Las obras de Picasso El Guernica y Mujer en el jardín, en su nueva ubicación en el Museo Reina Sofía. Foto: EFE

Paula Achiaga
Los Goya ya están en el Reina Sofía, concretamente en la primera sala de la nueva colección, en la planta segunda, sala 201 del edificio Sabatini. Aquí se inicia el nuevo recorrido ideado por Manuel Borja-Villel que este martes ha presentado a los medios y que el jueves inaugurarán los Príncipes de Asturias.

De la nueva reordenación de los fondos del Museo se ha dicho ya mucho (las salas se han ido abriendo progresivamente al público, empezando por la nueva colocación del Guernica hace unos meses) y por eso el director ha aprovechado esta presentación para retomar algunos de los temas que más polémica han suscitado en las últimas semanas. Que Goya sirve para entender la España negra de Gutiérrez Solana, con quien comparte sala, pero también para aproximarte al arte más actual, al que encontramos en las últimas salas, ya en el edificio Nouvel, de Harum Farocki o Alice Creischer. Que la historia que nos quiere contar no pretende ser una historia canónica y que por necesidad se rompen una serie de conceptos como centro/periferia, universalidad... y que esto implica una nueva geografía, una nueva relación local/global. Que no se habla de un tipo de obras secundarias frente a las obras maestras. Y que una de las prioridades de la reordenación ha sido mostrar las nuevas adquisiciones (hay 137 expuestas). Todo esto acompañado de los datos puros y duros: la colección del Reina cuenta ahora con 7.500 metros cuadrados útiles; 38 salas expositivas entre los espacios de Sabatini y Nouvel; más de 1.000 obras expuestas; 400 obras "rescatadas" de los fondos del Museo, unos fondos que cuentan ya con 17.290 piezas. Abrumador.

En cuanto al recorrido, Borja-Villel ha confesado que "la colección es voluntariamente parcial" y que el nuevo paseo implica necesariamente "transversalidad, ruptura de géneros". Y no hay que irse a las salas de arte más contemporáneo para comprobarlo. Buñuel antecede al Guernica y el sonido de "Las hurdes" acompaña al visitante al comienzo de esa sala. Hay en la colección 265 pinturas, 90 esculturas, 230 obras sobre papel, 299 fotografías, 12 instalaciones y 50 audiovisuales, además de las vitrinas con material documental.

También ha querido responder Manuel Borja-Villel, acompañado en todo momento de Rosario Peiró, responsable de la colección, a las posibles lagunas del Museo: "Se ha dicho que no es una colección importante y que habíamos recurrido a esta narración transversal para tapar de algún modo las lagunas existentes. No es cierto. La del Reina es una colección magnífica. Por supuesto, faltan cosas y esta nueva presentación nos permitirá ver qué artistas faltan y qué dirección debemos tomar". Ha insistido también en que con esta presentación no se acaba algo sino que empieza. "Una colección siempre está por hacer. Se ha creado una estructura y ahora hay que empezar a trabajar en ella", asegura el director.

En cuanto al querer mostrar una colección minoritaria, Borja-Villel se defiende: "Al no poder cerrar el museo y haber tenido que ir abriendo y cerrando salas durante estos últimos meses, hemos podido comprobar que el centro está atiborrado de gente, sobre todo los fines de semana, por lo que los diversos recorridos que planteamos favorecen la diversidad de los públicos".

Además, para que nadie se pierda, el jueves estrenan también nueva señalética en las salas. "El museo es como una pequeña ciudad y el espectador necesita nuevas herramientas para no perderse". Y aunque no es una historia cronológica, sí hay tres momentos clave que el espectador debe recordar. "Los años 30, los 60 y la actualidad son los tres periodos fuertes del recorrido. El Guernica sigue siendo el icono del centro, pero están también los Campos magnéticos de Miró, el conjunto de Juan Gris o la sala dedicada a Dalí". 7.500 metros cuadrados para sumergirse en nuestra historia del arte más reciente.