Image: A adorar, a adorar al Niño

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Arte

A adorar, a adorar al Niño

23 diciembre, 2015 01:00

Luca di Tommè: La Adoración de los Magos, h. 1360-1365

El Museo Thyssen reúne trece obras de su colección que escenifican distintas adoraciones al Niño Jesús, desde la tabla de Luca di Tommè de 1360 al óleo vanguardista de Chagall.

El homenaje que ángeles, reyes, pastores y donantes rinden a Jesús y a la Virgen es el hilo conductor de esta exposición que, muy adecuada para estas las fiestas navideñas, reúne trece obras de artistas como Luca di Tommè, Jacques Daret, Fra Bartolomeo o Marc Chagall, que escenifican tanto episodios de los Evangelios como devociones privadas a María y el Niño. Todo ello bajo el título Adoraciones en las Colecciones del Museo Thyssen-Bornemisza.

El montaje puede verse en el balcón mirador de la primera planta del Museo y tiene acceso gratuito desde el hall central. Sólo san Mateo y san Lucas describen en sus escritos episodios como el Nacimiento de Jesús o las Adoraciones de los pastores y los Reyes Magos, por lo que "los artistas tuvieron que recurrir a otras narraciones más ricas en detalles para documentar sus obras, como los Evangelios Apócrifos, las Revelaciones de santa Brígida de Suecia, la Leyenda dorada de Santiago de la Vorágine y los autos sacramentales del teatro religioso", como explica la documentación del museo.

Marc Chagall: La Virgen de la aldea, 1938-1942

En las trece obras seleccionadas por la comisaria Mar Borobia, jefe de Pintura Antigua del Thyssen-Bornemisza, todas ellas procedentes de la colección de museo, destaca la presencia de ángeles, cuyo papel será distinto en cada uno de los pasajes representados, y puede reconocerse la inspiración de estos textos en aspectos concretos como la posición de la Virgen, las vestimentas o la representación de las comadronas, entre otros.

Así, en la Adoración de Jacques Daret, la Virgen se encuentra de rodillas, del Niño emana luz y san José porta una candela, referencias que tienen su origen en la visión de santa Brígida. A los Apócrifos se debe la representación de las comadronas, la crédula y la incrédula, cuya presencia refuerza el aspecto sobrenatural del nacimiento de Cristo y la virginidad de la madre, y los trajes, especialmente el de Salomé, se inspiran en los que llevaban los actores en los autos sacramentales.

Bruyn el Viejo: La Adoración del Niño, h. 1520

Los ángeles, mensajeros de Dios, aparecen en casi todas las obras, en unas ocasiones alabando al recién nacido con sus oraciones, entonando cánticos o tocando instrumentos musicales y en otras, anunciando su llegada a los pastores o guiando a los Reyes Magos. Así lo vemos en las obras de Bruyn el Viejo, Piero di Cosimo o Sébastien de Bourdon.

En varias composiciones, los ángeles portan objetos simbólicos para recordar la Pasión que tendrá que afrontar el Mesías, como en la tabla de Giovanni di Paolo, que introduce el paño de pureza de la Crucifixión sostenido por un ángel, o en el óleo del Maestro de la Leyenda de Santa Úrsula, en el que aparece simbolizado por clavel. Por último, la alabanza y veneración de la Virgen y el Niño, así como el papel de María como intercesora de Dios ante los hombres, son temas reconocibles en las obras de Palma el Viejo y Jan van Scorel, en las que se muestran donantes en actitud piadosa.