Image: Finalistas del Premio de Fotografía de EL CULTURAL

Image: Finalistas del Premio de Fotografía de EL CULTURAL

Arte

Finalistas del Premio de Fotografía de EL CULTURAL

5 junio, 2008 02:00

Foto: Maite Camacho.

Desde diferentes concepciones de la fotografía, estos cuatro artistas completan el palmarés de este año. Los trabajos de Maite Camacho, Iñigo Beristain, Carlos Fernández-Pello y Lucía Antonini resultaron finalistas

Maite Camacho optó al premio con un proyecto en curso de raíces autobiográficas en el que la madrileña (1978) cuestiona su lugar y su papel como creadora. Mediante un sugerente juego con las sillas y su propio cuerpo como vehículos narrativos y metafóricos, plantea un trabajo en el que la artista parece permanentemente asomada al abismo. Las sillas, mobiliario doméstico asociado si no al descanso sí al menos a una cierta quietud, son aquí símbolo de una inquietante fragilidad. Sillas armadas con mitades incompatibles con la idea del desastre inminente que se cierne sobre cada uno de sus movimientos.

Carlos Fernández-Pello (Madrid, 1985) presentó su proyecto Como una letanía romántica, una serie de fotografías tomadas en las autopistas que subvierten el lenguaje y el significado de los paneles señalizadores de los que se sirve la DGT. Habitualmente utilizados para advertir o para disuadir, estos paneles de Fernández-Pello proponen leyendas que invitan a la evocación. Ante la oscuridad del paisaje nublado, con la tormenta a punto de descargar, el fotógrafo invoca al pintor romántico Turner. Pero es también una reflexión sobre la experiencia del viaje a través de las posibilidades poéticas que ofrecen las fracturas del lenguaje y al hueco que media entre éstas y la emoción que suscita el paisaje.

Las fotografías de íñigo Beristain (1973) se inscriben en la tradición del fotorreportaje. El guipuzcoano viajó al Tibet y pudo comprobar los métodos represivos del gobierno chino con los habitantes del país que invadieron en 1950 y a quienes reprimieron cruelmente en 1959. Beristain se ha centrado en las escuelas, donde se instruye a los jóvenes a amar a la patria China y al Partido Comunista. Son fotografías en las que se hace palpable la austeridad desnuda de la tierra tibetana, fruto de la sumisión al sistema impuesto por el regimen comunista chino, imágenes que ofrecen una realidad silenciosa y grisácea.

La de la madrileña Lucía Antonini (1980) es una fotografía de espacios y ficciones. Son escenarios construídos a partir de fotogramas de películas. Por lo tanto, hablamos de una arquitectura que se alza a partir de las imágenes. Son espacios vacíos y en penumbra en los que se dan cita lo real y lo virtual y, a la vez, distintas medidas de tiempo: aquél en curso y el instante detenido. Entre las películas escogidas (siempre a partir de la presencia de personajes "inquietos, reflexivos y absortos", como explica la artista) destaca significativamente Stalker y Andrei Rublev, del cineasta ruso Andreij Tarkovski, cuyo legado parece ocupar un lugar destacado en el imaginario estético de Lucía Antonini.

Especial PHotoEspaña 2008

Lugares y no lugares, por Ramón Esparza

Ignasi Aballí: "Hay que ser crítico frente a la sobreproducción de imágenes"

Las diez mejores exposiciones del festival

Thomas Demand: "No sólo sabemos hacer fotografías. Ahora también sabemos leerlas

Albert Corbí gana el VIII Premio El Cultural

Albert Corbí: "Es fundamental mirar a Velázquez"

Los finalistas del premio de fotografía de El Cultural