La peste
Concurso de micropoemas conducido por Joaquín Pérez Azaústre
9 marzo, 2020 10:36¡Buenos días!
Estuvieron muy cerca de ganar los siguientes poemas:
Mala yerba
Somos la ceniza de los sueños.
Esqueletos de alumbre que cabalgan
hacia confines teñidos de azabache.
Comienzo sugerente desde ese manto de cenizas en las que reposamos lo que ya no será. Pero los “Esqueletos de alumbre” se levantan y nos hacen seguir. Poema sobre la resistencia con imaginación formal, fluidez verbal e imágenes de contenida belleza.
Elvira
La lluvia y sus mandíbulas
vistieron lentejuelas
cenizas de la noche
Contención elegante para un poema que parte del hallazgo inicial, desgarrado y punzante, que luego nos va abriendo hacia una experiencia minimalista de interpretación antes de llegar a la suavidad final: la oscuridad del propio poema.
Marta
Cálido es el refugio del olvido.
Aprende a escuchar entre las ramas
el silencio que brota del estío
Excelente poema de una gran suavidad verbal, que nos va entrando con su propia música y nos enseña a escuchar su ritmo interior, que llega hasta el silencio y lo pronuncia de manera sucinta y eficaz, que nos deslumbra desde su delicadeza.
Pero el ganador es
Natalio Linaceros
Esa luz de Carrara resumía en su mano
el poder y la gloria del Hombre renacido:
la fe que derribaba a los gigantes.
El principio aparentemente narrativo del poema nos va introduciendo en un mapa de milagro y devastación, porque algo que desconocemos o hemos olvidado ha caído con estrépito delante de nosotros: pero se levantará, volverá a rehacerse desde su derrumbe hasta llegar a ese verso final que nos redime, que puede devolvernos nuestra fuerza.
Tema de esta semana: La peste. Parece que al final todo consiste en lavarse las manos con jabón y no dar demasiados besos, o no muchos más de los precisos; pero el tema ha venido y nos ocupa la retina y la imaginación, en una especie de atmósfera opresiva que quizá no tiene demasiado sentido más allá de la necesaria prevención. Como la poesía está en todo o puede estar en todo, retomemos el título de la estupenda novela de Albert Camus para escribir de esta nueva peste del coronavirus. Ya sabéis las normas: en 3 versos y no más de 140 caracteres, en todos los estilos y registros. Escribamos sin miedo, que aquí podemos tocarnos con la fiebre del verso, que al final es benigna.