Juan Uslé y Juan Zamora cara a cara: el pistoletazo de salida a la temporada galerística
¿Qué buscan los artistas en sus galerías y qué relación establecen con ellas? Analizamos con ellos esta relación simbiótica más allá de su naturaleza comercial.
12 septiembre, 2024 02:18Hay mucho más. Empatía, fluidez, afinidad, hogar. Algo parecido a un flechazo amoroso, a una idea de cuidado y de familia. Artistas y galeristas establecen relaciones que trascienden la venta y lo comercial del objeto artístico, creándose entre ellos sólidos vínculos determinados por los afectos.
Qué mejor momento para hablar sobre estas relaciones y los factores que condicionan este binomio profesional que ahora, cuando Apertura Madrid celebra su 15.ª edición del 12 al 15 de septiembre y el 19 de este mismo mes se inaugurará el Barcelona Gallery Weekend, su evento espejo en la ciudad condal.
52 galerías, las que forman parte de Arte Madrid (Asociación de Galerías de Arte Moderno y Contemporáneo), abren sus puertas con lo mejor de sus programaciones. Este año abundan las individuales, en concreto 48: según mis cuentas 34 son de hombres frente a, tan solo, 14 de mujeres y 7 colectivas.
El nivel está muy alto. Podemos ver el trabajo de artistas nacionales e internacionales como Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Milena Muzquiz, Miguel Ángel Tornero, José María Sicilia, Vik Muniz, :mentalKLINIK, Julie Mehretu, Juan Uslé, Luis Gordillo o Jerónimo Elespe.
El Cultural reúne a dos artistas muy diferentes generacional, técnica y temáticamente. Juan Uslé (Santander, 1954) Premio Nacional de Artes Plásticas 2002, enmarcado en el movimiento denominado “Nueva Abstracción”, que vive y trabaja entre Nueva York y Santander y cuya pintura se mueve entre la geometría y el lirismo en característicos lienzos que declinan diferentes estratos de color.
Junto a él Juan Zamora (Madrid, 1982), un artista galardonado con el Premio Princesa de Girona Artes y Letras 2017. Su especial trabajo conjuga la modificación genética, los procesos biológicos, las bacterias o los hongos junto al dibujo en miniatura o la memoria personal o familiar. Ambos tienen en común que se estrenan con sus respectivas galerías, Uslé con Elvira González y Zamora con Espacio Valverde.
Pregunta. ¿Con cuántas galerías han trabajado? ¿Cómo empezaron su colaboración con su galería actual?
Juan Uslé. No sé, pero con bastantes, de hecho, en este momento colaboro con varias de diferentes países. Pero esto no va de récords, para mí lo importante no es el número sino el sentido y la fluidez; valoro su línea y sobre todo lo que te aporten como estímulo y mejora en la difusión de tu trabajo.
Recuerdo que cuando comencé a trabajar con mi primera galería en Nueva York o, después en España con Soledad Lorenzo, me negaba a trabajar en exclusividad porque, sinceramente, yo no elegí esta profesión para estar dentro de una mano cerrada, sino para procurar desarrollar libremente mi obra. Pero, claro, este principio, que aún mantengo, tiene sus pros y sus contras. Por lo general no tengo demasiadas quejas de mis galeristas y creo que he trabajado con profesionales estupendos.
Juan Zamora. Aunque he colaborado con distintas galerías en proyectos específicos a lo largo de años, las que me han representado oficialmente han sido Vacío 9, Artnueve y Moriarty de España, así como Gallery Beijing Space de China y Double Space Gallery de Taiwán (con quienes trabajo en la actualidad).
Empecé con Espacio Valverde cuando Asela Pérez Becerril y Jacobo Fitz-James Stuart, los directores, visitaron mi exposición La vida en emergencia, que presenté a modo de introspectiva –que no retrospectiva– en la Fundación Sorigué. Allí surgió el interés y una inmediata afinidad artística pero también humana, que para mí es esencial.
P. ¿Qué les inclina a trabajar con una u otra?
J. U. Valoro la profesionalidad por encima de todo. Y la flexibilidad y el dinamismo que igualmente son muy importantes, que nunca se cierren a un dialogo. La comunicación entre artista y galería es fundamental para el crecimiento mutuo y el de la obra, y que mejore su difusión.
A la hora de elegir entre galerías te tienes que guiar por la intuición. Yo aprecio mucho la “visión y sensibilidad” del galerista, también el carácter y el nivel de compromiso, su implicación. Ayuda mucho en esta relación la ilusión que percibes, respecto a la obra, su aprecio y valoración, también los considero factores clave.
J. Z. Lo primero es que nos entendamos, que exista una comunicación clara y fluida, cosa que parece muy obvia pero no es tan común. En mi opinión, una galería debe actuar como medio entre la obra y el público, pero sobre todo entre obra y colección, ya que el objetivo es vender además de exponer.
Yo particularmente elijo trabajar con galerías que se preocupen por la internacionalización –mediante ferias en otros países, por ejemplo–, que quieran moverse más allá de nuestras fronteras. Algo fundamental también es que respeten tus tiempos y libertad creativa dándote el espacio y el apoyo necesario, aconsejando también. Al final es una relación de mutuo beneficio, un ejercicio de simbiosis en términos biológicos.
P. ¿Qué les aporta la galería con la que trabajan ahora?
J. U. Llevo muy poco tiempo con la galería Elvira González, donde voy a exponer, pero he viajado con ella a varias ferias internacionales y la experiencia ha sido muy positiva. Creo que que representa muy bien esos valores de los que hablaba antes. Me aporta fundamentalmente ilusión, aprecio por mi obra y profesionalidad. Y tengo la esperanza de que nuestra colaboración seguirá creciendo.
J. Z. Si tuviera que resumirlo, en una palabra, diría que me aporta sensación de estabilidad, de hogar incluso, porque supone volver a trabajar en una galería de España, y de Madrid en particular, que es mi ciudad natal. A esto se suma que los directores son una familia, y eso se nota mucho en los cuidados –algo que me parece fundamental– y la forma de relacionarse con su entorno.
“A la hora de elegir galería te tienes que guiar por la intuición. valoro mucho su visión y sensibilidad”
Juan Uslé
También siento esa libertad, profesionalidad y respeto que necesito a la hora de trabajar, y el hecho de que estemos ya trabajando en ferias como Abu Dabi es algo que me da mucha vida.
P. ¿Va el trabajo galerístico más allá de la venta?
J. U. Sí, claro, una galería no es únicamente un quiosco o espacio de venta, lo ideal es que tu galería sea además un agente de promoción, venta y protección de la obra; porque comer hay que comer y se necesita material para hacer las obras, pero sentir aprecio y valoración y relacionarte con personas sensibles e inteligentes te enriquece y condiciona.
Lamentablemente, hoy por hoy, el mercado del arte español no es el más boyante del mundo, de ahí que promover, curar y procurar sean formas fundamentales de ayudar a la labor del artista.
J. Z. Creo que es un tema complejo. Como decía, veo el trabajo galerístico como un medio entre las personas y la obra del artista, pero no veo una galería como un espacio no supeditado a la venta, ya que para eso existen otro tipo de espacios con los que se puede colaborar.
No quiero decir que vea la obra como un producto, en el sentido industrial del término, pero sí que creo que la galería debe poseer esa capacidad intrínseca de transformar el arte al lenguaje económico.
P. ¿Qué presentan en esta edición de Apertura?
J. U. Expondré fundamentalmente pinturas, todas recientes y de diferentes formatos. He permanecido encerrado en el estudio desde el otoño pasado “abriendo horizontes”. Me he centrado mucho en ese paso a paso, madurando ese continuum, intentando llevarlo a un límite.
Veremos el resultado en unos días. Las cuestiones sobre luz, espacio, color, intrínsecas a la pintura están ahí, como también las dudas y trenzados entre lo pictórico y lo espacial, la pulsión entre los horizontes y lejanías. Es posible que incluya también alguna obra sobre papel y, quizás, alguna fotografía, ambos a modo de estudios o como agentes generadores de contexto, pero el cuerpo primordial será sin duda pintura.
J. Z. La exposición se titula Bambusa Muscularis y en ella presento unas serie de obras de carácter interdisciplinar creadas a partir de la experiencia de someterme a una cirugía hibrida de columna el pasado 11 de junio, en cuya operación soñé anestesiado que atravesaba un bosque de bambú, o que un bosque de bambú me atravesaba a mí, no estoy seguro. Para ello, he estudiado en el laboratorio de histología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid los discos intervertebrales que me extrajo el equipo de neurocirujanos, incorporando después mis propias células cartilaginosas (condrocitos) al tejido vegetal de esta planta durante el proceso artístico de creación de las piezas.
“Es fundamental que respeten tus tiempos y libertad creativa dándote el espacio necesario”
Juan Zamora
Se trata quizás de una forma intuitiva de hablar de mi relación con Asia, de subrayar la necesidad de una estructura fuerte pero flexible como la del bambú, de transitar un nuevo paisaje interior, o de la posibilidad de muscular un bosque, incluso. Al final, preparar esta exposición me ha servido para recuperarme, que es lo importante.
P. ¿Qué exposición recomiendan que no sea la suya?
J. U. Seguro que habrá cosas interesantes, aunque me falta mucha información, porque he estado muy encerrado trabajando. Me pasaré a ver la exposición de Patricia Gómez y María Jesús González, de las que vi obras muy potentes en 1 MiraMadrid, también me apetece ver qué está haciendo el pintor Adrián Navarro, qué presentará José María Sicilia en Prats Nogueras Blanchard, o qué se verá en Moisés Pérez de Albéniz, Helga de Alvear, etc. Fuera del programa de Apertura me interesa el proyecto de La Oficina.
J. Z. Recomiendo Rutas relacionales en la galería Lucía Mendoza.