El Cultural

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Entre padres e hijos: finalistas

Concurso de micropoemas conducido por Joaquín Pérez Azaústre

30 abril, 2020 18:37

Y los veinte poemas finalistas son:

FerS

Sombra de mi sombra
engendrada para naufragar
en ciegos charcos de luz.

Nicéforo Ventora

Ahora yo también tropiezo en los bordillos.
Se escurren de mis manos cucharas, tenedores.
Y temo, como tú, perderme en el pasillo.

María José Viz Blanco

De aquel palo recio
nacen muchas astillas nuevas
que convierten en intrincado el bosque.

Two

Los mismos ojos
alimentan la carne
de tus heridas.

Kamikaze

Madre luna déjame gravitar
por los anillos rupestres de Saturno
como un kamikaze de ida y vuelta.

Medea

Mis raíces me han traicionado
Me escupen en la mirada
Estoy atrapada en los clavos de su ramaje estepario.

Juanjo Maíllo

Se hunde mi andar en la hojarasca oscura
en vano busco el brillo de tu risa
que arcángeles crueles apagaron

Rosario Campos

Llevo algo de ti en las entrañas
como una cuerda tensa
que va acercándome a tu vientre.

Faradays

En universos paralelos
a mil años luz
he encontrado tu huella.

Mari Carmen Pavón

Después de años conflictivos
bastaron unos días de desierto
para alcanzar el oasis.

Damiana Cisneros

Aleja tus ojos de las espinas
son mías y las uso para ensordecer
los harapientos recuerdos de mi hija.

Ester por siempre

Arrojamos los exilios en el centro de la mesa
y compartimos la promesa umbilical
de recordar los preceptos del extraño.

lisa voraz

la madreselva enraíza en mis pechos
para que mames el azul de mis ojos
y nuestro parecido astille el espejo

Drago

Padre e hijo hacen sombra
como dos boxeadores de distinto peso
que creen nunca van a enfrentarse.

José Becerra Motriz

Va perdiéndose el hilo de nuestra sangre
en la distancia
donde cuesta trabajo tocar tus manos

Elena Cruz

Se desgarra la imitación de vientre
tornándose en patíbulo
para la cría de bestias.

Carlos Rutilo

Madre, es la raíz de mi lengua
quien anhela tu abrazo
en medio de esta galería de tinieblas secas.

Tere Martínez

Entre desnivelados horizontes
nuestros cuellos se vencen
ante la semejanza del silencio.

Bradomín

Ya no intento salvar el eclipse
que en la madrugada oxida el agua del pozo.
Por mis venas corre la sed del náufrago.

Othonèe

Hablo de lo que es tu rostro, hijo,
y de estatuas reflejando
como espejos, la extensión del alba.

Tema de la semana que viene: “Los espacios abiertos”.