Nieto y Sobejano
Una arquitectura es siempre una interpretación de la memoria
28 febrero, 2008 01:00Nieto y Sobejano.
Nieto & Sobejano forman uno de los estudios de arquitectura más consolidados en el panorama de la arquitectura actual, y llevan trabajando juntos desde el comienzo de sus carreras. Su palacio de congresos para Zaragoza 2008 será sin duda uno de los edificios más importantes de la muestra internacional, junto con el Pabellón de España de Patxi Mangado y el puente habitado de Zaha Hadid. Además, acaban de ganar su primer concurso en Madrid, la ciudad donde viven y trabajan. Se trata de la rehabilitación del histórico Mercado de Barceló. De sus proyectos, de sostenibilidad de arquitectura e historia hablan en estas páginas.
-¿Cómo dialogan las arquitecturas, lo nuevo y lo antiguo?
-Esa es una constante en todo nuestro trabajo aunque no siempre buscada. últimamente estamos trabajando de manera indistinta en proyectos totalmente nuevos y sin ningún tipo de anclaje al pasado, y en otros que cuentan con preexistencias, como el de la ampliación del Museo de Arte de Moritzburg, en Alemania. Es esa pregunta que nos hacen muchas veces… ¿Qué metodología utilizamos cuando intervenimos en el patrimonio? Cada proyecto es una respuesta a cada caso. En Alemania lo interesante es que se trata de realizar un museo a partir de un castillo histórico. Es un museo de arte expresionista y es ahí donde el proyecto tiene su arranque. El proyecto se originó a partir de una ruina de trescientos años. Era una ruina importante, en una ciudad de origen gótico, con ese horizonte de cubiertas apuntadas. Pero, a su vez, aquellas obras expresionistas que alberga la colección hicieron surgir el proyecto de esa particular manera. Además el castillo, la ruina, está muy ligado a la imagen de la ciudad. Una decisión que tomamos desde el principio fue intentar mantener la ruina como tal, mantener los muros del castillo tal y como se habían conservado.
-La manipulación arquitectónica de la excavación, de la ruina, aparece también en otro de sus proyectos más recientes en Madinat al Zahara, Córdoba.
-Madinat al Zahara se inaugura en dos o tres meses. Ahora mismo estamos llevando a cabo el proyecto museográfico, falta terminar el entorno y un par de detalles más. El museo y sede institucional de Madinat al Zahara es un proyecto totalmente nuevo, pero también hay que tener en cuenta que está junto a una excavación arqueológica; de ahí viene la idea que genera todo el proyecto: que está enterrado, que surge del terreno…
-Otro tema recurrente en su trabajo es la manipulación de las cubiertas como plano de especial importancia espacial y expresivo. ¿Son las mismas inquietudes las que les motivan en Alemania, Austria o Zaragoza?
-Los proyectos van, se quiera o no, en series con un cierto sentido, aunque cada proyecto es diferente. Se hicieron muy en paralelo el proyecto para Zaragoza 2008 y el otro proyecto de intervención en el patrimonio: la ampliación de la sede Kastner & Ühler en Graz, Austria. Graz es Patrimonio de la Humanidad y es la primera vez que se permitía una cubierta de esas características en el centro histórico. A veces se compara con el proyecto de Peter Cook, pero el de Cook está fuera del recinto histórico, al otro lado del río. De lo que se trata en este edificio es de aumentar una planta más y modificar todas las cubiertas.
-¿Y en qué momento se encuentra la ampliación del museo de San Telmo en San Sebastián?
-Está en obra también. En concreto, estamos saliendo de la cimentación ahora mismo y empezando con los derribos. Mantenemos todo el edificio histórico excepto en algunos puntos en los que intervenimos. Lo que estamos haciendo es quitar los añadidos. Se trata de una obra nueva de siete mil metros cuadrados y una rehabilitación de la antigua construcción. Hay muchos proyectos en los que estamos cerca, interviniendo directamente en edificios del pasado, ampliándolos, o como Madinat al Zahara, dejándonos influir por ellos.
Sensibilidad internacional
-¿Qué sensibilidad hay respecto al patrimonio arquitectónico fuera de España? ¿Hay un mayor grado de libertad en la inserción de nueva arquitectura?
-La experiencia más inmediata en la que estamos trabajando es la ampliación del Museo de Arte de Moritzburg, donde ha habido una gran aceptación desde el principio al hecho de hacer un edificio absolutamente contemporáneo de un edificio histórico de hace quinientos años. Ahora mismo acabamos de presentar la ampliación del Museo de Historia de Frankfurt y aquí la operación también se interpreta como una intervención contemporánea sobre lo antiguo. Es cierto que Alemania quedó destrozada por la guerra, todos lo sabemos, y, excepto en algún sitio de Berlín, prima más el ánimo reconstructor.
»En cambio, Austria es una sociedad más conservadora. También las ciudades están allí muy bien mantenidas. En Graz tuvimos que colaborar con la UNESCO y convencerles de que se pudiese hacer esa enorme cubierta de bronce en una zona de patrimonio histórico reconocido. Ha sido un proyecto muy discutido, muy dialogado, que es algo importante tratándose en este caso de unos clientes privados amantes de la arquitectura. Hemos vencido la inercia de UNESCO que en su día prohibía todo edificio que no fuera de teja y de cubiertas tradicionales.
-Ahora están construyendo mucho a nivel internacional. ¿Que diferencias, ventajas y desventajas encuentran fuera de España?
-Fuera, la experiencia ha sido positiva, aunque hay matices. Hemos construido unas viviendas en Holanda, y estamos muy contentos con el edificio pero no tanto con el proceso. Holanda es hiperflexible y todo lo que se dibuja es susceptible de ser modificado. En Alemania, por ejemplo, nos gusta más cómo funciona la relación de arquitecto-constructora-obra. Alemania no es nada flexible, lo cual está muy bien, por ejemplo, para la ejecución de las obras. En Holanda, el proyecto básico se define menos aunque tú quieras definirlo, mientras en Alemania, lo que se firma se ejecuta.
»Pero no crea que estamos más cómodos en el extranjero. España está en ese punto intermedio que puede ser muy equilibrado. A nosotros nos viene muy bien ahora porque tenemos un estudio aquí y otro allí. A los españoles les decimos: "mirad a los alemanes como hacen" y a los alemanes al contrario: "mirad a los españoles... ¡no se puede ser tan rígido!". Defendemos el sistema español, nos parece bueno.
-¿Qué opinan de la arquitectura dentro del marco de la nueva Expo 2008 de Zaragoza ?
-Un enorme porcentaje de las exposiciones universales de la historia carecen de una intención de ordenación suficientemente valiosa y en favor de los edificios temporales. Vemos siempre una serie de edificios al lado de otros, unos mejores, otros peores. Eso sería la parte más negativa. La parte positiva, es que se trata de un evento y un negocio que colabora a dar un gran impulso a la ciudad. Lo más valioso será lo que perdure tras la Expo08, seguramente serán los puentes que unen los anillos con la ciudad, las infraestructuras.
-Hubo mucha polémica sobre si su edificio en Zaragoza es un palacio de congresos, un auditorio o si, en última instancia, se elevaría a palacio de la ópera.
-Estrictamente es palacio de congresos aunque durante la Expo habrá un evidente cambio para acoger una serie de espectáculos. Para la Expo sí que ha habido que acondicionar dentro del equipamiento escénico una serie de usos específicos. éste ha sido casi el único de nuestros edificios que no surge de una interpretación nuestra de lo que allí hay, del lugar o de una memoria. Siempre nos gusta relacionar el pasado con la propia interpretación contemporánea. Los edificios siempre surgen de algo muy personal por una parte, pero, por otra, son parte de lo que vivimos y de lo que está en el aire, y, por otro lado, de la propia arquitectura. En cambio aquí, yo creo que el edificio es bastante autónomo. Cuando fuimos a ver el solar no había nada, y nos decían: "no, pero no miréis aquí, está cinco metros más arriba, porque vamos a rellenarlo con cinco metros de tierra". Es uno de los pocos proyectos que no vinculamos mucho a un lugar.
Los hitos de la Expo 08
-Sin embargo, esta Expo es más pequeña, y en ella los hitos arquitectónicos van a destacar especialmente.
-No cabe duda de que los casos más interesantes son elementos autónomos, autistas casi entre sí. Esto no es problema, creo, de ninguno de los que estamos allí. Estamos viendo que aparecen muchos edificios dispares juntos, pero esto es algo común a todas las Expos. Y algo a tener como positivo, puesto que promueven este tipo de actividad.
-Del mismo modo que el pabellón de España ha hecho un enorme esfuerzo para insertar la arquitectura dentro del contexto medioambiental, ¿su edificio se vincula al tema de la Expo?
-La gran cubierta está concebida como el recubrimiento cerámico que protege a las naves espaciales, un manto aislante, reflectante, protector. Ese punto nos parecía un buen arranque. Para nosotros este aspecto medioambiental es un aspecto muy importante que todo proyecto debe atender. Pero al haberse convertido hoy en día la sostenibilidad en una especie de eslogan comercial, acaba dañando el propio sentido que tiene. Nuestro edificio más sostenible seguramente es el de Madinat al Zahara, porque tiene unos muros de hormigón muy gruesos, tiene un gran aislamiento térmico, está enterrado y se ilumina a través de patios. Pero, sin embargo, Madinat al Zahara jamás estaría catalogado como un edificio sostenible.
»El caso de Zaragoza es distinto ya que la Expo es también la Expo del agua. Pero con el término sostenibilidad, si bien nos parece fundamental, no se puede banalizar tanto. Todo lo que es sostenible es políticamente correcto. A veces se plantean edificios sostenibles que son capa, más capa, más capa de vidrio. Eso no es correcto.
-¿Qué opinión les merece el pabellón puente de Zaha Hadid para Zaragoza 2008?
-Como gesto, es de los más elegantes que Zaha ha hecho. No sabemos cómo está resuelto, pero desde luego el gesto encaja.
-Entre el gesto y el contexto, ¿dónde se posicionan ustedes?
-Pensamos que toda la arquitectura en el fondo es una interpretación de una memoria, de algo que has vivido, y una invención de algo que aportas sobre esa interpretación. De memoria y de pasado se habló tanto en los años ochenta que pasó algo similar a lo que hoy sucede con la sostenibilidad. Uno no es capaz de proyectar nada o imaginar nada que en cierto modo no se haya vivido… Si uno no tiene memoria de haber hecho estas cosas, jamás aparecerían en un proyecto. Nuestros proyectos, nuestra arquitectura, siempre se ancla de algún modo a un recuerdo.
Ideas de Siria a Córdoba
-¿La memoria del lugar implica por lo tanto una contextualización más amplia?
-Efectivamente. La memoria alude igualmente a un algoritmo que al dibujo geométrico árabe porque estamos en Córdoba o al cuadro de Feininger porque estamos en Alemania. Entonces, ¿cómo nos posicionamos? Pensando siempre que la arquitectura se vincula y se nutre de memoria e invención y en ese equilibrio surge todo. El defender una arquitectura que es simplemente esa de apología de lo contemporáneo de una manera tan acrítica, a nosotros no nos resulta tan atractivo. Hoy se interpreta lo ultra-contemporáneo como algo acríticamente aceptado.
»En Córdoba, una bóveda invertida da forma al proyecto, es una manera de interpretar un mocárabe árabe islámico al revés, eso es un espacio. Hace tiempo visitamos una excavación en Siria, que no era importante por las ruinas en sí, pero sí tenían ese sistema de excavación por cajas. Recuerdo que dijimos, ¡qué idea de proyecto tan bonita! Ocho años más tarde cuando fuimos a Madinat al Zahara, realmente el proyecto surgió en dos horas.
-¿Qué ley dirige y somete las distintas geometrías en sus proyectos?
-Desconfiamos un poco de los arquitectos que presumen mucho de ambigöedad y complejidad como un dato en positivo. Que la arquitectura es compleja no cabe duda, la gran arquitectura siempre es compleja. Pero también la gran arquitectura parece sencilla. A todos nos ha pasado ver algo que nos encanta y decir: "Qué fácil". Parece fácil, pero todos sabemos que es muy complejo. El esfuerzo que hacemos es tratar de que parezca natural, que parezca fácil aunque seamos conscientes de la complejidad que el propio proyecto lleva implícito. Es esa idea de combinación de muy pocos elementos la que reivindicamos. Es el caso del Museo de Frankfurt, de Alemania, que al final es simplemente combinación de tres piezas. Son otra vez combinaciones de muy pocos elementos, como en Córdoba o como en Zaragoza. Pura combinatoria. Recuerdo a Nietzsche, que decía con prepotencia: "Yo soy capaz de decir en una frase lo que otros dirían en tres libros".
El mercado de Barceló, en Madrid
-¿Qué proyecto les gustaría hacer, ese proyecto soñado que no os han encargado todavía?
-El que venga. Aunque nuestros proyectos siempre tienen una escala parecida. Ni hemos hecho muchos edificios de escala pequeña, ni hemos hecho gran escala, además proyectamos fuera de nuestra ciudad casi siempre. Ahora hemos ganado uno en Madrid, una buena oportunidad, la rehabilitación del Mercado de Barceló, un proyecto muy complejo porque conlleva la realización de varios edificios. Es un programa muy denso en un espacio muy pequeño, se trata de un proyecto de ordenación. En las calles adyacentes a la de Santa Bárbara se situará el nuevo mercado, un nuevo polideportivo que se asoma en vuelo sobre las terrazas. Es un polideportivo en cubierta sobre una plaza elevada, pero, a su vez, es también una plaza pública. Es un mercado, un polideportivo, una guardería, son viviendas... Es de las primeras veces que hemos intervenido en una escala urbana y grande con todos los elementos de diseño urbano que se le asocian. La idea es unitaria en conjunto pero no la imagen. La imagen consiste en una serie de edificios distintos que forman una especie de puzzle.
-En una escena de la arquitectura que aparece compartimentada generacionalmente, ustedes pertenecen a una generación asentada que lleva ya veinte años activa profesionalmente, ¿cómo se ve la arquitectura desde ese podio?
-La experiencia da una cierta ventaja. Cuantos más recuerdos y conocimientos de todo tipo se almacenan en tu memoria, más conexiones estableces. Eres capaz de generar mejor cuantitativa y cualitativamente.
-¿Están más satisfechos con la arquitectura que hacen hoy que con la que hacían hace años?
-Nosotros sí, sin duda, aunque esto no sea extrapolable. Cada carrera tiene su ritmo. Depende también mucho de la actitud, en el sentido de que si sigues manteniendo la ilusión, si sigues volcándote en los proyectos, se da lugar a una experiencia positiva que hace que probablemente cada proyecto sea más rico. Cuando tienes treinta y cinco años tienes más energía, o más ilusión de alguna manera, aunque también conoces menos. Con más experiencia tienes más conocimiento. Y al fin y al cabo, proyectar es relacionar.