Image: Fernando Marías Franco: Mi entrada en la RAH supone una renovación generacional

Image: Fernando Marías Franco: "Mi entrada en la RAH supone una renovación generacional"

Arte

Fernando Marías Franco: "Mi entrada en la RAH supone una renovación generacional"

El historiador del arte y catedrático de la UAM ingresa en la Real Academia de la Historia

24 junio, 2012 02:00

Fernando Marías Franco

Fernando Marías Franco (Madrid, 1949) ingresa hoy en la Real Academia de la Historia, donde se le impondrá la medalla número 24, vacante tras el fallecimiento de José María López Piñero. Catedrático de Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid desde 1993, Marías está especializado en arquitectura y arte español de le época moderna, con una perspectiva multidisciplinar que hace hincapié en el contexto sociopolítico en el que se desarrollan las disciplinas artísticas. Es vicepresidente del Comité Científico del Centro Internazionale di Studi di Architettura Andrea Palladio de Vicenza y editor de su revista Annali di architettura.

Pregunta.- ¿Qué quiere aportar a la RAH?
Respuesta.- Una renovación generacional. A mis 60 años no puedo decir que sea joven, pero los académicos de mi generación aportamos otro punto de vista al que tienen las anteriores (la franja de edad en la Academia va desde los 50 a los 90 años, aproximadamente). Hemos sido testigos de los movimientos estudiantiles del 68, el último franquismo, pero no hemos tenido experiencia directa de la guerra y la posguerra. Hemos podido abrirnos al extranjero, formarnos allí, hemos tenido otro tipo de contactos. Hemos vinculado la profesionalidad española con las corrientes metodológicas que estaban construyéndose fuera de España en esas fechas.

P.- ¿Conoce o intuye qué tareas concretas le van a asignar?
R.- Seguramente algo relacionado con las colecciones de arte de la Academia. Trabajaré para darles más visibilidad junto a José Luis Díez, conservador de la pintura del siglo XIX del Prado. En el ámbito de la arquitectura podré participar en consejos sobre proyectos de restauración de edificios antiguos que soliciten a la Academia su opinión, que nunca es vinculante porque las Academias ya no son lo que eran en el siglo XVIII, mantienen su prestigio pero no su influencia.

P.- Desde que le dieron la noticia, hace un año, hasta hoy, ¿se ha preparado de alguna manera, aparte de redactar su discurso de ingreso?
R.- No. He seguido yendo a trabajar a la biblioteca como he hecho desde que tenía 20 años. He leído o releído los discursos de ingreso de algunos colegas y he estado pendiente de sus nuevas publicaciones, como siempre.

P.- En sus obras relaciona la arquitectura con el resto de las artes y con el contexto social, político y religioso. A la hora de estudiar la historia, ¿es necesario evitar los compartimentos estancos?
R.- Hay dos tendencias historiográficas que han coexistido: la primera procede del ámbito de los museos y consiste en estudiar las obras en sí mismas o relacionarlas con otras; la otra explica las causas sociales y políticas de la existencia de unas imágenes concretas. Se trata de estudiarlas como productos culturales, ideológicos o religiosos, que proceden de los intereses individuales de artistas y clientes que van más allá de lo artístico. Los que practicamos la segunda, por tanto, no sólo estudiamos la obra sino que justificamos su existencia.

P.- ¿Esa concepción de la Historia del Arte la pondrá en práctica en su discurso de ingreso? ¿De qué va a hablar?
R.- Haré una lectura del cuadro estrella de los que adornaban el Salón de Reinos del antiguo Palacio del Buen Retiro de Madrid, que no es La rendición de Breda de Velázquez, sino La recuperación de Bahía de Todos los Santos, de Juan Bautista Maíno. En él aparece la figura de Felipe IV y el Conde-Duque de Olivares y se muestra la victoria sobre los sublevados holandeses que tomaron la bahía, pero también el perdón. Este caso pone de manifiesto la importancia de los historiadores y los cronistas en las obras artísticas de carácter histórico y político.