Image: Arranca ArteSantander, última feria antes del parón veraniego

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Arte

Arranca ArteSantander, última feria antes del parón veraniego

La pintura y la fotografía acaparan la decimonovena edición como dicta el manual de tiempos convulsos

22 julio, 2010 02:00

Kristoffer Ardeña: Walk in my shoes, 2010 (Work in progress) / Técnica mixta / Medidas variables

Este miércoles abrió sus puertas, en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander, a un paso de El Sardinero, la feria ArteSantander, que este año cumple su decimonovena edición. Es la última parada de un camino arduo e incómodo, el de la temporada que ahora cierra, en el que el mercado del arte español ha sufrido los vaivenes de una coyuntura económica esquiva. El buen ánimo es el de siempre, pero no es fácil ocultar el cansancio.

La de Santander es una feria de dimensiones reducidas. Este año cuenta con sesenta galerías, doce más que el año anterior, distribuidas en cuatro programas distintos, el general, una sección dedicada a Polonia, otra dirigida a potenciar las galerías locales y, finalmente, como gran novedad en esta edición, un espacio de proyectos que se encuentra en el nivel inferior.

El programa general cuenta con casi una treintena de stands, todas ellas nacionales excepto la del lisboeta Pedro Cera. El tono adoptado es más bien cauto, sin grandes estridencias, con profusión de pintura y fotografía, como dicta el manual en tiempos convulsos. En uno de los extremos de la sala se han dispuesto las galerías de Polonia, país invitado en esta edición como para tender puentes con el país que compartirá con España la capitalidad cultural en el año 2016. Son un puñado de galerías que se presentan por vez primera en España y que quieren dar una visión global de la creación contemporánea polaca. Salvo, quizá, con Lukasz Gronowski, que expone un friso de polaroids sobre la dualidad rendición/relajación en la galería Collectiva de Poznan, ninguna consigue deparar grandes sorpresas.

La verdadera apuesta por dinamizar la feria y por suscitar el interés del coleccionista está en el espacio de proyectos, Solo Projects, que ha comisariado el crítico Oscar Alonso Molina. Son 8 galerías nacionales que han recibido la ayuda de Santander 2016. El equipo liderado por Rafael Doctor ha asumido los gastos del stand y el transporte (sólo desde Madrid y Barcelona) además de otorgar una ayuda para gastos (entiéndase hoteles y cenas o producción de obra). Así, bajo condiciones tan favorables, se ha logrado reunir a galerías como Soledad Lorenzo, Estrany-De la Mota, Oliva Arauna, Sandunga, Carles Taché, NoguerasBlanchard, Espacio Mínimo (que también está en el Programa General) y MaisterraValbuena. La selección de artistas es correcta y encomiable su intención de apoyar la creación más joven. Ahí están Regina de Miguel, Santiago Alcocer, Anne-Lise Coste, Juan Carlos Barcho, Juan Zurita, Kristoffer Ardeña, Nati Bermejo o Philipp Fröhlich, artistas incuestionables en el panorama nacional, pero hubiera sido deseable, dadas las facilidades, una mayor implicación de todas las partes, pues son presentaciones, en su mayoría, que muestran una escasa ambición en cuanto a producción o montaje, un esfuerzo inversamente proporcional al de quienes han hecho posible su presencia. No sabemos si la selección de estas grandes galerías, que no suelen incluir a Santander en su periplo de ferias anuales, es la estrategia más adecuada para atraer a los coleccionistas locales, pero es una pena que el público cántabro vaya a quedarse con un sabor algo amargo ante propuestas de tan bajo perfil.

Por último, en el otro extremo de esa misma sala, se encuentra la sección Cota Uno, con 13 galerías cántabras que presentan al público proyectos individuales de artistas locales, una sección que arroja luz sobre la totalidad de la escena de galerías cántabra para la que, lamentablemente, no se ha encontrado hueco en el catálogo de la feria.