Image: Elmgreen y Dragset, favoritos a ocupar el cuarto plinto de Trafalgar Square

Image: Elmgreen y Dragset, favoritos a ocupar el cuarto plinto de Trafalgar Square

Arte

Elmgreen y Dragset, favoritos a ocupar el cuarto plinto de Trafalgar Square

Su escultura de un niño montado en un balancín lucha contra otros cinco proyectos

6 septiembre, 2010 02:00

La escultura de Elmgreen y Dragset que aspira a ocupar el cuarto plinto de Trafalgar Square.

Ya se han hecho públicos los nombres de los artistas cuyos proyectos optarán por ocupar el famoso cuarto plinto de Trafalgar Square en Londres, el situado en la esquina noroccidental de la plaza. Como sabemos, es uno de los proyectos de arte público más relevantes del panorama internacional, con un alcance mediático extraordinario, como sólo los ingleses pueden proyectar. Pero no vinculemos solamente el éxito de esta convocatoria a la capacidad -indudable- de la maquinaria publicitaria inglesa, pues toda esta parafernalia no sería tan incisiva sin un pueblo tan proclive siempre a dejarse oír y enriquecer el debate público. Los seis proyectos seleccionados este año compiten por lograr una visibilidad inigualable. En la capital británica, sólo la Sala de las Turbinas de la Tate Modern es capaz de superar el eco que obtiene el plinto. El candidato ganador tendrá un eco incluso mayor que otros años pues su pieza estará visible durante los Juegos Olímpicos de 2012, organizados por la ciudad del Támesis.

Como muchos recordarán, la pieza que ha ocupado este año el plinto fue la del británico de origen nigeriano Yinka Shonibare, autor de una gran botella que encerraba el barco de Nelson, una alusión tanto a la batalla ganada por el almirante como a la naturaleza multiétnica de la capital británica, en la que viven millones de personas de la misma condición que el propio artista. Otros artistas que han ocupado recientemente el honorable pedestal son Antony Gormley, Thomas Schütte o Marc Quinn. En esta ocasión, dos británicos, Brian Griffiths y Hew Locke, dos alemanas, Katharina Fritsch y Mariele Neudecker, el dúo noruego-danés Elmgreen&Dragset y el tándem estadounidense-cubano Allora y Calzadilla componen la terna de finalistas.

La que más alabanzas ha suscitado ha sido la de Elmgreen y Dragset, que están viviendo un extraordinario momento artístico. Su propuesta es un niño montado en un balancín, una escultura pintada de un fuerte color dorado que recontextualiza las nociones de escultura ecuestre y de monumento que se asocian normalmente al pedestal. La escultura conmemorativa nos abrumó durante siglos con pétreos e inquebrantables personajes históricos a lomos de no menos poderosos caballos. Nuestro chaval es refinado e inofensivo, se mueve en su balancín como desafiando la gravedad imperturbable y eterna del resto de conmemorados en los demás plintos. El trabajo de Katharina Fritsch es una de sus clásicas representaciones animales de encendidos cromatismos, en este caso un gallo de color azul ultramarino. Su intención es que se genere un choque cromático entre el gris del pedestal y su azul intenso. Además, la sobredimensión de un animal tan cercano como un gallo, que no deja de ser un animal que se yergue sobre dos patas, produce un efecto desestabilizador, onírico y surrealista, en quien lo contempla. También ecuestre es el proyecto presentado por Hew Locke, una representación del monumento a George White, un héroe de las batallas de Afganistán libradas por los británicos en el siglo XIX, que se encuentra en Portland Place. Locke ha decidido engalanar su escultura con todo tipo de ornamentos de origen helenísticos. Y es que, titulada Sikhandar, hace referencia a Alejandro Magno y a su fundación de la ciudad afgana de Kandahar, lugar donde millares de británicos se juegan hoy la vida en el campo de batalla.

El proyecto que propone Brian Griffiths es una gran escultura sobredimensionada de un pastel de Battenberg, cuyo origen está en la era victoriana, como la plaza de Trafalgar. Es un pastel cuya sección se divide en una cuadrícula, algo parecido a un cuadro de Scully o una malla minimalista. De hecho, Griffiths ha yuxtapuesto la imagen del pastel a la de un ladrillo como remitiendo al trabajo de Carl Andre y haciendo, al mismo tiempo, referencia al contraste entre arquitectura doméstica y pública. Por su parte, Allora y Calzadilla demandan la interacción del público con su ATM/Organ. Un cajero automático será instalado en el pedestal y cada vez que alguien haga alguna transacción o consulta, un gran órgano situado sobre el plinto se pondrá en funcionamiento reverberando en toda la plaza. Es un trabajo que es más un guiño lúdico a la deriva histórica de la escultura que una reflexión sobre el contexto en que se encuentra. Por último, el de la alemana Mariele Neudecker es una reflexión sobre la tradición romántica, presente en Inglaterra a través, sobre todo, de la pintura de Turner. Neudecker alude a la condición sublime de la montaña en el pintura romántica pero a la vez propone un guiño irónico sobre la condición plana de las Islas Británicas, como se traduce de la forma perimetral de la escultura.

Así pues, 6 nuevos proyectos para un debate que ya está en marcha. Entre los favoritos de la gente y de un sector de la crítica parece que ya destaca el niño de Elmgreen y Dragset, pero no han de descartarse el pastel de Battenberg de Griffiths, el cajero interactivo de Allora y Calzadilla o el gallo de Fritsch. En principio, Hew Locke y Mariele Neudecker, partirían en desventaja.