Arte

Un año surrealista

Lo mejor de 2013: Arte

27 diciembre, 2013 01:00

Especial: Lo mejor del año

Cada vez hay más colecciones particulares en las programaciones de centros y museos, son baratas y de fácil organización. Hemos visto varias y algunas muy buenas. Pero ha habido más. El Reina Sofía protagoniza este año nuestro ranking tras organizar una completa revisión del arte de los sesenta. La nota surrealista la ha puesto la Fundación Juan March con su investigación sobre los precursores del movimiento y, por supuesto, Dalí. El caos se adueñaba de CaixaForum mientras la vanguardia feminista conquistaba el Círculo. Obra y vida unidas en el Reina Sofía y la belleza encerrada (siempre) en el Prado. Y con nombre propio: fantásticas las aproximaciones a Cildo Meireles, Tacita Dean y Eulàlia Grau. Aquí todas las votaciones de nuestros críticos.

1. +-1961. La expansion de las artes

Museo Reina Sofía. Madrid


+-1961, la mejor exposición del año para los críticos de El Cultural, ha sido uno de esos proyectos casi inabarcables, de los que requerían segundas y terceras visitas, tal era el caudal de contenido que albergaba. Como ocurrió con la dedicada a George Brecht en el MACBA en 2006, la exposición llevó la firma de Julia Robinson, una comisaria que ha trabajado en torno a esas décadas clave, las de los cincuenta y sesenta, en las que se definió uno de los cambios de paradigma más significativos del siglo pasado. Se concentró en el edificio de Sabatini un crisol de aproximaciones a los nuevos métodos de experimentación que ocurrían al otro lado del Atlántico, centrado el foco sobre Nueva York, donde se gestaría el espíritu subversor hacia toda convención vigente, y también en Europa, especialmente en Alemania, en cuya Darmstadt se desplegó un importante hervidero de nuevas tendencias experimentales. Reconstrucciones y profusa documentación sobre las performances y "operaciones al azar" de artistas como Cage, La Monte Young, Maciunas o Yoko Ono compartieron espacio con piezas célebres como Box with the sound of its own making o Document for Aesthetic Withdrawal, verdaderos hitos en la carrera de Robert Morris sin los que no comprenderíamos no sólo gran parte del arte conceptual que entonces germinaba sino todo el arte de las décadas sucesivas.


2. Surrealistas antes del Surrealismo

Fundación Juan March. Madrid


Ha sido la gran exposición del otoño en la Fundación Juan March. Surrealistas antes del Surrealismo reúne (todavía pueden verla, está abierta hasta el 12 de enero) cerca de 200 dibujos, grabados, fotografías, libros y revistas desde el medievo tardío hasta principios del siglo XX. Y todo para ponernos en antecedentes del conocido movimiento de vanguardia. La muestra llegaba a principios de octubre del museo de Nuremberg y, como explicaba José María Parreño, "aunque contiene algunas obras del surrealismo histórico, esta no es una exposición del surrealismo, sino de su árbol genealógico". Así, junto a obras de Goya, Blake, Arcimboldo, Hans Bandung Grien, El Bosco, Alberto Durero, Piranesi, Max Klinger, Alfred Kubin, Paul Klee, Hannah Höch o Victor Hugo encontramos también impresos que proceden de las ciencias naturales, de la religión o de la geometría, junto con artilugios de óptica y cartelones. "Se pasaría uno horas mirando los detalles", añadía el crítico. Una "maravillosa cámara de las maravillas" que, formalmente, se ha estructurado en once apartados temáticos, desde el "ojo interior" hasta los sueños, pasando por los "espacios mágicos", las "figuras compuestas" o las sombras. Una muestra que, junto a la de Dalí en el Museo Reina Sofía y El Surrealismo y el sueño en el Thyssen-Bornemisza, ha dibujado un año artístico literalmente surreal.


3. Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas

Museo Reina Sofía. Madrid


732.339 personas visitaron la exposición de Dalí en el Reina Sofía, convirtiéndose así en la muestra más visitada en la historia de Madrid. Un aplauso popular que coincide con el de la crítica y coloca a la muestra en el tercer lugar de nuestra lista. Como no podía ser de otro modo, el genio surrealista protagonizó especiales en todos los medios de comunicación y revolucionó de algún modo el mes de abril artístico. Un éxito anunciado, por otro lado, porque las obras venían del Pompidou de París donde ya batió récords. Comisariada por Montse Aguer, la exposición mostraba más de 200 piezas, centradas especialmente en la pintura. "Una extraordinaria y completísima selección de su obra pintada y dibujada que pone el acento no solo en los aspectos académicamente canónicos de su producción sino también en aquellos menos atendidos, que logran situar a Dalí en un nuevo lugar más próximo a la contemporaneidad", escribía Mariano Navarro tras visitar las salas del Reina que acogían sus mejores cuadros, llegados de instituciones como el MoMA (La persistencia de la memoria, 1931), el Philadelphia Museum of Art (Construcción blanda con judías hervidas, 1936), la Tate Modern (Metamorfosis de Narciso, 1937) o los Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica (La tentación de San Antonio, 1946), lo que contribuyó a la excepcionalidad de la exposición.


4. Maestros del caos

Caixaforum. Barcelona/Madrid


Empezaba 2013 y ya se preveía caótico... Así lo vio CaixaForum, que inauguraba el oasado febrero esta exposición en su sede de Madrid: Maestros del caos. Artistas y chamanes. Con un original montaje, la muestra era un viaje de exploración que invitaba a los visitantes a experimentar la turbación ante el desorden del mundo y el vértigo de objetos y comportamientos, recobrando el equilibrio a través del conjuro y el ritual. Producida por el Musée du Quai Branly de París y organizada por la Obra Social "la Caixa", reunía más de 220 obras entre objetos, trajes y representaciones procedentes de grandes colecciones antropológicas y etnográficas junto a piezas e instalaciones de artistas contemporáneos, como la Vitrine Murale (Goya), de Thomas Hirschhorn que abría la muestra, o las piezas de Annette Messager, Tàpies y Beuys. "El recorrido, emocionante y visceral, hace que no sea una exposición de historia del arte, por admirables que sean cada una de sus piezas; sino plasmación del diálogo que podemos establecer entre culturas y a través de los tiempos. Porque si, como decía Benjamin, el arte hunde sus raíces en el ritual, de lo que se trata aquí es de conectar con esa hondura rayana en la fe irracional y la locura", escribía en su crítica Rocío de la Villa.


5. Cildo Meireles

Palacio de Velázquez. Madrid


Cildo Meireles es un viejo conocido de las instituciones y del público de nuestro país. Tuvo su retrospectiva en el MACBA hace unos años y en 2001 montó en el Palacio de Cristal del Retiro madrileño su mítica A través, tal vez su obra más conocida. Este año, el Museo Reina Sofía organizó en el vecino Palacio de Velázquez una exposición que mezclaba obra de primera época con proyectos recientes que nunca habían sido formalizados. La exposición, que comisarió el entonces recién llegado a la subdirección del museo João Fernandes, conmemoraba, con cierto retraso, el Premio Velázquez obtenido por el artista brasileño en 2008. La exposición tenía un recorrido muy claro. En la mitad izquierda, las obras de primera época, sensacionales, se revelaban como un arma arrojadiza no exenta de poesía. A la derecha, más rotundas y contundentes, las grandes instalaciones de producción reciente daban fe de ese otro Cildo más teatral.


6. Tacita Dean. De Mar en Mar

Fundación Botín. Santander


Una de las grandes artistas de hoy con trabajos reunidos por uno de los comisarios más poderosos. Tacita Dean, de la mano de Vicente Todolí, desembarcaba en la Fundación Botín de Santander con una bellísima exposición titulada De Mar en Mar. Pocos artistas son capaces de suscitar un aplauso tan unánime como la artista de Canterbury, y pocos artistas defienden una idea del arte tan fascinadora, tan libre, tan apegado a lo emocional. Basada en la experiencia del mar, la exposición, que puede verse aún hasta el 12 de enero, incluye algunas de las obras más celebradas de las últimas décadas como las fotografías de la serie Bubble House, las misteriosas, cuando no siniestras, vistas marinas realizadas a tiza o los epatantes filmes en 16 mm de Disappearance at Sea. Con sus películas, Tacita Dean defiende a ultranza el cine analógico pues considera, como ya advirtió en la Sala de las Turbinas de la Tate Modern, que su desaparición sería un irreparable error cultural.


7. Mujer. La vanguardia feminista de los años 70

Círculo de Bellas Artes. Madrid


Fue la exposición estrella de PHotoEspaña este año. Y también la primera vez que llegaba a Madrid "una colectiva de arte feminista de los años sesenta con 21 artistas europeas y estadounidenses", como recordaba Rocío de la Villa en la crítica de la muestra. En el Círculo de Bellas Artes pudimos ver 200 obras de los fondos de la colección Sammlung Verbund, creada en 2004 en Viena y centrada en la mirada a la vanguardia feminista. Piezas de Helena Almeida, Sanja Ivekovic, VALIE EXPORT, Ana Mendieta, Hannah Wilke, Martha Rosler o Cindy Sherman. "Absolutamente excepcional encontrarlas reunidas aquí". La Fundación Banco Santander patrocinaba esta exposición que nos acercó imágenes convertidas ya en icono visual de la historia reciente y determinantes en la lucha por la liberación y la afirmación de género y contra la discriminación.


8. Formas biográficas. Construccion y mitología personal

Museo Reina Sofía. Madrid


La colaboración del comisario Jean-François Chevrier con el Reina Sofía era uno de los proyectos más esperados del otoño. Formas biográficas nos habla de la relación biográfica de la obra y su autor mediante esculturas, pinturas, vídeos y documentos de la mano de artistas como Richter, Giacometti, Hains o Klee, que dan vida a un ensayo literario sobre el arte, su presente y su ciclo vital. "Hay artistas de primera junto a otros de segunda. Es lo normal cuando la calidad de los artistas y las obras importa menos que el relato", escribía Elena Vozmediano. Todavía pueden verla: hasta el 31 de marzo.


9. La belleza encerrada. De Fra Angelico a Fortuny

Museo del Prado. Madrid


"Es un museo dentro del museo, como si El Prado contuviese en sí un Prado de dimensiones menores, igualmente potente". Así definía Mariano Navarro esta exquisita exposición que Manuela Mena comisariaba en el Museo del Prado con el patrocinio de la Fundación BBVA y que el director Miguel Zugaza calificaba de "breviario del Prado". 280 obras de las colecciones del museo, desde finales del siglo XIV a finales del XIX, con un denominador común: su pequeña dimensión y su belleza, entendida como el refinamiento del color, el preciosismo y la riqueza técnica.


10. Eulàlia Grau

MACBA. Barcelona


Llamó poderosamente la atención lo actuales que parecían las imágenes de Eulàlia Grau en la breve pero muy intensa exposición que le dedicó el MACBA bajo el comisariado de Teresa Grandas. Desde principios de los setenta, y en connivencia con el grupo de artistas críticos del foco catalán, Grau centro su atención en la compleja realidad que dimanaba de los últimos años del franquismo desde la atenta observación al desarrollo de los media. La exposición permitió comprobar cómo funciona la incisiva mirada de la artista 40 años después en un contexto social igualmente precario.