Hay tantas formas de acercarse a Dalí que no hay libro que pueda contenerlo por entero. En estos meses han aparecido biografías, memorias, rencores y admiraciones escritas por especialistas, familiares, amigos y hasta un peluquero. Dalí es un género literario, uno de los más fascinantes y extraños. Traemos a estas páginas, junto al último libro de Gibson sobre Dalí, hoy nuestro libro de la semana, las obras nacidas al calor del centenario.
VV.AA, Dalí íntimo. Fundación Gala-Salvador Dalí/ Círculo de Lectores. 140 págs., 34'90 e. Este volumen se cuenta entre los más sugestivos de los dedicados a Dalí. Hay dibujos del artista, incluso algún poema ("Gala/ Sus ojos asemejan a su ano"), cartas de éluard, Breton o Lorca... Un puzzle tan fascinante como el personaje que le sirve de pretexto.
Luis-Salvador López Herrero, La cara oculta de Salvador Dalí. Síntesis. 336 págs., 21 e. El autor indaga buscando las claves que den acceso al Dalí oculto. López Herrero creía que "Dalí era un payaso vendido al sistema que se pasaba el tiempo enfundándose dinero bajo un disfraz". Luego fue a Cadaqués, acabó en una fiesta de Dalí y ahí comenzó todo.
Agustín Sánchez Vidal, Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin. Booket. 492 págs., 8'95 e. El autor repasa la relación de amistad (no siempre mereció tal nombre) que unió a los tres genios. Una relación que fue el choque de tres locomotoras que a menudo no iban en la misma dirección, imprescindible para comprender lo que fue la cultura española del momento.
Ian Gibson, La vida desaforada de Salvador Dalí. Anagrama. 958 págs., 22 e. Su familia, la amistad con Lorca y Buñuel, Gala, su incorporación al surrealismo, la decadencia... son analizadas a fondo. John Bayley llegó a decir que el libro no sólo es "una formidable contribución al conocimiento de Dalí, sino al conocimiento con mayúsculas".
Oscar Tusquets, Dalí y otros amigos. RqueR. 254 págs., 20 e. El personaje Dalí sirvió de sobra al primer fin que movió al autor, el propagandístico, pero también a otro más sibilino: la ocultación de la persona Dalí. Tusquets recuerda al Dalí
voyeur, pesetero y generoso al tiempo, amante de la diversión y la mixtificación.
Robert Descharnes, Dalí, la herencia infernal. La Marge. 258 págs., 21 e. Decharnes ya había colaborado con el propio Dalí editando
Dalí de Gala, Les Métamorphoses érotiques, Dix Recettes d'immorta- lité y
Cinquante Secrets Magiques. Ahora abunda en anécdotas y sobre todo entra a fondo en el polémico tema de la herencia daliniana.
René Crevel, Dalí o el antioscurantismo. Olañeta. 76 págs., 5 e. Crevel se suicidó a los 35 años asqueado tras los enfrentamientos entre los surrealistas y el Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura. Amigo de Dalí durante años, este texto es una interpretación de su pintura, un reflejo del ambiente exaltado y revolucionario del momento surrealista.
Juan José Lahuerta, El fenómeno del éxtasis. Siruela. 180 págs., 12'50 e. En 1933 Dalí publicó "El fenómeno del éxtasis", el punto álgido de su actividad dentro del grupo surrealista, pero se edita cuando la posición de Dalí dentro del grupo estaba en crisis. Lahuerta analiza ese instante imprescindible para comprender el destino de Dalí y la deriva del surrealismo.
Joan M. Minguet Batllori, Salvador Dalí, cine y surrealismo(s). Parsifal. 238 págs, 19'5 e. Dalí tuvo tanta responsabilidad en la aparición del cine surrealista como Buñuel: su participación en
Un perro andaluz fue determinante. Minguet Batllori analiza las relaciones de Dalí con el surrealismo y el cine.
VV.AA., Dalí y el retrato cómplice. Copec/Institut Ramon Llull. 44 págs., 4 e. Su imagen era para Dalí tan importante como su obra. Su egolatría le hizo saber que la iconografía del artista es tan importante como su creación. Aquí están algunas de las más conocidas instantáneas que le tuvieron por modelo.
Javier Pérez Andújar, Salvador Dalí: A la conquista de lo irracional. Algaba. 292 págs., 21 e. Esta obra busca a Dalí como primer artista pop. Escrita "con un buen remanente de atónita admiración hacia Salvador Dalí, una persona siempre imprevisible y que asimismo supo ser despreciable". De su "desesperada lucha por la inmortalidad" habla.
Lali Bas Dalí, Los Dalí. Historia de una familia. Juventud. 142 págs., 39 e. Lali Bas Dalí es la única descendiente viva de la familia Dalí. Aquí desgrana sus recuerdos y recupera fotografías y documentos desconocidos de toda la familia, lo que permite ver a Dalí como una pieza más de esta novela coral y no como el protagonista.
Dominique Bona, Gala. Tusquets. 396 págs., 18 e. Casada con éluard, en 1929 viajan a España para visitar a Dalí. La estancia fue una tormenta que terminó con una declaración de Gala: "Ya no nos separaremos nunca más", le dijo a Dalí. Esta biografía se acerca a sus mil enigmas, al igual que
Querida Gala (Espasa, 249 págs., 25 e.) de
Estrella de Diego.
Laia Rosa Armengol, Dalí, icono y personaje. Cátedra. 450 págs., 17 e. Armengol intenta desentrañar cómo Dalí fue inventando su personaje para mayor gloria propia y mejor rendimiento publicitario, según una estrategia calculada para construir una iconografía que, según el autor, debe ser estudiada con los métodos de la historia del arte.
Tim McGirk, Gala, ¿musa o demonio? Debolsillo. 224 págs., 8 e. Cuando Gala murió, Dalí se encerró en su habitación, y se negó a comer. La anécdota explica la importancia que esta musa perversa tuvo en la vida, y en la obra, del artista: una musa que cada tarde, consultaba el tarot y sólo si las cartas eran favorables Dalí pintaba al día siguiente.
Màrius Carol/Josep Playà, El enigma Dalí. Plaza & Janés. 428 págs., 21'50 e. "Todo en Dalí tiene la fuerza de un enigma aunque finalmente todas las piezas encajan para dar respuesta a tanto acertijo". Y esa respuesta es el mismo Salvador Dalí, con sus luces y sombras, al desnudo en un estudio que lo retrata desde su infancia a su terrible agonía.
Lluís Llongueras, Dalí. Ediciones B. 576 págs., 21 e. A más de uno se le pondrán los pelos de punta al enterarse de que una de las novedades dalinianas es obra del peluquero Llongueras. Aunque sus páginas sobre la vida y obra de Dalí no añaden demasiado, la sucesión de anécdotas ofrece una visión simpática y amable del personaje.