Verano'. Actualmente participa en la Asociación de Actores y en Curtidores de Teatro combinándolo con las clases que imparte en la Universidad Europea de Madrid.

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