Premio Turner: una compleja selección
Turner Prize nomina a Tris Vonna-Michell, Duncan Campbell, James Richards y Ciara Phillips para mostrar al gran público el trabajo de artistas no tan conocidos
8 mayo, 2014 02:00Vista de la exposición de Tris Vonna-Michell en la galería Jan Mot (Bruselas)
Si la intención de esta edición del Turner Prize es, como dice Penelope Curtis, directora de la Tate Britain y presidenta del jurado de este año, mostrar al gran público el trabajo de artistas no tan conocidos como en ocasiones anteriores, el primer paso está muy bien dado. Fuertemente consolidado en el imaginario colectivo británico, el premio de arte contemporáneo más popular del mundo cumple ahora su edición número treinta. La exposición que precederá al fallo el día 1 de diciembre se celebrará desde el 30 de septiembre en las salas de la institución londinense, que acoge de nuevo el premio tras la decisión de sacarlo de Londres y mostrarlo en otras ciudades del Reino Unido (la pasada edición, que coronó a Laure Prouvost, se celebró en Derry-Londonderry, Irlanda del Norte).Este año, los finalistas son Tris Vonna-Michell, Duncan Campbell, James Richards y Ciara Phillips y lo cierto es que tras el resultado del año pasado, en el que Tino Sehgal partía como gran favorito y acabo desbancado por Prouvost, uno no sabe qué pronóstico ofrecer. En principio, los más conocidos y los que más han cuajado en el escenario internacional son los dos primeros, cuyos trabajos han sido vistos en los contextos más importantes.
A mí es Vonna-Michell quien me resulta el más interesante de los cuatro. Su obra es innovadora y personal. Habla sobre la narración, sobre el modo en que se cifran las experiencias propias o ajenas. La manera de contar es sistemáticamente analizada, desde una tendencia a la fragmentación, la repetición y la subversión de la norma. Su forma de contar es performativa, es decir, te lo cuenta directa y literalmente, lo que hace que uno se sienta en el verdadero centro del asunto. En la galería de Jan Mot, en Bruselas, pudo verse un buen ejemplo de su quehacer en un extraordinario trabajo basado en las memorias de la infancia de su madre en Berlín. La intensidad con la que el artista se dirigía a sus interlocutores estaba acompañada por una seductora sucesión de imágenes encontradas. Las imágenes eran el germen de todo, la estructura a partir de la se definía la narración. Es joven aún Vonna-Michell -nació en 1982- pero ya ha escuchado el aplauso internacional.